Capítulo dos

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I know that you're tryna be friends

Abril, 2018

Desde hace un par de meses, Louis ha estado formando parte de su vida en pequeñas dosis, con simples llamadas de vez en cuando y algún que otro mensaje cada vez que tienen un hueco.

En persona nunca han coincidido, porque la verdad es que no han intentado coincidir. Así que Harry sigue sin saber cómo luce ahora; no sabe si su aroma sigue siendo el mismo, si está dejándose crecer la barba, o si ha decidido añadirle tinta y dibujos nuevos a su piel.

Una parte de Harry no quiere saberlo. Se dice así mismo que están bien así, que con escuchar su voz de vez en cuando y tener conversaciones banales en las noches de insomnio es suficiente.

Pero la otra parte de Harry no para de recordarle la última imagen que guarda de Louis: delgado, cansado y deprimido. Un lío de ojeras, clavículas marcadas y pómulos afilados que acostumbraba a beber demasiado y comer muy poco.

Esa parte de Harry, en realidad, es más fuerte que la otra, porque no puede evitar querer comprobar si a día de hoy esos pómulos siguen marcados, si ha ganado algo de peso, o si sus ojos ahora brillan más o brillan menos que la última vez que miró dentro de ellos.

Así que esa noche, desde la esquinita de su cama en aquel hotel, decide escribirle un mensaje y preguntarle qué está haciendo, solo para recibir una respuesta tan simple como lo es un «nada».

Hace quizás una semana desde la última vez que hablaron, y Louis rápidamente se lo recuerda preguntándole si es que la vuelta al tour le ha tenido demasiado ocupado. Y la verdad es que sí; ha estado ocupado, y también acompañado.

Eventualmente terminó contándole a Camille que ha vuelto a retomar contacto con Louis, y es evidente que a ella le parece bien que lo haya hecho; porque fue ella quien se lo sugirió en primer lugar, y porque además, desde que tiene esa pequeña parte de Louis de vuelta en su vida, Harry se encuentra en paz.

En paz consigo mismo, con el mundo, con su pasado y con su presente. La ausencia de Louis le pesaba mucho, y aunque tiene que admitir que su presencia también pesa un poco -y escuece-, los aspectos positivos son más de los que alguna vez creyó que podrían ser.

Ha dejado atrás las noches de frustración que hasta hace poco no entendía, porque ahora sabe que Louis no le guarda rencor, porque ha podido redimirse de las cosas que hizo mal con él, y porque ahora siente que su vida está en una balanza recta por primera vez en mucho tiempo.

Y como consecuencia, todo a su alrededor ha mejorado. Incluyendo su relación con Camille.

Quién le iba a decir a Harry que solo necesitaba hacer las paces con su anterior relación para poder disfrutar plenamente de la actual.

Así que ha estado ocupado con la vuelta al tour, y acompañado por su novia durante las que se atreve a calificar como las dos mejores semanas que han tenido en los últimos dos meses.

Pero Camille se marchó ayer, porque tiene  trabajo que hacer en París. Esa misma mañana recibió un mensaje de suyo en el que le decía que ya había aterrizado en Francia, y Harry supone que estarán un par de meses separados antes de poder volver a verla.

Esta noche, tiene la habitación para él solo, y la verdad es que está muriéndose de sueño; la mayor parte de sus energías se las ha dejado sobre el escenario que ha pisado hace unas horas, y la tenue luz junto a la mesita de noche a su lado no ayuda demasiado a mantenerle despierto, pero Harry ha comenzado esa conversación con Louis por algo.

we'll be alright · h & lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora