TOUCH STARVED ↻ peter parker © [+18]

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'stars can't shine without darkness'

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  SÓLO EN PALABRAS el dolor era intolerable. La sensación que recorría el lado interno de tu cráneo te estaba llevando lentamente a la locura y se acumulaba a partir de un solo olor. El único olor que te había estado volviendo loca durante semanas, cuyo olor procedía de tu vecino, Peter Benjamin Parker. El chico de dieciocho años con brillantes ojos marrones, espesos mechones rizados y piel impecable. El chico de dieciocho años era tan inocente como la flor del desierto. El chico de dieciocho años despedía constantemente olor a calor.

  Y no cualquier tipo de calor, él irradiaba frustración sexual y te estaba volviendo loca. No habías vivido al lado del hombre por mucho tiempo y, al principio, no fue algo que notaste. Pero a medida que el tiempo pasó y comenzaste a ser más consciente del adolescente que vivía al otro lado de tu pared, el olor se hizo un poco más fuerte.

  Y sucedió que aquí es donde te encontrarías la mayoría de los días; acurrucada en una bola debajo de tu pesada colcha tratando de ignorar el hecho de que justo a tu lado había un adolescente perfectamente accesible masturbándose con videos que nadaban entre Internet. Todo lo relacionado con tus sentidos se intensificó cuando el sonido de la cremallera de su jean al abrirse hizo sonar las campanas en tu cabeza, notándote que debías evacuar el apartamento durante la siguiente hora o tratar de lidiar con eso.

  Ahora bien, cualquier persona normal no tendría ni idea de ello, pero tú no. Era un regalo o una maldición, todavía estabas tratando de descifrar, que podías escuchar cada movimiento resbaladizo de su mano deslizándose hacia arriba y hacia abajo por su eje, su respiración entrecortada y gemidos agudos, seguidos por algún gruñido o gemido ocasional. Podías oler el olor a sudor mezclado con pura excitación saliendo de él y cuando terminó prácticamente podías saborear su semilla. Fue insoportable.

  No estabas segura de dónde se había adaptado la 'habilidad' involuntaria, pero desde que llegaste a la pubertad, es como si tus sentidos se hubieran intensificado. Tu deseo sexual ya era alto, pero escuchar a Peter todos los días sólo hacía que el medidor se acercara más a la zona roja.

  Aparte de los sentidos, también había otra razón por la cual a veces te encontrabas escuchando intencionalmente. No eras una asquerosa, por extraño que sonara, pero escucharlo complacerse a sí mismo era casi una conexión a tierra.

  Al principio de tu adolescencia, te diagnosticaron un trastorno de pánico. Después de que tus padres y tu hermano menor murieran en un accidente de barco de carga mientras estabas en un viaje escolar, tu vida dio un giro total. Por supuesto, habías ido a terapia y te habían recetado medicamentos y otras sesiones de asesoramiento, pero ya habías descubierto qué te mantendría en el mundo real el tiempo suficiente para que pasara la incómoda oleada. El único problema era que lo que te mantenía con los pies en la tierra no tenía un precio razonable.