❈•≪31. Para nada desagradable≫•❈

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Con pesadez, Hongjoong resopló y se hizo hacia atrás en la silla de su escritorio, viendo el par de libros que tenía ante él, abiertos en diferentes páginas y cada uno, de distintas materias. Resopló por segunda vez y su abundante cabellera despeinó, viendo su casi acabada tarea de inglés con hastío.

La materia le encantaba, es algo que ya había sido señalado con anterioridad en diversas ocasiones, pero, ahora, estaba harto de ella.

Tuvo que volver a ver un documental que, una semana antes de iniciar las vacaciones, había visto. Claramente no estaba tan interesado en ello por lo que, veinte minutos después de iniciado el mismo, comenzó a dormitar, a parpadear varias veces y a bostezar un sin fin de veces más, cabeceó y por unos pocos minutos, se durmió.

Ante el brusco caer de su cabeza hacia delante, despertó. Desorientado y con un poco de saliva en la comisura izquierda de su boca. La cual limpió y a duras penas, pudo terminar el, poco interesante documental. Tras ir al baño y refrescar su rostro, procedió a realizar el resumen del mismo, lo que le llevó media hora. Su opinión personal, la puntuación y el si lo recomendaría o no, no fueron empezados.

Estaba realmente cansado y sumamente hastiado, y eso que sólo había hecho dos carillas. Aún así, se rindió.

Eran poco más de las tres de la tarde y sentía que necesitaba dormir hasta el día siguiente, pero no lo haría. Tenía todo un día por delante, o parte de uno, y una segunda tarea que empezar e intentar culminar.

Pero apenas notó que se trataban de ejercicios matemáticos, ni lo intentó. Simplemente cerró el libro como apartó su cuaderno de la materia, desinteresado y disgustado.

«Jamás conseguiremos llevarnos bien tú y yo, ¿eh?».

Rió por lo bajo y su cabeza meneó, encontrando divertido su propio pensamiento. Hizo hacia tras su silla y tan pronto se levantó, el timbre de su casa, sonó. Inundando el silencioso lugar con su predeterminado pero aún así, armonioso tono.

Hongjoong ladeó su rostro y arrugó su temple, cuestionándose quién podría ser tan temprano por la tarde, y a su mente sólo vino una respuesta; Seonghwa.

Era jueves y su amigo, días atrás, le había informado que volvería a Seúl el miércoles, y además, le dijo también que, muy seguramente, se pasaría por su casa el jueves por la tarde o, de no hacerlo, sería el viernes.

Con ese recuerdo volviendo a su mente, emocionado salió fuera de su habitación y con apresurados pasos, llegó hasta la puerta y con una gran y cálida sonrisa exornando sus labios, abrió la misma.

Esperando encontrarse con su alto y castaño amigo al otro lado, no al estúpido y pelirrojo pero también alto dongsaeng suyo.

Por lo que, apenas sus ojos le trasmitieron esa información a su cerebro, su sonrisa se torció en una poco agradable mueca y el cálido brillo en sus ojos, se heló, desapareciendo con inmediatez y sus facciones, se tensaron también.

Chasqueó su lengua y sin esperar a que la sonrisa de su menor se terminase de formar, le cerró, firmemente, la puerta en la cara. Importándole poco el estruendoso ruido que su brusca y poco cuidada acción provocó.

Colocó el seguro y se giró sobre sus talones, dispuesto a irse a su habitación. Su hastío se transformó en irritación.

—¡No voy a abrirte, largo!— exclamó tan pronto el timbre volvió a sonar.

—¡¿Qué se supone que hice mal?!— replicó un confundido pelirrojo.

Hongjoong apretó sus labios hasta que estos pasaron a ser una tensa y recta línea, la cual cumplía con la función de contener como evitar el salir de sus impulsivas y honestas palabras.

No me delates | [MinJoong +18]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt