sky| na jaemin.

movie.

— Las películas de terror no dan miedo —carcajeó— ¡Anda, vamos a verla!

— Si no dieran miedo no se llamarían así. —llevé una palomita a mi boca— Veamos un drama.

— Norim, eso es más para chicas —frunció su ceño— Sólo son personas que siempre están besándose.

— Tú me robabas besos, no hay excusas. —tomé el control remoto— Veremos Moon Lovers, ¿Qué te parece?

— Me da igual, Norim —rodó sus ojos— Es más, me iré de aquí.

— Na Jaemin, no te atrevas —lo cogí del cuello de su camisa en un movimiento rápido.— ¡Es de muy mal gusto dejar a tu mejor amiga sola!

— Iré a... —su mirada se dirigió a mi agarre, mis mejillas se tornaron de un rosa leve y simplemente lo solté.

su mano sujetó mi muñeca haciendo que ambos quedaramos a pocos centímetros de distancia— Yo iré por agua. —habló luego de que sus ojos se abrieran a tope.

Jaemin era ese tipo de chico que está lleno de sorpresas, de una inocente vista de película, podía llegar a cosas que no quisiera mencionar. O incluso de un simple jalón, plantearte un cargado y sentimental beso.

Sí, todo eso era mi mejor amigo. Mentiría si digo que no me asusta, porque lo hace, y mucho.

Solté un débil suspiro y busque alguna película de terror buena, en realidad no me daban miedo, sólo me aburrían.

(...)

Una terrible noche luego de encontrarme a Jaemin, y un día lleno de exámenes. Convertían mi vida en un desastre sin solución alguna.

De forma desganada me preparé, para salir retrasada de casa, como una inútil costumbre.
Por la vil falta de tiempo comí una manzana en el camino y llegué a mi tortura diaria.

— ¿Crees que él estudie aquí también? —preguntó observando todo el lugar una vez más— Nunca lo he visto.

— ¿Na Jaemin? —cuestioné de golpe.

— No, a Lee Jeno. —cruzó sus brazos frente a mi— Ya deja de pensarlo.

— Jaemin está justo al frente —señalé—Demonios.

— Demonios... —imitó mis palabras— Jeno se ve hermoso.

— Controla tus hormonas, mujer. —la golpee y comencé a caminar en otra dirección.

— Norim, ¿no me saludarás? —su voz hizo estremecer todo mi cuerpo. Ignoré completamente sus palabras y seguí caminando.

— Nori~ —sujetó mi brazo.

Suspiré.— Na Jaemin, déjate de estupideces.

Pareció entender lo que le dije, así que sentí rápidamente como soltó su leve agarre. Sacudí mi cabeza y seguí mi camino.

— ¡Norim, espera! —gritó y frené en seco.

— Déjame explicarte todo —reí amargamente.

— Tú no me escuchaste años atrás, ¿Yo deberías hacerlo acaso? —fruncí mi ceño— No mereces mi tiempo.

— Yo... —pausó— Lo siento. Ella simplem...

— Ya basta Na. No quiero oírte, sólo vete y llévate tus excusas baratas.

— Está bien. Me iré por ahora.