❈•≪45. ¿Realmente lo perdonaste?≫•❈

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Mingi resopló y sus estiradas piernas, cruzó. Apoyó sus codos sobre sus muslos y su mentón sobre la unión de ambos palmas, abultó sus labios y con su semblante arrugado miró su cuaderno de inglés que yacía en el suelo de su habitación y frente a él.

La materia se le daba fatal, no había porqué mentir. Tampoco era un completo bruto, conocía algunas escasas palabras y podía arrastrar algunas otras fuera de sus regordetes labios para intentar comunicarse, podía hacer eso. Agradecer, saludar y preguntar por algunas cosas básicas. ¿Con propiedad?, eso era ya otro tema y uno muy diferente.

Lo importante es que, el jueves tenía una prueba en la que no podía sacar menos de siete o su generoso y algo penoso seis, se iría por la borda. Y su profesora había sido muy compasiva con él desde que las clases iniciaron, valorando sus desastrosas intervenciones y enredada lectura.

Miró su cuaderno por segunda vez y resopló, frustrado. Despeinó sus rojas hebras y enderezó su postura, ladeó su rostro hacia la izquierda y se topó con los agudos y claros ojos de su rubio amigo. Fijos en su rostro, serios pero serenos.

—¿Qué tanto me miras?— cuestionó con ligereza tras enarcar una ceja—. ¿Te gusto?— prosiguió con suave burla tras no recibir respuestas.

San torció sus labios en una mueca y dejó su lápiz a un lado—. Por supuesto que no, simplemente te miraba.

Mingi fingió ofenderse por unos cortos segundos—. ¿Por qué simplemente me miras?— preguntó al ver a su bajo amigo estirar sus cruzadas piernas sobre su extensa cama.

—Es agradable verte..., así.— respondió con vaguedad tras estirar sus brazos para señalar la silueta de su amigo en el suelo.

—¿Así?— al pelirrojo le crispaba la inexactitud de San—. ¿A qué te refieres con "así"?

—Concentrado en inglés, en este plano.— respondió tras despeinar su larga cabellera. Ante la inquisitiva mirada del contrario, agregó:—. Se estaba haciendo habitual verte con ojos ansiosos, el ceño arrugado y a ti ensimismado en tus pensamientos.

—¿Cómo debo interpretar eso?— preguntó tras cruzar sus brazos, curioso.

—No de la forma incorrecta.— musitó tras sacudir sus hombros—. No me malinterpretes, en serio. Hongjoong me agrada...

—¿Hongjoong?

—Sí, ¿de qué o quién te piensas que hablo?— cuestionó con sus labios ligeramente abultados y fruncidos.

Mingi meneó su cabeza con suavidad—. Me refiero a, ¿Hongjoong, a secas?

San rodó sus ojos—. Esa actitud tuya es a veces molesta. No está aquí, no se ofenderá si me refiero a él de manera informal.— su alto amigo simplemente apretó sus labios—. Eres increíble, predica con la palabra.

—Nunca fue un hyung para mí.— respondió tras encogerse de hombros, indiferente.

San evitó discutir por una nimiedad tan infantil como aquella, y sobre todo, reprimió su impulso de recordarle a su amigo que, su disgusto por cómo él se refería al pelinegro en cuestión, no era válido teniendo en cuenta que ya no tenía nada con éste.

Atesoraba su vida y la estabilidad anímica del más alto como para cometer semejante falta.

—Cómo sea.— farfulló tras volver a rodar sus ojos—. Sabes que me agrada y sé que no es una mala persona, pero tú eres mi mejor amigo.

—Lo sé, pero tú también sabes que cualquier relación siempre tendrá sus bajos y tropiezos.— replicó con suave monotonía—. De los dos es quien mejor deberías saberlo, tu relación con Wooyoung empezó fatal y hasta poco después de consolidarse seguía siendo caótica.

No me delates | [MinJoong +18]Where stories live. Discover now