Luz

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Su primera impresión de México fue algo muy diferente a lo que él esperaba. No era más alto que él, lucía tal vez, solo unos años mayor, vagamente un adulto. Había un atractivo en su apariencia que no supo discernir. Masculino, de una complexión que le recordaba mayormente a los jóvenes que labraban el campo. Sus ojos eran encantadores, no iba a negarlo, aun así, un curioso dolor se reflejaba tímidamente en ellos, que aumentó solo un poco, al momento de dirigir su mirada a URSS.

El que parecía ser su comandante se mantuvo cerca de él en todo momento, logrando de ese modo que la nación se relajara y ese brillo oscuro desapareciera, para dar paso a una bella sonrisa. De este modo, su padre, México y el comandante entraron en una conversación. Rusia notó la energía y juventud que los pilotos derramaban al estar juntos, con una curiosidad perceptible a la llegada a un nuevo país.

Y mientras los veía, esa misma energía parecía llegar a México, haciendo que su sonrisa se hiciera más animada. Quizás la sonrisa en el rostro de la otra nación le hizo ver la figura del gallo. Eran casi idénticas. Rusia no pudo evitar decir en voz baja para sus hermanos:

―Es como un gallo rojo ―Ucrania y Bielorrusia por su parte rieron muy suavemente.

México en cambio, solo quedó congelado ante lo que oyó, dirigiendo su mirada hacia el muchacho quien, al verse descubierto, se tragó sus palabras y se preparó para lo que sea que le fuera a llegar de aquella desconocida nación. Si, tenía una voz hermosa. Si, su apariencia era completamente atractiva y sus pilotos parecían agradables, pero esas eran apariencias no carácter, y él no estaba seguro de si aquella nación vecina de América era agresiva o pacífica. Su padre le había dicho que prefería la vía política ante otras naciones, pero él aun no era una nación.

Su padre por su parte lucía ligeramente sorprendido "¿Y eso no era una sorpresa de parte de la siempre fría y estoica URSS? ¿Tener más de una emoción?" Fue lo que pensó Rusia luego de ver las reacciones de ambos ante tal desafortunado comentario.

Para su sorpresa, México solo suspiró profundamente y dijo:

―Bueno, creo que en esta ocasión si me lo merezco- Y México sonrió de forma ligeramente cómplice a su padre, quien, de paso, solo negó con la cabeza. Una suave sonrisa formándose en su rostro. La nación tricolor entonces vio a sus compatriotas quienes estaban riendo. Él no estaba seguro de qué era lo que había hecho, pero al ver la mirada de aprobación en el rostro de su padre supo que fue lo correcto.

―Ustedes son nuestros invitados, podemos hablar más en cuestión de nuestros lazos y planes para el futuro ―La voz de URSS sonó relajada y tranquila, ese toque gélido se hizo presente, aunque ya no tan intenso como antes.

―Muchas gracias, URSS. Apreciamos la invitación ―Ahora México había mostrado una sonrisa, y esa también iba dirigida a ellos. Bielorrusia aun se ocultó detrás de Rusia tímidamente, pero en su rostro ya no había miedo, sino una saludable curiosidad. Lo mismo con Ucrania quien correspondió tentativamente.

Había pasado un momento, la reunión entre la nación mexicana y su comandante con el soviético y su líder había comenzado. Ucrania y Bielorrusia no habían atendido la reunión entre ambas naciones debido a ser muy jóvenes, y aun estando bajo el yugo de su padre (aunque la realidad, era que no quería que ellos estuvieran en la misma habitación que Stalin, de eso fue lo que Rusia se dio cuenta), URSS era responsable de ellos. Rusia en cambio sí había podido asistir. Esa fue la primera reunión a la que asistió en su vida. Acorde a su padre, era para que empezara a saber qué decir y comportarse cuando sea su turno de heredar de todo. Y conforme la reunión fue avanzando, Rusia pudo darse cuenta del porqué su padre había decidido que ya estaba listo para empezar a atender esas juntas, aun si solo era como un observador.

Quizás -#EventoRusmexNavideñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora