sky| na jaemin.

¿Kiss?

Ocho malditos días desde que Mark había vuelto y yo aún tenía vergüenza de verle.
El hecho de que Jaemin dijera tales cosas aquel día, sólo me traía frustración.

— Es semana de exámenes, procura no pensar en chicos. —golpeó la puerta.

— Problemas, no son chicos, son terribles problemas. —llevé mis mechones hacia atrás en forma de estrés.

— Mark definitivamente vino en malas épocas.

— Dúdalo. —me levanté del pequeño escritorio y busqué rápidamente que ponerme.

Jeong tenía razón, era una semana frustrante y yo debía estar en la universidad temprano.

Busqué las formas posibles de camuflaje para no ser vista por Mark, ni mucho menos por Na.
Aunque, ¿Está bien esconderte de tu novio?
Supongo.

— Kim Norim. —soltó— Vamos a la misma clase, deja de esconderte.

— Mark... —reí nerviosamente— ¡No me escondía! Sólo quería mirar si dentro de estos pequeños árboles hay nidos... Ya sabes, pajarillos.

— Mmm, ¿Sabes? Creo que no hay nada. —se acercó y tomó mi mano— Vamos, quizá más tarde encontremos algunos.

Definitivamente soy mala escondiéndome, y mintiendo.
Soy ligeramente mala existiendo.

Por unos segundos la calidez de la mano de Mark, me atrapó por completo. No recordaba lo reconfortante que era, siempre lleno de buenas vibras.

— Angelito, ¿Por qué has estado tan decaída?... —pausó e hizo una leve expresión de "ya entendí".— Es por lo que dijo Jaemin en el café, ¿cierto?

Asentí.— Na, es inmaduro, ignora lo que hace y dice.

— Yo lo hago... Pero al parecer para ti todo lo relacionado con él, te persigue y te es inevitable esquivarlo. —suspiró—. Hubiese sido mejor nunca haberte dejado venir aquí, te ha hecho pasar un mal rato aquel cobarde.

— Quizá. Pero puedo lidiar con ello, no hay problema.

...

— Nori, ¿En que piensas? —tarareó.

— En ti... —le miré sin expresión alguno— Y en cómo lograré hacerte desaparecer de mi vista.

— Oh, estaba ilusionado. —su mirada decayó— Por favor, la próxima vez que pienses en mi, piensa en cosas positivas, Norim. Comenzaré a hacer las cosas bien, así que no desarrolles más odio.

— Entonces, ¿Te alejarás de mi?

— Correcto, ya no quiero estar tras de ti como un inútil. —introdujo las manos a sus bolsillos— Sólo estaré allí, aún enamorado de ti, esperando que me perdones.

— ¡Genial! Realmente genial. —aplaudí— Eres un mocoso que ya está madurando.

— Volveré a Corea en muy poco tiempo, Norim. —suspiró— Llevémonos bien ¿si?

— ¿Te irás tan pronto? —sollocé— Pensé que aún quedaba más tiempo.

— ¿Acaso no quieres que me vaya? Puedo quedarme si tú lo pides.

— Estará bien que nos mantengamos distanciados, aún me asustas.

— No dudaba el hecho de que para ti también pareciera un loco... —encogió sus hombros— Todos creen que soy un obsesionado cuando en realidad sólo no sé expresar sentimientos.

— Expresabas tus sentimientos cuando me besabas ¿no? —tapé mi boca enseguida, aquello había sonado fuera de lugar.

— Podría besarte de nuevo.

Abrí mis ojos como platos, y sentí como me jaló de la muñeca hasta chocar con su pecho.
Jaemin realmente iba a besarme y mi cuerpo no hacía ningún movimiento para impedirlo.

Fue entonces como en medio de mis múltiples pensamientos volví a sentir sus labios sobre los míos, después de tantos años.
Sus labios aún sabían a fresa, fresas jugosas, tan jugosas y adictivas que no lograba separarme de él.

Na Jaemin, basta. Por favor...