No me delates | [MinJoong +18]

❈•≪57. Frustraciones, consejos y más confesiones≫•❈

—Maldita sea Hongjoong, comienzas a ponerme nervioso.

El aludido frunció su ceño y detuvo su ansioso andar. Cruzando sus brazos se volteó hacia su sentado amigo de labios apretados.

—Perdona si me preocupo demasiado por mi futuro.

Por la entrecerrada mirada que recibió del castaño, supo que su replica cargada de agudo sarcasmo, no fue bien recibida ni graciosa. Para Seonghwa supuso, porque un sereno y apartado Mingi, sí se rió. Entre dientes y bastante quedo, pero lo hizo.

—No me refería a eso— masculló al resoplar—, sino a que dejes de dar vueltas sobre el mismo sitio. Te marearas y harás un pozo.

Hongjoong rodó sus ojos, de todas las expresiones que las personas solían pronunciar, esa era la que más le irritaba. Su padre solía decírsela mucho cuando era un niño y no recibía atención suficiente de éste o de su madre y para obtenerla, se ponía a dar vueltas sobre su mismo eje. Terminando en efecto mareado y en el suelo con algún raspón.

—Exageras.— respondió al detenerse y apoyar su espalda sobre la cerrada puerta del salón 5—. Y lo segundo es imposible.

—Nunca se sabe.— murmuró escuetamente, realizando un desinteresado ademán—. Ahora relájate y bajemos para almorzar algo, dale a tu mente un respiro.

—Como si fuera así de fácil.

—Aún tienes una semana para llenar esas planillas.— recordó con serenidad—. Relájate.

Hongjoong podía hacer muchas cosas, menos relajarse. Y no porque no quisiera, porque lo había intentado e incluso rogado al universo por algo de paz. Aunque fuera efímera y no llegara a saborearla lo suficiente, él rogó. Pero el infinito espacio sobre su minúsculo ser, no pareció encontrarse buen humor y en su lugar le concedió más estrés.

El cual se materializó en dos exámenes. Ambos el mismo día y uno seguido del otro, ¿fantástico cierto?. Había estado hasta altas horas de la noche estudiando y memorizando conceptos que ya se sabía, porque estaba tan preocupado que se obligó a reforzar dichos conocimientos. Lo que obviamente redujo sus horas de sueño y acrecentó su irritabilidad mañanera.

Y una vez finalizó con ellos y se encontró en su asiento, tenso y aguardando por la llegada de su profesor de matemáticas, se convenció de que era un buen momento para respirar profundamente y relajarse. En la comodidad de su casa podría perder los estribos y enloquecer por los resultados, ahora era momento para respirar y no pensar en nada. Pero aparentemente el universo se disgustó con esto y decidió pinchar su burbuja apenas formada. Acelerando la aparición del hombre, quien apenas ingresó, anunció que traía consigo el famoso y odiado (por el pelinegro) test vocacional que debían llenar todos y cada uno antes de que esa semana acabara.

Y si era racional, no tendría siquiera que odiar un conjunto de hojas. Pero lo hacía y Hongjoong no se caracterizaba por ser especialmente lógico o racional. Que al fin de cuentas, era lo mismo.

El test vocacional era útil, a pesar de que estuviera lleno de preguntas y cuestiones que muchos veían innecesarias a más no poder. Pero era verdad también, que resultaba más efectivo con aquellos que ya tenían una maldita idea respecto a qué carrera les convendría o gustaba más. Recomendarlos para una universidad o recomendarles una, era condenadamente más fácil de esa forma.

Y el repentino estrés como desesperación de Hongjoong, se debían por el hecho de no tener idea de qué responder en aquellas hojas. Se sentía perdido y malditamente frustrado.

Seonghwa estaba tranquilo al respecto porqué sabía a qué se dedicaría desde hace dos años. Lee no le había hablado de otra cosa que no fuera de su certeza y pasión por querer aprender todo lo relacionado con la gastronomía. Y aunque a Mingi le quedara todavía un año para tener que enloquecer por ello, sabía que no lo haría, porque ya tenía claro a qué se dedicaría en un futuro. Incluso sabía qué carrera elegiría Yeosang. Puesto a que su mejor amigo estaba muy distraído y emocionado que sin darse cuenta, se lo terminó diciendo.