Capítulo 19

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Ala, ya lo he dicho, solo era cuestión de tiempo que explotara, y sinceramente, que a gusto me he quedado. Miro a Amón y veo que está en shock, no me sorprende, menuda noticia que le acabo de dar, espero que con esto me deje en paz de una vez, al fin y al cabo, ¿quién querría a la hermana de la culpable de que su especie esté en peligro?

-Me voy - informo y me levanto de la cama, doy gracias por poder hacerlo, parece que voy recuperando las fuerzas.

-¿Qué?, NO - dice y me estampa contra la pared, ¿en serio?, ¿otra vez?

-Déjame - le exijo, ya que sigo sin tener las fuerzas necesarias para poder hacerle frente.

-NO, eres mía, me da igual que tu hermana sea la reina de los demonios, tú misma lo dijiste, ella te rechazó y echó, tú no tienes nada que ver con ella.

-Soy su hermana - le digo para intentar convencerlo de que me deje, pero él niega con la cabeza.

-Puede que ella te convirtiera en híbrida, pero tú y ella dejasteis de ser hermanas en el mismo momento que te rechazó y tú te fuiste.

-Una cosa no quita la otra - digo en un susurro y con la voz rota.

-¡Claro que lo quita! - exclama molesto - te lo he dicho, y te lo repito, eso no es tu culpa, lo que haga Mazikeen no es tu culpa.

No puedo contener las lágrimas y estas salen sin control, puede que Amón tenga razón, pero eso no quita que duela, durante bastante tiempo Mazikeen fue una gran persona, tal vez pude haber hecho algo para evitar esto, para evitar que ella cambiara tanto, tal vez, y solo tal vez, pude haber hecho que Mazikeen no cambiara.

-Tranquila, tranquila - me susurra suave Amón mientras me abraza.

Así nos pasamos un buen rato, yo llorando en el hombro de Amón mientras él me abraza y me dice cosas para calmarme. Me alegra no estar sola ahora, tengo un lío en mi cabeza que no me permite pensar con claridad, ya no estoy segura de nada, me siento confundida y perdida.

-¿Te encuentras mejor? - me pregunta cuando por fin paro de llorar.

-Un poco - digo en voz baja, Amón me acaricia el pelo lenta y suavemente.

-Si necesitas seguir desahogándote, yo estoy aquí más que dispuesto - asiento ligeramente con la cabeza.

-Gracias.

-No tienes por qué darlas, siempre estaré para ti, en las buenas y en las malas.

-¿No vas a dejarme ir verdad? - Amón se separa de mí y me mira como si estuviera loca o tuviera tres cabezas en lugar de una.

-¿Te has vuelto loca o tienes amnesia?, ya te he dicho que no te voy a dejar ir, le pese a quien le pese - dice y me vuelve a abrazar, esta vez más fuerte que antes.

-¿De verdad me amas? - pregunto con un nudo en mi garganta.

-Sabía que eras inocente, pero no que eras tonta.

Me hago la ofendida y le pego un puñetazo juguetón en el brazo, él se ríe y yo también lo hago. Pasamos un rato abrazados sin decir nada, luego Amón se tuvo que ir a no sé qué cosa de alphas, por lo que me quedé sola en el cuarto, me quité la ropa y me metí al baño, una ducha me sentará de fábula.

Salgo del baño con una toalla al rededor del cuerpo, y otra al rededor de mi cabello. Voy al armario de Amón para buscar algo de ropa, me da una pereza tremenda tener que ir a mi cuarto por ropa, además de que paso de ir por los pasillos con solo una toalla cubriendo mi cuerpo, si se llega a caer y hay alguien ahí, me muero de vergüenza.

Al abrir me encuentro con que mi ropa está aquí, ¿¡¿desde cuándo está aquí?!?, espera, se me olvidaba que he estado inconsciente por a saber cuántos días, tengo que preguntar muchas cosas a Amón, o al menos a Carson, sí, es más probable que me responda Carson, lo tengo que buscar.

Me pongo mi ropa interior con vergüenza, espero que Amón no la haya visto, no es muy bonita que digamos, son bastante simples; me visto con unos legins, una camiseta de manga larga simple, unos botines y me dejo el pelo suelto para que se seque al natural, una vez lista salgo de la habitación de Amón.

Voy buscando a Carson caminando, ya que no me sobran fuerzas precisamente, tal vez debería pasarme por la cocina antes de ir a hablar con Carson, necesito comer algo con urgencia, haber si así consigo recuperar mis fuerzas, además mi estómago ruge ante la idea de la comida, está claro, primero comida, después respuestas.

Bueno, si es que encuentro la cocina, tengo que pedirle a Amón un mapa de esta casa, si no, creo que me voy a perder siempre. No sé ni cómo lo he hecho, pero he encontrado la cocina, entro sin muchos preámbulos y me encuentro con la misma escena del otro día, no sé qué hora es, pero tampoco me importa, solo quiero comer.

-Rocío - la llamo al verla de espaldas.

-Mi niña, por fin despiertas, nos tenías muy preocupados.

-Culpa de Amón - me defiendo.

-Lo sé pequeña, me he enterado, ¿quieres ir al salón a hablar?

-En realidad quiero comer - hago un puchero, lo cual provoca que Rocío ría.

-En un rato es la hora de la comida.

-¿Eso quiere decir que no puedo comer ahora? - sin dejar de reír niega con la cabeza - jo.

-Vamos pequeña, tengo que hablar contigo.

Un poco deprimida por no poder comer, sigo a Rocío hacia el salón. El salón está como lo recordaba, salvo porque ya no están un par de objetos de la decoración, como por ejemplo los jarrones, no veo ninguno, y creo recordar que había como cinco o seis.

-¿Y los jarrones? - pregunto a Rocío mientras me siento.

-El niño Amón los rompió todos en el cuarto día de su vuelta, se sentía frustrada porque no despertaba.

-¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

-Una semana - creo que mi mandíbula está en el suelo.

-¿¡¿CÓMO?!? - grito asombrada.

-Así es pequeña, estuviste una semana inconsciente.

-¿Cómo pude estar tanto tiempo inconsciente?, se supone que la marca de un licántropo te deja inconsciente uno o dos días, tres si es alpha - pregunto confundida.

-Así es, pero Amón te marcó sin tu consentimiento, por eso se dobló el tiempo.

-Si no fuera porque estoy débil y si muere él, muero yo, creo ahora mismo lo mataba - Rocío vuelve a reír.

-No se lo tengas en cuenta, él te ama, a su manera, lleva mucho tiempo solo sin permitir que nadie se le acerque, pero sé que tú podrás cambiarlo y hacer que vuelva el Amón de antes.

-No sé cómo sería antes, pero te puedo decir que durante la semana que cuidé de él, él se comportaba como un payaso, no sé porqué al venir aquí empezó a ponerse tan gruñón.

-Tiene miedo - me dice Rocío con tristeza.

-¿De qué? - pregunto confundida.

-De que le vuelvan a romper el corazón.

-Yo no soy como ella - digo molesta.

-Lo sé, se nota de lejos, pero eso no quita que tenga miedo, esa mujer le hizo sufrir mucho, él estaba locamente enamorado de ella, y ella lo engañó.

-Yo nunca haría eso - digo triste.

-Te creo - me dice y sujeta mis manos - por eso te pido que le abras tu corazón, sé que cometerá errores, pero por favor, nunca te des por vencida con él, ámalo y él te amará con su vida - la miro fijamente, no sé qué decir - y ahora vamos al comedor, en nada será la hora de comer.

Asiento y la sigo, durante todo el camino no he podido sacarme sus palabras de mi cabeza, sé que Amón sufrió mucho por culpa de su ex mate, pero está visto que sufrió más de lo que yo pensaba, tengo que hablar con él, será difícil, ambos hemos sufrido mucho, pero solo juntos podremos superarlo.

Amalia *Completada*Where stories live. Discover now