10

225 23 2
                                    


   Observé aquellos ojos idénticos a los míos una última vez antes de empezar a correr desesperada. No quería verlo, no quería ni siquiera dirigirle la palabra, no quería verlo, solo quería irme y que se vaya al diablo aquel maldito.
   Lo último que logré ver salir de sus labios fue un "Ana" sin sonido junto su ceño fruncido. Corrí y corrí hasta llegar al río que dividía aquella casa del bosque. Busqué con la mirada aquel tronco que me traía tantos recuerdos. Corrí hacia él y con mi pie toqué de este. No era muy capaz de resistir mi peso. Estaba muy gastado y la madera estaba podrida por humedecerse tantos años estando ahí.

- De algo hay que morir.

  Dije y con cuidado mi cuerpo ya estaba encima del tronco. Tembló y escuché como se quebró algo. O corro y caigo, o sigo caminando con cuidado con menos probabilidad de caer. Soy Ana, así que siempre voy a hacer lo más estúpido, así que comencé a correr. El tronco se partió en dos y cayó a la corriente del río, logré llegar al otro lado, pero no evité caer y lograr agarrarme de la orilla. No tenía fuerza en mis brazos como para impulsarme y no caer. Estaba por caer y saber que era capaz de ahogarme por la fuerte corriente que tenía aquel río. Con todas mis fuerzas comencé a arrastrarme lentamente hasta que mi cuerpo se encontró recostado sobre el césped. Me levanté de allí y retomé el aliento comenzando a caminar lentamente por el bosque. Esto en verdad me traía muchos recuerdos.

  Caminé y caminé por el inmenso bosque hasta llegar al otro lado. Era una de las zonas más ricas de todo Seúl, y sabía, que por aquí, estaba la casa de un viejo amigo.

  (...)

- ¡No y no! A parte, ¿Cómo se que eres Ana? —Protestó el alto mirándome con el ceño fruncido y enojo.

- ¡Ugh, HyunJin! ¡Por favor, no te hagas el imbécil! ¡Soy yo! ¡Soy Ana! ¡La loca que asesinó a sus padres! ¿No te acuerdas acaso? "Hey tú, ¿Tu eres la que asesinó a sus padres?" —Imité aquellas palabras regresando a mi entorno serio. HyunJin cambió su ceño fruncido a una mirada sincera.

- Oh, pequeña. —Se acercó a mí y me abrazó. Había extrañado todos estos años aquellos cálidos y dulces abrazos llenos de amor. - Pero, estás cambiada como para ser Ana, ella nunca se habría puesto rubio en el cabello. —Dijo mirando y tocando mi cabello decolorado.

- Debía hacerlo, no quiero que me reconozcan ahora que estoy como prófuga.

- ¿Qué? —HyunJin se separó de golpe y me miró prepcupado. - ¿Tú qué? ¿No estás libre porque te liberaron entonces? —Habló con confusión

- No... —Murmuré y bajé mi mirada.

- Oh, no. No, no, no, no, no. Esto no está bien. No, no puedo tener una prófuga en mi casa, no es posible. —Se alejo y comenzó a caminar por su enorme sala tirando de sus cabellos.

- HyunJin, por favor, necesito tu ayuda. —Dije con sinceridad mirandolo. HyunJin se detuvo de golpe y giró su cabeza en mi dirección, en verdad es aterrador cuando hace aquello.

- ¿Qué quieres? —Dijo y se acercó a mi de golpe.

- Eres la única que persona que conozco que tiene un Jet privado.

- Oh, por favor. —Giró su cuello y cerró sus ojos al escuchar mis palabras, procesando lo que le dije. - ¿Adónde quieres ir?

Lo miré con mis ojos iluminados y una enorme sonrisa de emoción, me estaba alegrando la vida.

- Necesito ir a Canadá.

The dream of the Psycho || Kim Tae HyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora