we'll be alright · h & l

[Side A]: Prólogo

SIDE A: WE'LL BE BROKEN
I can feel you take control of who I am

Agosto, 2018

Estrellas. Flotando alrededor de la bombilla de una lámpara. Son de colores y se mueven cuando intenta seguirlas con la mirada.
Tienen la concentración de Harry por completo.

Las cuerdas de una guitarra. Suenan de vez en cuando y se mezclan con voces a las que no está prestando atención. Mantienen una conversación y cree haber escuchado su nombre en ella. No se molesta en comprobar ni quién ni por qué lo ha mencionado.

Su visión periférica insiste en agudizarse y captar con detalle cada movimiento a su alrededor. Aunque no sabe quién es la persona que se ha sentado a su lado, siente el sofá hundirse ante el peso.

—No estás enfocado —es entonces cuando escucha la voz de Mitch, y es también cuando consigue apartar la mirada de la estúpida bombilla, enfocándola en las pupilas dilatadas de su guitarrista, quien ríe al encontrarse con las suyas—. Me estoy riendo, pero estoy hablando en serio. No estás enfocado, y no estamos avanzando.

Harry parpadea. Asiente con la cabeza sin siquiera saber a qué.

—Estoy muy ciego —la única frase que cree haber dicho en mucho tiempo causa un par de risas a la otra esquina del estudio.

—Ya veo. Ni siquiera estás pensando en la maldita canción —es Tyler -escritor y productor- quien habla desde su asiento en una silla junto al equipo de sonido.

—Porque no me gusta —Harry hace una mueca—. Es rara. Quiero descartarla.

—Aquí no se descarta nada —Kid está ocupando una silla junto a Tyler y es quien ha tomado la palabra ahora, haciendo clic en el ratón del monitor frente a ellos antes de volver a mirar al resto. Sus pupilas también están dilatadas—. La volveremos a escuchar cuando no estemos tan jodidamente ciegos y podemos intentar salvarla. Cambiar un par de cosas, reestructurarla un poco... A lo mejor funciona.

—No está funcionando —es la voz de Louis.

No está presente. Harry sabe que no está presente. Pero esa es su maldita voz y está sonando en su cabeza. Justo un segundo después, también puede ver su cara.

Tiene el ceño fruncido y quiere parecer serio, aunque ambos saben que sus ojos y su expresión consternada delatan fácilmente lo triste, asustado y agobiado que está.

Harry siente una familiar oleada de frustración recorriendo su cuerpo, y es cuando se da cuenta de lo que está pasando: es un recuerdo.

Un recuerdo muy vivo, de hecho, porque de un momento a otro, sus ojos se vuelven incapaces de enfocarse por completo en lo que tiene delante, y sin embargo es la imagen de Louis en su cabeza lo único que puede ver con claridad.

—¿Tenemos otra opción más que seguir intentándolo? —Harry pregunta en sus recuerdos, y Louis asiente, claro que asiente. La otra opción es la que él, indirectamente, lleva -o llevaba- sugiriéndole durante meses, y la que Harry siempre se negó a tomar—. Eres un terco. Eres un jodido terco de mierda —le acusa después de un resoplido frustrado.

A su alrededor sigue escuchando voces, guitarras y risas, pero él está demasiado inmerso en su mente intoxicada por drogas como para volver a conectar con el mundo real.

Así que se mantiene enterrado en esos recuerdos donde un -demasiado joven- Harry de veinte años pelea por una relación que a los ojos de la otra parte "ya no tiene futuro".

—Si nuestra relación sigue en pie a estas alturas es precisamente porque ambos somos unos tercos de mierda —Louis habla dentro de su cabeza, sus cejas se alzan en arcos perfectos sobre ojos tristes y cansados—. Nos estamos forzando a estar juntos, Harry, y no está funcionando —recalca.