Pasión esmeralda

1.3K 95 90
                                    

Sakura Kinomoto

Los momentos de inspiración para un escritor eran valiosos. Las ideas aparecían en nuestras cabezas como una estrella hermosa que titilaba y nos seducía a crear mundos maravillosos. Comedias, dramas, misterios, guerras, asesinatos, romances; todos y cada uno de ellos nacían en un momento de inspiración donde las palabras parecían brotar por si solas, construyendo frases que luego se volvían párrafos y contaban una historia extraordinaria de personajes que cobraban vida a través de las letras. Era un instante efímero y único que debía ser aprovechado sin importar la hora o el lugar, y eso mismo era lo que estaba haciendo.

—No puedo creer que estés escribiendo justo ahora —escuché lejana la voz de Misa.

—Sólo serán cinco minutos —susurré, sin dejar de teclear.

—Eso dijiste hace diez... Deberías estar repasando tu discurso.

—Me lo sé de memoria.

—¿Y las respuestas preparadas? —Asentí—. Bueno... por lo menos ya estás vestida y maquillada.

—Después de haberme desbloqueado... las ideas llegan constantemente —dije, tecleando—. Es como si una puerta se hubiera abierto de golpe.

—Abrieron esa puerta por ti, literalmente.

Levanté mi vista y la miré con una sonrisa ladina, su comentario tenía un trasfondo con nombre y apellido.

—Él tiene formas muy buenas de avivar mi imaginación.

—No lo pongo en duda —dijo, riendo—. Y si eso te mantiene activa, pues... ¡Que viva tu novio!

Mis manos se detuvieron sobre el teclado y una sonrisa apareció en mis labios. Me encantaba la sensación de aleteo que se producía en mi estómago al escuchar esa simple frase... "Mi novio". Las dos últimas semanas habían estado cargadas de tantas emociones y momentos preciosos que mi creatividad estaba completamente desbordada. Sus ojos siempre llenos de vitalidad y dulzura, sus labios provocadores, sus palabras amorosas y sus caricias delicadas, eran como una inyección de adrenalina para mi mente. Las imágenes aparecían en mi cabeza y la necesidad imperante de escribir me abordaba, era por eso que estaba haciéndolo en este instante, a pocos minutos de mi gran revelación como CherryLeeUp.

—¡¿En serio estás escribiendo?! —escuché la voz de mi amiga al abrirse la puerta.

—Cinco minutos más, Tomoyo.

—Eso dijiste hace cinco minutos.

—No ayudes tanto, Misa.

—¡Sólo falta una hora para tu gran aparición! —dijo Tomoyo y me tomó de las manos para que dejara de escribir—. ¿Cómo te sientes?

Si debía usar una sola palabra para describir como me sentía en este instante, escogería... sublime. Era como si estuviera a punto de lanzarme por un acantilado, sabiendo que al final mis alas se extenderán. El vacío estaba presente y constante en mi estómago, pero la sensación de volar superaría cualquier incomodidad previa. Me sentía dueña de mi destino.

—Estoy más que lista.

—Ha sido un camino largo desde que iniciaste —dijo Misa, acercándose para darme un abrazo que correspondí sin dudar—. Y estoy segura que no terminara con el final de la saga Carmesí. El mundo necesita más de Sakura Kinomoto.

—Por supuesto —aseveré con una sonrisa—. Tengo un montón de ideas que desarrollar y espero seguir contando con tu guía.

—¡Eso ni se pregunta! ¡Somos un equipo!

Musa de chocolate y cerezasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora