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La Navidad aquel año, como era costumbre, se festejaba en el departamento de Kara. Su familia y amigos estaban presentes: Alex, Kelly, Nia, Brainy. J'onn y Eliza. Aunque, allí faltaba una persona en la mesa... Lena.

—¡Brainy! ¡Deja eso! —Nia gritó, sacando a Kara de sus pensamientos.

La rubia vio como Nia y Brainy peleaban por el control del smart TV.

—¡Solo quiero poner música!

—¡Quieres poner villancicos! —Nia dijo, arrancándole el control al hombre—. Estoy harta de los villancicos. —Nia bufó mientras buscaba en Spotify una canción—. ¡Ahora sí! —Nia sonrió mientras los primeros segundos de 'Lover', de Taylor Swift, sonaban.

—Son dos chiquillos. —Dijo Alex divertida, acercándose a su hermana—. Hey, ¿Qué sucede?

Alex notó la mirada perdida que su hermana tenía. Kara se sentía mal, su pecho dolía y sabía muy bien el motivo: Lena.

Todos allí se veían felices, lindos y risueños. Kara, si bien estaba preciosa con un pantalón negro y camisa celeste, su rostro reflejaba que no estaba pasándolo bien.

—Falta ella aquí. —Murmuró Kara para luego beber de su vino; En esos momentos odiaba que la bebida no hiciera efecto alguno, debido a su metabolismo kryptoniano.

Alex hizo una mueca.

—Lo sé. Tal vez, si no hubiese intentando hacer una locura con Myriad, hoy ella estaría aquí. —Alex contestó, aún molesta por las actitudes de la CEO.

Kara la miró con una risa irónica, sin gracia; No queriendo volver a discutir con su hermana por eso.

—Debería ir a ver como está. —Dijo Kara, dejando su copa de vino a un lado.

—¿Qué? ¿A dónde? ¿Para que intente matarte? —Alex preguntó con rapidez, sin medir sus palabras.

La mesada de la cocina se agrietó, tras un golpe de Kara. Los demás presentes detuvieron su conversación al escuchar el impacto del puño de la rubia contra el mueble. 'Paper Rings' de Taylor Swift comenzaba  a sonar de fondo.

—¿Pasó algo, chicas? —J'onn, tomando su lugar de "papá", preguntó.

—¡No, J'onn! —Kara forzó una sonrisa después de contentar—. Fui yo, que soy una torpe. ¡Ya sabes! —La falsa sonrisa de la rubia se agrandó.

Todos, sin excepción, notaron la mentira de la kryptoniana. Pero decidieron hacer de cuenta que se tragaban la mentira de Kara y seguir con lo suyo; No queriendo entorpecer la nochebuena.

—Ven conmigo. —Alex tomó de la muñeca a su hermana y la llevó a la habitación—. Dime, dime qué sientes. —La mujer dijo una vez cerró la puerta.

—¿Que qué siento? —Repreguntó Kara.

—No te hagas, Kara. Por favor, has llorado por Lena más de lo que lloraste por cualquier ex. ¿Sabes lo que ha sido para mí verte sufrir estos tres meses, una vez Lena te rompió el corazón?

—Yo la lastimé primero... —Murmuró la rubia.

—¡Deja de justificar sus cagadas con las tuyas! —Alex se alteró para luego suspirar—. Las dos se han equivocado, ¿Ok?, pero no voy a dejar que hoy vayas a verla tras tres meses evadiéndola por estar llorando en los rincones. No te hará bien.

—Alex, creo que estoy bastante grandecita para tomar mis propias decisiones. —Kara se molestó—. Además, solo quiero ver como está. —La rubia se mordió el labio—. Alex, nosotros éramos sus únicos amigos aquí, su familia. Ella misma me lo dijo: No pensaba volver a confiar en nadie, hasta que llegué yo. Yo la hice creer de nuevo, la hice confiar. Y terminé lastimándola como ninguna. Ella pasó las fiestas pasadas junto a nosotros, este año las pasará sola; Como siempre lo ha hecho. ¿Sabes lo triste que es? —Kara negó—. Discúlpame pero no puedo estar aquí sabiendo todo esto. Si Lena quiere que me golpee, que me insulte, que me bañe en kryptonita, no me importa. Solo quiero ver como está.

Kara finalizó su pequeño discurso entre lágrimas. Alex negó con una fugaz sonrisa y la abrazó.

—Ay, hermana. —Kara apretó el agarre del abrazo, llorando más fuerte.

—La quiero demasiado, Alex.

—Lo sé, pequeña, lo sé. —La mayor se alejó del abrazo y besó la frente de su hermana—. Ve, ve a buscarla. Intenta arreglar las cosas con ella, sanar su corazón y el tuyo también. —Kara sonrió apenas.

—¿Por qué cambiaste de opinión tan rápido? —Kara quiso saber mientras tomaba la mano de su hermana.

—Entender que, estando aquí, quedándote con nosotros, no harás nada más que estar triste. En cambio, si vas a verla, al menos te sentirás aliviada contigo misma. —Alex finalizó, ganándose un abrazo por parte de la rubia.

—Alex... Lena no me perdonará, ¿Cierto? —Kara dijo al borde de las lágrimas, otra vez.

—Eso no lo sabemos, Kara. Tal vez debas ir y decirle todo lo que sientes de una vez; No guardarte nada. —La rubia frunció el ceño.

—¿Qué? —La sonrisa traviesa de Alex hizo que Kara se sonrojora—. Lo sabes, ¿Verdad? 

—Jamás te he visto luchar tanto por alguien como lo hiciste con Lena. Mientras el DEO estaba preocupado por Rama Khan y la destrucción que estaba generando, tú seguías insistiendo con ayudar a Lena y buscar una solución para detenerla sin lastimarla. —La rubia bajó la mirada—. Sé que estuve mal, pero soy la directora del DEO y mi trabajo es ese. Pero, gracias a ti, Lena no resultó herida. La salvaste, una vez más.

—No hice nada... —Kara le restó importancia.

—Y ni hablar de como la defendías, a pesar de que te tendió una trampa en The Fortress. ¡Eres claustrofóbica y no te importó estar allí durante quién sabe cuánto tiempo!

—Mis actitudes la impulsaron a dejarme allí, fue mi culpa. —Kara murmuró.

—¿Ves? La sigues defendiendo, justificando. Kara, yo sé que la quieres, lo sé. Pero, por favor, trata de pensar en frío. Amar no es perdonar a la otra persona, a pesar de que te lastime siempre. Ustedes, hace ya un tiempo, están en un circulo vicioso donde pareciera que mientras más se lastiman, más se quieren. Y no es así. —La kryptoniana asintió apenas—. La amas, ¿Verdad?

—Sí. —Kara susurró.

—Bueno, ve y díselo. Y si no te arroja un trozo de kryptonita, hablen y sáquense las caretas que tanto tiempo llevan consigo.

—Lena jamás me lanzaría kryptonita, lo impidió cuando pudo haberme matado con la kryptonita que Lex ten-

—Sí. Bla, bla, bla. ¡Lo sé! —Alex la interrumpió—. Ahora, ¿Puedes irte de una vez?

Kara carcajeó, abrazó a Alex una vez más y comenzó a alejarse, solo para volver junto a su hermana.

—¿Alex?

—¿Qué pasa? —La mayor vio la duda en los ojos de Kara, quien parecía perturbada por algún nuevo pensamiento.

—¿Voy con mi traje de Supergirl o voy como Kara Danvers?

—¿Cómo te sientes más cómoda tú? —Alex repreguntó.

Kara recordó cuando le confesó a Lena su verdad, el día en el que recibió el Pulitzer: La kryptoniana le había dicho a le otra que, con ella, podía ser «Kara, solo Kara.» Ahí tuvo su respuesta.

—Iré así. —Dijo Kara con timidez.

—Estás hermosa. —Elogió Alex.

Kara, ahora sí, se alejó de la habitación y se encontró con los demás presentes. Sin decir una palabra, se acercó a la ventana de su departamento, lista para volar.

—¿Irás a reemplazar a Santa o? —Nia preguntó, viendo como Kara ya tenía la mitad del cuerpo fuera.

—Iré por mi regalo de Navidad. —Kara sonrió—. Volveré más tarde, los quiero.

Y sin más, Kara partió de su departamento en busca de Lena Luthor.

Regalo de Navidad - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora