Capítulo 3

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— Yo, soy el Señor de los Dragones… — Persona normal hablando.
    [Yo, soy el Señor de los Dragones…]    Seres Sellados hablando.

—ʺAsí que este es el poder de los Dragonesʺ — Persona normal pensando.

Capítulo 3: Reconocimiento

Los sonidos de la batalla inundaban el páramo en una sinfonía de guerra y muerte de forma indiscriminada para cada uno de los lados en conflicto.

Ángeles, Demonios y Caídos teniendo bajas a cada instante.

Sin embargo, en uno de los frentes se había formado una burbuja de tenso silencio, dejando espacio para el susurro que cada respiración irregular generaba en respuesta a la presencia de un depredador acechando a su presa.

Cada individuo se cerró a cualquier sonido que no fuera su propia respiración, con el corazón martillando en su pecho cuando un par de ojos carmesíes los miró con intensidad.

Naruto permaneció en silencio, recorriendo con la mirada a sus oponentes y evaluando el nivel de amenaza que representaban.

Esto le hizo notar como la mayoría estaban congelados como ciervos bajo el faro.

— ¿Qué sucede?, Parecen un sapo sin esperanza a quien lo ve fijamente una serpiente… — Preguntó el joven Gremory mientras dibujaba una pequeña sonrisa petulante.

Cualquiera pensaría que solo alardeaba.

Pero Kokabiel, Penemue y Gabriel sabían que a pesar de ese hecho, el peli-rojo tenía el poder para respaldar su tono engreído y levemente burlón.

Por su parte, Almurg y los chicos no sabían cómo reaccionar ante lo que veían, estando enraizados en su sitio con un Cadre frente a ellos, el cual para su alivio tenía toda su atención en el chico Gremory.

Entonces el Cadre se sacudió la sensación asfixiante y sonrió de forma sanguinaria girándose hacia él.

— Heee~ realmente me tuviste al borde por un momento, pero después de nuestro primer encuentro has dejado una impresión en mí que es muy difícil de superar, así que dudo mucho que puedas sorprenderme nuevamente — Declaró Kokabiel mientras lo encaraba y daba un paso al frente de forma tentativa.

Esto sacó de su aturdimiento a Penemue y Gabriel, quienes levantaron la guardia mientras esperaban el más mínimo movimiento enemigo para contratacar.

— Ya veo, así que él es quien emana esa presencia tan notable — Dijo una nueva voz en el lugar.

El grupo de Almurg alzó la vista, encontrándose con un Ángel de diez alas.

Ellos tragaron con fuerza al reconocer al Arcángel Rafael.

— Porque no me sorprende verte aquí también, Kokabiel — Dijo otra voz desde la espalda del mencionado.

— Meh~, nos encontramos de pura casualidad — Respondió el Cadre encogiéndose de hombros, pero sin apartar la mirada del peli-rojo.

Un hombre vestido con una armadura de placas negras con detalles dorados y un manto cubriendo uno de sus hombros se paró a la derecha de Kokabiel.

Este era Baraquiel, el usuario del Rayo Santo.

— Azazel me envió apenas se sintió el cambio en el balance del poder aquí en el campo de batalla — Agregó mirando al peli-rojo cuidadosamente.

Penemue soltó un pequeño suspiro, para luego analizar las circunstancias y las probables reacciones del joven Gremory ante su situación actual.

Por otra parte, los Caídos presentes se sintieron más seguros al ver tres Cadres de su lado, por lo que se prepararon para la batalla.

— Gabriel, pensé que no te involucrarías directamente como Padre lo ordenó — Señaló Rafael cuando descendió al lado de su hermana.

— Mantuve mi distancia como me lo ordenaron, pero de alguna manera me sintió y me arrastró a la batalla — Respondió la Serafín sacudiendo su incertidumbre.

Naruto observó como todos salían de su shock inicial para luego centrarse en él.

Su sonrisa anterior se había ido, siendo una inusitada seriedad lo que su rostro reflejaba actualmente, sin embargo permanecía tranquilo a pesar de verse superado en número.

Entonces sonrió de nueva cuenta.

— Vaya, no pensé verme en tal situación delicada — Dijo mientras alzaba lentamente su mano derecha para desabrochar su capa de los hombros.

En ese instante Kokabiel y Baraquiel formaron espadas de luz, mientras Penemue formaba su lanza carmesí y los demás Caídos invocaban lanzas de luz en distintos colores.

Gabriel y Rafael invocaron sus propias lanzas en acto reflejo a las acciones de los demás presentes.

— Si van a enfrentarme les recomiendo no confiarse si es que valoran su vida, pero si es así… — Dijo el joven Gremory perdiendo la jovialidad en su voz.

El grupo formado por Lacefh Amon, Valzir Vapula, Hilfrar Glasya-Labolas, Zidur Valefor y Kalcip Abbadon, guiados por Almurg Lucifuge para vigilar a Naruto Gremory se reagrupó en leve pánico al sentir como una enorme presión se dejaba sentir en este pequeño campo de batalla por parte de los miembros de Facción de alto nivel presentes.

Ya lo habían pensado y realmente no tenía caso involucrarse en batalla, pues ellos valoraban su vida más que proteger a un solo Demonio, incluso si protegerlo era una orden del Maou.

Y así cuando el segundo broche de la capa del peli-rojo se desprendió y esta voló en el viento el infierno se desató.

Penemue fue la primera en atacar, lanzando su lanza carmesí seguida de los Caídos de dos y tres alas presentes, mientras Gabriel y Rafael tomaban vuelo e invocaban varios círculos mágicos sobre los presentes.

El Senin Modo de Naruto agudizó sus sentidos y elevó sus capacidades físicas a un nuevo nivel, por lo que él pudo ver la secuencia de movimientos enemigos con mucho más detalle de lo normal, procesando rápidamente su mejor curso de acción a seguir.

Por eso supo que el ataque de Penemue que contenía más poder y velocidad que el de los Caídos restantes llegaría primero, además de poder precisar las posiciones de Kokabiel y Baraquiel en menos de un segundo, así como las de Gabriel y Rafael a pesar de salir de su vista gracias a que podía sentir su presencia claramente.

Así que confiando en sus habilidades, Naruto reaccionó al instante al inclinarse un poco para tomar hábilmente la lanza de Penemue en pleno vuelo.

Sintiendo la lanza entre sus dedos, procedió manipular sus propiedades para solidificarla y darle una forma más elegante que podría usar como arma improvisada, pero no menos letal.

Entonces girando sobre su propio eje se permitió dar una vuelta completa para luego encarar a sus oponentes nuevamente, mientras ponía la lanza carmesí de ahora dos metros sobre su hombro de forma relajada, para luego desaparecer en un destello con ligera estática y una corriente de aire que desvió las demás lanzas de luz que buscaban golpearlo.

Esta simple acción que no tomó más de dos segundos hizo que todos quedaran aturdidos, pues mostró un nivel de habilidad impensable para alguien tan joven.

Fue en ese momento que Kokabiel abrió los ojos en pánico y se giró levemente con los ojos bien abiertos, solo para ver como el peli-rojo aparecía detrás de él con la lanza de luz apuntando a su cabeza mientras la sostenía de forma casual con una sola mano.

De cerca pudo ver como esta era más nítida además de tener algunos grabados a lo largo del arma.

Casi parecía un arma cualquiera, si ignorabas el leve resplandor que trasmitía.

— Si es así… prepárense a morir… — Dijo con voz grave y lapidaria empujando la lanza carmesí hacia Kokabiel.

Gracias a su gran experiencia, este esquivó doblando su cintura hacia un costado para quedar con la espalda horizontal hacia el suelo, solo sostenido por la fuerza de sus piernas.

Cuando intentó recuperase, el peli-rojo levantó la pierna para conectar una patada de lleno que el Cadre apenas pudo bloquear anteponiendo los brazos de forma defensiva, pero siendo enviado a volar por la fuerza del golpe.

En ese momento Baraquiel ya estaba en movimiento, mientras Penemue ya tenía una nueva lanza de luz en sus manos.

Ambos fueron sorprendidos por la velocidad del peli-rojo por lo que no pudieron reaccionar más rápido y evitar su ataque inicial.

Naruto desvió el corte de Baraquiel con la punta de la lanza, girando sobre sí mismo y usando el otro extremo para barrer los pies de Penemue mientras se agachaba y evitaba ser empalado.

Todo con movimientos fluidos, pero agresivos al mismo tiempo.

Después dio un salto para retroceder cuando Baraquiel se recuperó, para luego girar su lanza y desviar varias lanzas de luz cortesía de los Caídos de bajo rango, mismas que explotaron detrás de él.

— Gantetsu Ame (Lluvia de Roca Férrea) — Murmuró Naruto mientras apuntaba con su palma hacia el suelo, donde se generó un enorme círculo mágico.

Luego levantó sus dedos índice y medio apuntando hacia arriba para que de este una lluvia de rocas y escombros surgieran ascendiendo hacia el dúo de Arcángeles, los cuales dispararon dos rayos de luz sacras que habían preparado de ante mano.

— ¡Katon: Housenka no Jutsu! (Elemento Fuego: Jutsu Flor del Fénix) — Exclamó haciendo un sello de mano y escupiendo varias bolas de fuego de tamaño mediano.

Estas se unieron a las rocas voladoras creando un ataque parecido a una lluvia de meteoros, aunque en vez de caer estos ascendían, contrarrestando el ataque de los Serafines para su sorpresa y frustración.

Fue entonces que un recuperado Kokabiel hizo llover lanzas de luz sobre su oponente desde otro ángulo, mientras Baraquiel usaba un ataque de relámpago desde tierra.

— “Su velocidad y tiempo de reacción son monstruosos, pero no podrá escapar de dos ataques simultáneos nivel Cadre” — Pensó Penemue al ponerse de pie nuevamente.

Su mente analizando las opciones del peli-rojo.

Su conclusión a la situación actual era que solo podría defenderse de un ataque, dejándolo indefenso ante el otro ataque.

Como ella esperaba, Naruto se giró rápidamente hacia Baraquiel mientras hacía señales de mano e inflaba el pecho.

— ¡Futon: Shinku Reppa! (Elemento Viento: Ráfaga de Vacío) — Exclamó mientras una ráfaga de viento surgía de su boca.

Penemue entrecerró los ojos, viendo como las lanzas de luz se acercaban peligrosamente a él.

Kokabiel sonrió al ver la espalda descubierta del chico al ignorar su ataque, lamentando un poco que la batalla haya terminado de esta forma por confiarse ante el número de oponentes.

Fue entonces que lo notó.

El peli-rojo había lanzado su lanza al aire para liberar sus manos y poder defenderse, por lo que esta giraba sobre su cabeza antes de explotar en una nube de humo, revelando un clon del joven.

La Cadre también notó demasiado tarde al clon peli-rojo, maldiciendo por lo bajo al olvidar que había mostrado tener esa habilidad.

Entonces este extendió sus manos mientras varios círculos defensivos eran invocados.

¡BOOOMMM!

El Cadre solo vio como las lanzas explotaban al contacto.

Entonces su mirada fue al otro peli-rojo, viendo como el viento que expulsaba de su boca neutralizaba al rayo de Baraquiel.

Él pudo sentir como una presencia se movía hacia el punto ciego del chico.

— Holy Ray (Rayo Santo) — Dijo Rafael con calma disparando un poderoso rayo dorado desde un círculo mágico.

Naruto abrió los ojos levemente antes de cancelar su ataque para poder esquivar.

Todo al mismo tiempo que Baraquiel dejaba de usar sus rayos al ver la inefectividad de su intento.

Pero el peli-rojo no pudo tener un segundo de descanso al tener que moverse nuevamente para poder evitar una nueva lluvia de lanzas de luz cortesía de los Caídos restantes, para luego bloquear un poderoso puñetazo de Gabriel que lo hizo retroceder un poco mientras sus pies se hundían levemente en el suelo.

Kokabiel intentó abalanzarse de nueva cuenta, pero el clon le cortó el camino.

— Lo siento, pero te quedarás conmigo unos minutos más — Dijo el clon cuando voló para ponerse a su altura ganando su atención.

— Hmp, quizás puedas distraerme lo suficiente para darle al original un respiro, pero te olvidas de Baraquiel y Penemue — Dijo el Cadre mientras formaba un par de espadas de luz.

Por su parte el clon sonrió.

— Mira bien el lugar donde están esos dos — Fue lo único que el clon dijo mientras alzaba su  mano derecha.

El Cadre entrecerró los ojos, pero hizo lo que se le pidió.

Baraquiel y Penemue se preparaban para entrar en batalla, sin notar una lanza carmesí caída en el suelo detrás de ellos.

Kokabiel no tuvo tiempo de advertirles, porque en ese momento el clon peli-rojo chasqueó sus dedos.

¡BOOOMMM!

En respuesta la lanza brilló un momento antes de explotar atrapando a ambos Cadres con la guardia baja.

— ¡¿Qué demonios?! — Exclamó el Cadre mirando la nube de humo que surgió tras la explosión.

Kokabiel miró al peli-rojo frente a él, el cual se cruzó de brazos y sonrió levemente.

— No te sorprendas, después de todo era la lanza de Penemue cuya energía manipulé con mi propio poder, a pesar de como lucía esa acción la hizo inestable y extremadamente volátil, pero mientras estaba en contacto conmigo la mantuve bajo control… — Fue la tranquila explicación del clon.

— Y cuando renunciaste a ella se convirtió en una trampa muy conveniente, sobre todo si podías ajustar el momento para la detonación — Fue el complemento dicho por el Cadre.

El clon amplió su sonrisa un poco más.

Kokabiel sacudió su cabeza mientras adoptaba una sonrisa salvaje.

— Te has ganado mi respeto chico, pero ¿Qué tal si continuamos con la pelea? — Dijo tomando posición de combate.

— No duraré mucho contra ti, pero no esperes que sea tan fácil derrotarme — Declaró el clon con una mano detrás de él mientras ponía su palma derecha al frente.

Por su parte, el original bloqueaba los golpes de Gabriel, mientras esquivaba algunas lanzas de luz arrojadas por los Caídos, mismas que la Serafín desviaba hacia su dirección con facilidad.

Ante esta situación Naruto se sintió presionado, sobre todo cuando sintió al otro Serafín acercarse a él.

Necesitaba algo de espacio.

Con eso en mente hizo sellos de mano.

— Katon… (Elemento Fuego) — Dijo mientras inflaba el pecho.

Gabriel abrió los ojos al escucharlo, por lo que invocó un círculo defensivo frente a ella, el cual se curvó un poco esperando desviar las llamas que pronto surgirían de la boca de su oponente.

Pero su leve sorpresa y pánico se convirtió en confusión cuando en vez de llamas, una nube gris surgió de la boca del chico, cubriéndolos a ambos y dificultando la visibilidad.

— ¡Gabriel! ¡Sal de ahí! — Exclamó Rafael al momento de detener su acometida.

Si lo que dijeron Gabriel y Uriel era cierto, entonces su hermana estaba en serios problemas si perdía su visibilidad.

— ¡Haisekishou! (Nube de Cenizas Ardientes) — Se escuchó decir a la voz del peli-rojo.

En medio de la nube brumosa, Rafael pudo distinguir una chispa brillar brevemente.

¡BOOOMMM!

La explosión lo tomó por sorpresa, incluso un par de Caídos que se habían acercado demasiado fueron envueltos en fuego al estar dentro del alcance de la nube ígnea.

De repente, de entre la nube de llamas surgió una figura envuelta en fuego, misma que de un movimiento de sus alas apagó las llamas que la rodeaban.

Es figura demostró ser Gabriel, la cual estaba ilesa, aunque un poco de hollín se había pegado en su armadura, además de algunas hebras de cabello dorado levemente quemadas.

Cabe decir que esta tenía una expresión aturdida.

— ¿Estás bien? — Preguntó Rafael cuando se acercó a ella.

— Si, esperaba un ataque de fuego desde el inicio, por eso cuando nos cubrió con esa nube gris me sentí confundida, pero entonces provocó esa chispa y apenas tuve tiempo de cubrirme — Respondió la rubia viendo como la nube ardiente empezar a amainar.

Ante esto, el Serafín soltó un suspiro que contenía.

Hubiera ayudado a su hermana antes, pero la explosión que consumió a ambos Cadres lo distrajo brevemente.

— ¡Coff! ¡Coff! — Se oyó toser a una voz femenina.

La nube de polvo se dispersó mostrando a Baraquiel y Penemue con leves quemaduras visibles en sus armaduras, pero mayormente ilesos.

— Eso fue peligroso — Comentó un serio Baraquiel mientras sacudía su cabeza.

— De haber sido algo más poderoso ahora estaríamos heridos de forma seria — Dijo Penemue sacudiendo el hollín de su armadura.

Entonces un destello en el aire les llamó la atención a ellos y los Ángeles.

Cuando alzaron la mirada, vieron como Kokabiel esquivaba una enorme bola de fuego expulsada de la boca del clon peli-rojo, para luego acercarse a este el cual esperó poder desviar el ataque entrante.

Solo que no esperó que antes de cerrar distancia por completo, el Cadre transformara una de sus espadas en una alabarda tomándolo por sorpresa y perforara su pecho, acabando con su existencia en una nube de humo.

— Ni cerca del mocoso original — Se quejó girando su alabarda con habilidad, para después mirar hacia abajo al lugar donde Naruto peleaba con Gabriel.

Cuando la nube de fuego desapareció, un serio peli-rojo los miraba con cautela.

Los Cadres y Serafines se prepararon en ese instante, mientras los Caídos invocaban nuevas lanzas de luz y hacían una nota mental de proceder con precaución y no acercarse mucho si este escupía cenizas de su boca.

¡ZAP!

El sonido de algo siendo perforado resonó en el lugar.

Naruto abrió los ojos en shock, bajando la mirada y ver como una lanza de luz color carmesí surgía de su pecho.

— Vaya, no pensé que una simple ilusión pudiera funcionar contra ti — Dijo Penemue a su oído con tono sensual.

Por reflejo miró a donde estaban Baraquiel y Penemue, solo para ver como la Cadre desaparecía de la vista lentamente, causando que la realización llegara a su rostro.

— Una… ilusión… — Dijo con voz temblorosa.

El silencio cayó en el sitio al ver tal imagen.

La expresión incrédula del chico les removió el interior a Gabriel y Rafael, pero cerraron sus corazones, pues el peli-rojo había demostrado ser alguien peligroso.

Era preferible terminarlo en este momento que era más propenso a cometer errores que dejarlo ir y que se convirtiera en un verdadero peligro en el futuro próximo.

Por su parte, Kokabiel sonrió ante la escena, aunque no tan entusiasmado ni satisfecho como debería estar, pues el chico lo entretuvo en ambas confrontaciones que tuvieron.

Había demostrado ser un desafío prometedor, por eso que cayera de esa forma era decepcionante.

— Tsk, que estupidez — Escupió mientras descendía junto a Baraquiel.

Todo parecía anticlimático.

Pero entonces.

— Jejejeje~ — Fue una débil risa lo que les llamó la atención.

Todos miraron a la forma moribunda del peli-rojo, el cual tenía sangre cayendo de su boca mientras sonreía a pesar de tener una lanza perforando su pecho.

Detrás de él, Penemue tuvo un escalofrío y sus sentidos se agudizaron, teniendo un mal presentimiento.

— Siendo sincero, esperaba esta acción de Kokabiel, no de ti… — Habló Naruto a la ligera.

Se veía pálido y sudaba copiosamente.

— Planeé bajar la guardia… y esperar ser sacado de la ecuación, pero no pensé… que pudieras usar una táctica de esta naturaleza para tomarme por sorpresa… te subestimé y pagué el precio — Volvió a decir de forma entrecortada.

Todos los presentes sintieron que algo en su tono de voz estaba mal.

— No obstante… solo necesitaba un breve respiro, el cual logré… gracias a ti… Almurg… será mejor que tú y los demás retrocedan ahora… si no quieren quedar atrapados en fuego cruzado — Dijo mientras forzaba la mirada hacia los Demonios presentes.

Estos no se habían movido en ningún momento, mostrando expresiones estupefactas al ver como el joven Gremory encaraba a enemigos poderosos con bastante habilidad, aunque al final los números jugaran a favor del enemigo.

Pero este comentario los sacó de su estupor y los tensó, pues ahora eran blanco de la mirada de los Cadres y Serafines presentes.

— ¿Qué…? — Logró articular el Demonio Lucifuge con duda.

Entonces vieron como la sonrisa del peli-rojo se ensanchó peligrosamente, ocasionando que todo el mundo se tensara en anticipación.

— Booommm — Murmuró audible para todo el mundo.

¡BOOOMMM!

Una poderosa explosión lo consumió, al tiempo que Penemue era despedida en el aire después de retroceder al comprender que pasaría, pero aun así fue alcanzada por gran parte de la explosión.

El sitio se sacudió, además de que la onda de choque alcanzó a los grupos y los hizo tambalearse.

— ¡Penemue! — Exclamó Baraquiel preocupado con los pies firmemente plantados en el suelo.

— ¡Penemue-sama! — Gritaron aterrados los Caídos al ver como uno de sus Líderes era golpeado por la explosión.

La Caído volaba por el aire casi inconsciente, pero al escuchar los gritos de sus hombres, la Cadre abrió los ojos para luego maniobrar su cuerpo en el aire, cayendo de forma controlada, pero seguidamente se desplomó sobre sus rodillas mientras se llevaba una mano al costado.

— ¡Gah! — Exclamó al sentir un par de costillas rotas.

Fue lo mismo que había pasado con Gabriel al golpear aquel clon que el peli-rojo llamó clon explosivo.

Sin embargo, esta explosión no se comparaba, ya que fue más poderosa y prueba de ello eran sus heridas.

Trato de pensar en cómo lo había hecho, pues en ningún momento lo vio hacer ningún otro clon que no fuera el que Kokabiel asesinó y el que hizo al principio del encuentro, por lo que llegó a una rápida conclusión.

— Ah~ ah~ eso fue peligroso… tal medida desesperada, pero esa fuerza… sin duda fue una explosión suicida — Dijo entre jadeos mientras se aplicaba un hechizo de recuperación menor para lidiar con el dolor.

Aunque era extraño, pues el heredero Gremory tenía una gran cantidad de poder a su disposición, por lo que la explosión debió de ser más grande y poderosa.

Tanto como para poder dejarla gravemente herida o al borde de la muerte.

Pero en medio de sus pensamientos lo sintió.

Una presencia conocida apareció a su espalda por lo que sus pupilas se dilataron en shock.

Baraquiel detuvo su carrera hacia su compañera, mientras Kokabiel ensanchaba sus ojos sorprendido.

Gabriel y Rafael tenían las pupilas dilatadas al no poder creer lo que veían.

Almurg y su grupo tenían la mandíbula hasta el suelo, mientras los Caídos se encogían de temor.

Los pasos resonaron mientras la figura caminaba hasta ponerse al lado de Penemue.

— ¿Cómo…? — Logró decir la Cadre cuando los pasos se detuvieron junto a ella.

Penemue estaba de rodillas en el suelo mientras sostenía su costado magullado, mirando el suelo con una expresión de shock total e incredulidad, con un toque de desesperación.

— Ninguno lo notó, pero cuando repelí a Gabriel hice un Bunshin Daibakuha (Clon Explosivo) en medio del humo de la explosión, así que al sentir tu movimiento hacia mi espalda simplemente me alejé dejando mi clon como carnada… como dije antes, solo necesitaba un respiro — Respondió Naruto tranquilamente mientras miraba a los Cadres y Serafines, así como los Caídos y los Demonios de su grupo con inusitada calma.

Seguidamente el peli-rojo cruzó sus dedos.

¡PUFF!

En una nube de humo un nuevo clon apareció, poniendo a todo mundo nervioso.

— Saben, me he dado cuenta de que la mayoría de participantes en esta guerra usan su poder de forma cruda para abrumar a sus oponentes, también hay otros que usan habilidades únicas que nadie más posee, pero cometen el error de usar ataques demasiado simples que los hacen caer en una rutina que es fácilmente predecible — Comenzó a hablar el peli-rojo Gremory con seriedad.

Todo el mundo lo escuchó con atención, sopesando cada palabra, dándose cuenta de que era verdad.

Los Caídos usaban su luz como arma contra los Demonios al igual que los Ángeles, combinándola con habilidades de lucha cuerpo a cuerpo o como ataques a distancia al arrojar sus lanzas.

Los Demonios recurrían a su poder Demoniaco así como varios hechizos, pero se inclinaban más a usar sus habilidades otorgadas por su sangre y Clan.

— En contraste a ellos, hay muy pocos individuos que buscan nuevas formas de usar su poder y dominarlo, ya sea un rasgo familiar o un gran número de hechizos así como diversas artes de lucha… no solo eso, sino que suelen analizar las habilidades de sus oponentes para encontrar un método efectivo para reducirlos sin desperdiciar energía, esto los vuelve adaptables en el campo de batalla, lo que los hace muy peligrosos y difíciles de enfrentar porque pueden contrarrestar al enemigo con efectividad — Dijo mientras los miraba con seriedad.

Entonces Naruto inclinó su cuerpo hacia atrás para esquivar una lanza de luz que buscaba su cuello, misma que fue balanceada por la Cadre, la cual se había recuperado lo suficiente para poder moverse y atacar.

— Lamentablemente para ustedes, yo soy de esos últimos — Declaró con frialdad en su tono de voz mientras cerraba los ojos y relajaba un poco su postura.

Así pudo concentrarse para manipular la energía natural.

¡PAM!

— ¡Gah! — Exclamó Penemue mientras era mandaba a volar de la nada.

Baraquiel reaccionó al instante, tomando vuelo y recibiendo a su compañera herida en sus brazos, misma que aturdida escupía algo de sangre.

El mundo volvió a quedar en silencio después de ver eso, pues el peli-rojo no había hecho ningún movimiento ofensivo y aun así presenciaron como Penemue era golpeada poderosamente.

Naruto pudo sentir la incertidumbre reinar en el campo de batalla, por lo que se cruzó de brazos abriendo sus ojos para mirarlos neutralmente.

— Solo he usado algo de Ninjutsu, así como un poco de Taijutsu, pero a pesar de eso he podido mantenerme firme ante ustedes… — Dijo con un tono que trasmitía algo de decepción.

Aunque claro, era en mayor parte gracias al Senjutsu que podía hacerles frente al anticipar sus movimientos a pesar de superarlo en número.

O cómo en este caso, donde pudo golpear a Penemue usando solo su energía natural.

También estaba el hecho de que no se estaba confiando ni dejaba nada al azar.

Por otra parte, todos lo miraron con incredulidad por tales palabras.

— Bien, ahora que he logrado reunir suficiente información sé que esperar de cada uno de ustedes, así que dejaré de limitar mis habilidades, prepárense… — Declaró descruzando sus brazos lentamente.

Esto hizo que todo el mundo se tensara en su sitio.

— “¿Qué quiso decir con limitar sus habilidades?” — Pensó Gabriel con un mal presentimiento.

— “No he sentido ningún cambio en su poder, ¿Qué planeas Demonio?” — Pensó Rafael con aprehensión y cautela.

Entonces vieron como el clon a su lado hizo un sello de mano, explotando en una nube de humo, misma que al despejarse reveló un Shuriken gigante que el peli-rojo tomó para después saltar en el aire a una gran altura.

Después todos se tensaron al verlo arrojar el arma hacia ellos.

— ¡Fuma Shuriken Kage Bunshin! (Clones de Sombra Shuriken de Viento Endemoniado) — Exclamó convirtiendo el proyectil giratorio en al menos cien, generando una lluvia de acero sobre ellos.

Luego llevó los dedos de su mano derecha hacia su boca expulsando una poderosa corriente de viento que impulsó los proyectiles a enorme velocidad.

Todos abrieron los ojos con alarma, por lo que reaccionando trataron de levantar barreras para defenderse.

¡BOOOMMM!

Aunque al ver como uno de los Caídos era eliminado cuando cinco Shuriken golpearon su barrera y explotaban con fuerza empezaron a esquivar la lluvia de armas.

— “Clonación, posible habilidad de transformación, elemento viento y fuego” — Pensaba un analítico Baraquiel desviando algunas Shuriken con su espada de luz.

Aunque tuvo que moverse a su derecha cuando un Shuriken brilló frente a su rostro, esquivando por poco la peligrosa explosión.

— “Sus ataques de fuego requieren un solo gesto de mano, además de que el informe de su encuentro con Azrael menciona que también usa elemento rayo, sin mencionar esos clones explosivos” — Eran los pensamientos de Penemue que esquivaba con leve dificultad por sus heridas.

Afortunadamente estaban casi curadas, pero aun así dolían un poco.

— “Es hábil y sigiloso aun con cero visibilidad” — Recordó Gabriel moviéndose por el campo de batalla, evitando varias explosiones.

Rafael murmuraba alguna clase de mantra, mientras su aura brillaba más fuerte a cada instante, todo sin perder de vista al peli-rojo que flotaba en el aire.

El grupo de Demonios al mando de Almurg se había retirado a una distancia fuera del rango de la batalla, así que solo se limitaron a mirar con incredulidad el encuentro.

Cuando la lluvia de Shuriken explosivas cesó, vieron al peli-rojo hacer un sello de mano mientras los miraba con frialdad desde el aire.

— ¡Recibe esto! ¡Shine Rain! (Lluvia Brillante) — Exclamó Rafael extendiendo sus brazos.

Frente a él se formaron varias docenas de círculos mágicos de pequeño tamaño, de los cuales surgieron pequeñas estrellas fugaces que se dirigían hacia el peli-rojo en un amplio rango.

— ¡Katon: Gouka Messhitsu! (Elemento Fuego: Destrucción Magnifica de Fuego) — Exclamó Naruto mientras una corriente de fuego salía de su boca hacia ellos.

Frente de Batalla

Lucifer combatía contra Azazel y Elohim en una batalla a tres bandas.

Toda su concentración era requerida para no bajar la guardia cuando uno de sus oponentes era rechazado por uno de sus contra-ataques, o podría ser herido de gravedad y aniquilado sin clemencia.

El que ambos oponentes usaran poder Sacro no lo hacía más fácil.

— No lo haces tan mal viejo, a pesar de ser un autonombrado pacifista tienes unos buenos movimientos asesinos ahí — Dijo un burlón Azazel mientras se defendía.

Elohim había usado un ataque con agujas de luz muy pequeñas en su punto ciego mientras lo distraía con un círculo mágico en su palma, pero él no generó ningún ataque de este.

El Gobernador de Grigori sintió el ataque entrante y lo bloqueó con una barrera a su espalda ya que la velocidad del ataque era demasiada para intentar esquivar.

Entonces el Maou aprovechó y lanzó su propio hechizo al verlos tan distraídos.

Elohim y Azazel alzaron la mirada para ver como unas nubes negras se formaron sobre sus cabezas.

Luego miraron al Maou Lucifer señalar la nube con el dedo índice y medio extendido, para luego bajarlos en un movimiento elegante.

Ante esto ambos volvieron a alzar la mirada, solo para ver como de la nube surgían varias lanzas de hielo que llovieron sobre ellos, por lo que rápidamente invocaron barreras sobre sus cabezas para protegerse.

— No tan rápido — Pronunció moviendo su brazo hacia su costado con sus dedos apuntando hacia el suelo.

Ante esto las nubes se iluminaron, para que luego los truenos rugieran mientras los rayos generados atacaban a sus enemigos.

— Tks — Chasqueó su lengua Azazel mientras invocaba una barrera esférica.

— … — Elohim se limitó extender su palma y recibir el ataque de frente.

Los relámpagos rodearon la defensa de Azazel, no pudiendo encontrar algún punto débil por lo que era inofensivo para él.

En cambio el dios bíblico reunió los rayos en su mano, todo sin recibir daño mientras pequeños círculos mágicos brillaban en cada dedo.

Este los movió, como si estuviera manipulando la energía en su mano, para seguidamente apuntar y desatar una corriente relampagueante de luz y truenos que rompió la barrera de Azazel, mismo que tuvo que esquivar incómodamente por lo abrupto del ataque, mismo que siguió de largo hasta casi alcanzar al Maou, el cual tuvo que cancelar su propio ataque para poder esquivar el poderoso relámpago en forma de láser.

Así las nubes negras se disiparon y los tres oponentes volvieron a mirarse con cautela.

A su alrededor podían verse destellos y explosiones por los otros enfrentamientos de alto nivel.

Sin embargo, debido a la pausa de los Líderes principales, los otros combatientes cesaron sus ataques y se reagruparon.

— Hey Lu, ¿Tomándote un descanso? — Preguntó el Maou Beelzebu cuando llegó a su lado.

El mencionado sonrió levemente cuando los Maou se reunieron junto a él, además de otros Demonios de alto rango.

— Lo sentiste, ¿No es así? — Preguntó el Maou Asmodeus con seriedad.

Él no apartó su mirada de Elohim, el cual era flanqueado por Michael, Metatron, Sandalphon y Zadkiel, ni de Azazel que tenía a su lado a Shemhazai, Sahariel, Armaros y Tamiel.

— Si, desde hace un rato pude sentir esa enorme presión de energía, alguien de nivel Maou se enfrenta a Gabriel, Rafael, Kokabiel, Baraquiel y Penemue… — Comentó afilando su mirada.

Normalmente estaría bastante preocupado, pero pudo sentir la naturaleza Demoniaca de este gran poder, así que la única duda sería quien en su ejército era el poseedor de tal presencia.

— También noté que el grupo de Almurg Lucifuge está cerca… — Expresó Leviathan mirando en esa dirección.

Cerca de ellos y siendo uno de los pocos Demonios con el poder para luchar contra los Líderes de Facción estaba Zekram, el cual tenía la mirada baja, como si estuviera perdido en sus pensamientos después de escuchar la breve conversación de los Maou.

La mención de Almurg Lucifuge le reveló que su sobrino estaba involucrado.

Entonces se escucharon varias explosiones, para que al terminar se pudieran ver grandes llamas a lo lejos, mismas que irradiaban una gran temperatura.

Por otra parte, Elohim se tomó el tiempo de analizar el sitio donde podía sentir a Gabriel y Rafael.

— Padre, eso fue donde están nuestros hermanos — Dijo un preocupado Michael.

— Lo sé hijo mío, pero tengo fe en que ellos saldrán indemnes si la situación se vuelve precaria — Respondió el Dios bíblico con calma.

Los otros Serafines se tragaron su preocupación, pues confiaron en que su Padre decía la verdad y sus hermanos estarían a salvo.

En el lado de los Ángeles Caídos, Azazel y compañía miraban en dirección del mar de llamas que se alzaba a lo lejos.

— Ah~ De alguna forma sé que Kokabiel ignoró mi orden y lo buscó directamente — Expresó Azazel con cansancio y cierta exasperación.

En medio de su encuentro este recibió el informe acerca del avistamiento de Naruto Gremory en el campo de batalla, por ello mandó a Baraquiel a investigar y sintiendo como su poder se agitaba supo que había entrado en combate.

— Para mí es sorprendente que un Demonio pueda usar este poder libremente — Fue el comentario de un serio Armaros.

— Senjutsu, ¿Quién hubiera pensado que habría un Demonio capaz de dominar tal arte? — Dijo Sahariel mientras se ajustaba las gafas.

Ambos estaban familiarizados con el Senjutsu, así que sentir como esta energía se combinaba con una firma demoniaca fue inesperada, sobre todo ante el choque de esta con otras de gran nivel de poder.

Eso incluía a sus compañeros Cadre.

Por su parte, los otros Cadre se quedaron en silencio, procesando lo dicho por Sahariel.

— Aun así, no esperé que ese chico tuviera este tipo de talento — Añadió el Líder de Grigori cerrando los ojos.

Podía verse relajado a pesar de estar frente a poderosos enemigos, pero su guardia estaba levantada y su cuerpo reaccionaría ante el más leve aumento de energía de cualquier enemigo presente.

— Algo me dice que les volverá a patear el trasero — Dijo Tamiel con un suspiro.

— Al menos sé que Baraquiel los traerá en una sola pieza, él será la voz de la razón, pues incluso Penemue pierde la calma ante la mención de su nombre — Dijo Shemhazai pellizcándose el puente de su nariz.

Lo que sea que el peli-rojo le hizo a su compañera aseguró una reacción violenta de esta ante la más mínima mención de su nombre.

¡WOSHHH!

Fue entonces que una poderosa oleada de viento los impactó, provocando que se cubrieran con los brazos.

¡BOOOMMM!

El aire crujió después de que se escuchara un poderoso estruendo.

La  mirada de los presentes se desvió hacia donde estaba el otro choque de poderes de alto nivel.

El mar de llamas se había extinguido de golpe, mientras una espesa nube de humo se alzaba en el aire oscureciendo la vista.

— ¿Qué demonios? — Fue el comentario que Shemhazai lanzó al aire.

Todos los presentes compartieron esa misma pregunta en sus mentes, aunque Dios y sus ángeles eran menos expresivos verbalmente debido a su naturaleza pura.

Entonces vieron como varios rayos de luz se elevaban al cielo, siendo dos rayos color dorado brillante y tres de un color dorado más tenue.

Todos ellos perseguían a un rayo color carmesí, el cual era bombardeado con lanzas de luz, mismas que desviaba o esquivaba para luego arrojar bolas de fuego o generar círculos mágicos que explotaban al contacto de sus perseguidores.

Los rayos de luz se movían a una gran velocidad mientras surcaban el aire, logrando movimientos bastantes llamativos, chocando algunas veces pero mayormente descargando lanzas de luz sobre su objetivo común.

Fue entonces que todo el mundo se tensó cuando las luces cambiaron de dirección violentamente y se dirigieron hacia ellos.

Con la guardia alta, vieron como el rayo de luz carmesí era un joven Demonio que los Maou reconocieron como Naruto Gremory, el cual tenía sus alas fuera cuando pasó frente a ellos.

ZAP

ZAP

ZAP

ZAP

Fue en el momento que estuvo en medio de los tres grupos cuando varias lanzas de luz lo empalaron desde distintas direcciones para sorpresa de los Demonios y Ángeles presentes.

Lucifer apretó el puño ante la expresión sorprendida que el peli-rojo hizo antes de desplomarse lentamente.

— Es una pena, era bastante joven — Pronunció Elohim con pesar en su voz.

¡PUFF!

Pero para su sorpresa, el peli-rojo desapareció en una nube de humo, revelando el cuerpo empalado de un Ángel Caído de tres pares alas.

En ese momento llegaron Gabriel y Rafael al lado de su padre.

Ambos lucían algo agitados, sin mencionar que sus armaduras estaban derretidas en ciertas partes y agrietadas en otras, con varias quemaduras visibles en sus túnicas.

Penemue, Baraquiel y Kokabiel estaban en las mismas condiciones, aunque de los tres Penemue lucía peor que los otros dos al respirar con dificultad.

— Rayos, ese tipo nos la volvió a jugar — Dijo un enojado Kokabiel.

Los Maou parpadearon con duda ante la imagen frente a ellos.

El Dios bíblico aún miraba el cuerpo que caía hacia el suelo con evidente duda.

— Parece que a pesar de superarlo en número las cosas no salieron bien para ustedes — Comentó Azazel un tanto divertido ante la queja de Kokabiel.

Para él era intrigante como por un momento parecía que lo habían asesinado, para después revelar que solo había sido un señuelo que sus perseguidores se tragaron por completo.

— Sus habilidades son peligrosas Azazel, ese chico supo cómo mantenernos a raya durante toda la pelea — Respondió Baraquiel con extrema seriedad.

— Ya veo — Respondió el Gobernador borrando la leve sonrisa que tenía.

Por su parte, Gabriel terminaba de dar una breve explicación de su encuentro a su padre y hermanos.

— Debe de ser un sensor si me sintió a pesar de mantenerme lejos de su ubicación — Dijo la Serafín entre leves jadeos.

— Mmm~ — Fue el sonido que salió de labios de Elohim.

— Luego de ese ataque de fuego, creó esa poderosa onda de choque que casi nos hiere de gravedad, solo fue gracias a Gabriel que salimos prácticamente ilesos — Fue el turno de Rafael.

La rubia cerró los ojos al recordar ese mismo ataque la última vez, por ello logró reaccionar a tiempo y los puso a su hermano y ella misma a salvo.

— Esperaré un informe más detallado cuando volvamos — Fueron las palabras del Dios bíblico.

— Como ordenes Padre — Respondieron ambos Serafines.

A diferencia de las Facciones del Cielo y Grigori, los Demonios se veían fuera de lugar, pues ellos no sabían a ciencia cierta que había sido lo que ocurrió.

Escucharon la breve conversación de Azazel y Elohim con sus subordinados, pero no podían darse una idea de lo que había sucedido.

Fue entonces que una figura apareció de la nada al lado de los Maou.

Estos suprimieron el impulso de reaccionar al sentir su enorme reserva de poder, misma que rivalizaba con la de ellos mismos.

— Joven Gremory — Pronunció el Maou Lucifer desviando la mirada de los otros líderes hacia el chico.

Lo recorrió con la mirada, notando como a diferencia de sus oponentes este no lucía un daño significativo.

En ese momento sus ojos rojizos perdieron el color y forma rasgada, adquiriendo sus colores originales, además de que las marcas faciales desaparecieron de su rostro, al tiempo de que una leve capa de sudor cubría su piel y su respiración se volvía un poco más pesada, pero después de inhalar profundamente esta se suavizó.

Al instante pudo percibirse el cambio, pues la presión que lo cubría se disipó.

Aunque Azazel entrecerró los ojos cuando sintió que a pesar de eso su poder no había disminuido mucho, aunque era menos denso en comparación.

— Ya veo, ahora puedo ver porque tuvieron tantos problemas con él, sin duda es alguien peligroso — Fue el comentario de Elohim mientras miraba al peli-rojo.

Este podía sentir que no era un Demonio común.

Carecía de la arrogancia que envolvía a la mayoría o de su excesiva confianza que fue la perdición de un gran número de Demonios en los inicios de la guerra.

Él conocía sus capacidades y cómo usarlas de forma efectiva.

Con solo verlo lo sabía, este chico era un guerrero.

— Era de esperarse si está llevando ese tipo de protección — Declaró ahora Azazel cruzándose de brazos.

Esto hizo que varios se mostraran confusos respecto a su comentario.

— ¿Qué quieres decir Azazel? — Preguntó Kokabiel con interés.

El Cadre recordaba que hubo varios golpes que logró conectar, pero no causaron el daño deseado y eso lo intrigaba.

— Si no me equivoco, esa armadura está hecha de Mithril, un tipo de metal que es resistente a la magia — Dijo esta vez Elohim con voz seria.

— No solo eso, puedo ver algunas runas grabadas que aumentan la resistencia hacia algunos elementos, probablemente al elemento Sacro — Fue el turno de Armaros.

Los Maou miraron al chico bajo una nueva luz ante estas revelaciones.

Por su parte, Kokabiel, Penemue y Gabriel entendieron porque sus ataques no causaron tanto daño en las ocasiones que lograron golpearlo.

— Agregando eso a su Senjutsu y Touki, ha logrado convertirse en un poderoso tanque que podría atravesar el campo de batalla sin daños visibles y diezmar nuestras fuerzas en el proceso — Fue el comentario analítico de Baraquiel.

Esto sembró un tenso silencio en el frente de batalla.

Ante esto el peli-rojo sonrió.

— Un pequeño regalo que un amigo hizo para mí por salvar su vida… sin embargo, me honra que el Dios bíblico me considere peligroso, después de todo esta es mi primera vez en el campo de batalla sin contar la última vez, la cual fue un encuentro desafortunado — Dijo Naruto en tono calmo.

Oírlo hablar de un modo tan casual dejó sin habla la mayoría de los presentes, pero sobre a todo a los Maou y los Demonios presentes, en especial a su tío Zekram.

— Estás muy tranquilo a pesar de estar frente a los Líderes de cada frente de batalla, sabiendo muy bien que podrías no salir ileso si nos decidimos eliminarte aquí y ahora — Comentó Azazel en tono casual y despreocupado.

Sin embargo, esa simple elección de palabras puso al borde a casi todos los presentes.

Ante esto el peli-rojo sonrió de forma tranquila.

— ¿Es eso una amenaza?, Porque si es así, déjame decirte que mientras hablábamos he recuperado la energía que perdí en mi encuentro con esos cinco — Señaló mientras afilaba la mirada.

Había usado Tendou: Shinra Tensei (Camino de los Dioses: Juicio Divino) consumiendo el resto de su Chakra Senjutsu y apenas se estaba recuperando, no obstante en aproximadamente dos minutos podría entrar nuevamente en Sennin Mode para equilibrar la balanza.

Un breve lapso de silencio siguió a esa declaración, siendo rota por un movimiento a gran velocidad de uno de los presentes.

Elohim estaba frente a un aturdido Lucifer con una espada dorada apuntando a su pecho.

— Bajaste la guardia — Dijo en tono lapidario.

Los ojos del Maou se abrieron y su pupila se contrajo en anticipación al ataque entrante.

Se había distraído y ahora pagaría el precio.

¡CLANG!

Los ojos de Elohim se abrieron cuando la punta de su espada fue detenida por un círculo mágico de un tamaño bastante pequeño a un centímetro del pecho de Lucifer, dándole a este el tiempo de retroceder y salir del peligro.

El Dios bíblico pudo sentir la enorme cantidad de energía contenida en ese círculo defensivo, lo que le reveló que el que lo hizo comprimió el área que normalmente abarcaría para aumentar su densidad y poder para así detener su ataque sin problemas.

Fue en ese momento que pudo distinguir el emblema de dicho círculo mágico.

— Gremory — Pronunció lentamente.

Entonces de este surgieron un sinnúmero de círculos mágicos que lo rodearon por completo, por lo que sus ojos buscaron al responsable de esta acción, encontrando a Naruto con sus dedos listos mientras sonreía levemente con los ojos cerrados.

Seguido a esto el peli-rojo chasqueó los dedos.

¡BOOOMMM!

Elohim fue envuelto en una poderosa explosión, misma que logró sacar a todos de su aturdimiento.

— ¡Padre! — Exclamaron los Serafines al verlo consumirse en una nube de fuego.

— ¡Ataquen! — Exclamó el Maou Lucifer al salir de su shock de ser casi asesinado.

— ¡Adelante, Grigori! — Fue el rugido de Kokabiel al momento de cargar.

Eso fue suficiente para reanudar el combate.

Michael y Metatron intentaron ir hacia donde estaba Elohim, pero fueron bloqueados por Leviathan y Beelzebu, uniéndose también Shemhazai y Baraquiel.

El caos volvió al frente de batalla, siendo Cadres, Serafines y Demonios de Alto rango los que intercambiaban ataques mortales entre sí.

— Gracias chico, casi no la cuento ahí — Dijo Lucifer mientras se ponía espalda con espalda con el peli-rojo.

— Eres uno de nuestros Maou, si mueres ahora será un duro golpe para nuestra Facción — Respondió Naruto bloqueando una lanza de luz perdida.

Lucifer alzó una barrera, para después desatar una ráfaga de poder, la cual fue bloqueada por Azazel que se acercaba a ellos.

El Maou se lanzó contra él, solo para ser interceptado por Kokabiel, dándole paso libre al Gobernador hacia la espalda descubierta de Naruto.

— Maldición — Maldijo al verlo pasar junto a él.

— Jajaja, me gustaría tener una revancha con el chico, pero Azazel le ha echado el ojo y dudo que sobreviva a esta batalla — Dijo el Cadre mientras empujaba su lanza de luz hacia Lucifer.

Este la bloqueaba con sus manos rodeadas de una densa cantidad de su poder.

Por su parte, Naruto miraba la densa nube de humo que su ataque a Elohim provocó.

Podía sentir la presencia de su oponente, por lo que no bajaría la guardia o podría ser herido de gravedad.

Un pequeño brillo entre el humo llamó su atención, para que después viera como un rayo de luz salía del humo hacia él a una velocidad terrorífica.

Abriendo sus ojos sorprendido, el peli-rojo reaccionó acumulando Chakra de viento en las manos para ponerlas frente a él de forma que sus dedos se juntaran apuntando al frente, donde el rayo de luz colisionó para luego dividirse en dos y pasar por sus costados.

— Buen tiempo de reacción chico, pero te olvidaste de mí — Oyó la voz de Azazel a su espalda.

El Gobernador podía ver como su lanza de luz casi alcanzaba el corazón del chico por la espalda.

Incluso la armadura de Mithril no podría defenderlo de tal ataque a quemarropa, sobre todo por la cantidad de energía condensada en esa lanza suya y la fuerza de empuje empleada.

Entonces sucedió lo imposible.

¡FLUSH!

Su ataque fue desviado, por lo que tuvo que recomponer su carga para no chocar con uno de los ases de luz que el peli-rojo desviaba defensivamente.

— ¿Qué…? — Preguntó al aire cuando se volteó a verlo.

Fue entonces que notó como Naruto era rodeado por una capa de energía eléctrica bastante poderosa, misma que logró ponerle los pelos de punta levemente, indicando el alto voltaje que dicha capa generaba al grado de poder negar su ataque.

— ¡Raiton no Yoroi! (Armadura de Elemento Rayo) — Pronunció el peli-rojo con expresión de concentración.

Rápidamente hizo un movimiento al subir su mano derecha y bajar la izquierda, todo sin perder la posición de sus palmas rectas hacia el frente.

El movimiento creó un arco de energía eléctrica con un rastro de viento que avanzó dividiendo el rayo de luz a la mitad.

Cuando llegó a la nube de humo, esta fue dividida junto con el rayo de luz, el cual fue cancelado para que el ejecutor pudiera esquivar el ataque.

Al ver esto, Naruto canceló su armadura de rayo y se movió hacia donde pudiera ver a Azazel y Elohim sin ningún problema.

Entonces la nube de humo se disipó, mostrando a Elohim sin ningún rasguño visible.

— Observación, instintos, buen juicio y habilidades adaptables, eso demuestra que mi evaluación de ti es correcta, eres alguien peligroso — Dijo el Dios bíblico con expresión seria.

— Estoy de acuerdo con el viejo, no esperaba que un novato pudiera defenderse de ese modo contra los líderes de Grigori y el Cielo — Agregó Azazel mientras apretaba su lanza de luz.

— Me dan demasiado crédito, solo he evitado morir, nada más y nada menos — Respondió Naruto encogiéndose de hombros.

Después de esas palabras el silencio cayó.

Los tres oponentes se miraban fijamente, esperando el más mínimo movimiento que los hiciera actuar y atacar.

Las explosiones circundantes no evitaban que se hundieran en la concentración, dándoles cierta percepción del campo de batalla ante cualquier acción hostil contra ellos por parte de los otros combatientes, pero no olvidando que su oponente principal estaba frente a ellos.

Elohim sopesó sus opciones.

Naruto era un peligro potencial a largo plazo, pero no era algo de lo que preocuparse, si bien podía sortear las debilidades de los Demonios hasta cierto punto y sus habilidades en la lucha eran de temer, eliminarlo de golpe solo disminuiría el número de los Demonios en un solo dígito.

En cambio, si eliminaba a Azazel, daría un gran golpe a Grigori al perder a su Gobernador general y su único Serafín.

Así él se decidió.

Por su parte, Azazel tenía pensamientos similares, aunque en el sentido opuesto.

Para él Dios era un problema y sabía que si era eliminado el cielo se desmoronaría sin su Líder, lo que dejaría solo a Grigori contra los Demonios.

Sin embargo, el chico frente a él demostraba un enorme crecimiento en habilidades a tan corta edad, lo que se sumaba a toda la experiencia que sabía podría adquirir si se le dejaba vagar más tiempo en el campo de batalla.

Por eso era necesario terminar con él ahora que no era demasiado poderoso.

Entonces tomó su decisión.

Naruto apretó el puño mientras se decidía.

Azazel era poderoso, más poderoso que Michael a pesar de tener el mismo número de alas, sin embargo era menos problemático que Elohim.

Para el heredero Gremory, el Dios bíblico era un problema.

Pudo darse cuenta que tenía un gran dominio en el poder sacro, sin mencionar que usaba hechizos rápidos y fulminantes, además de su mente analítica y control de emociones.

Con él fuera de la ecuación la Facción del Cielo se retiraría para evitar las bajas.

Dudaba poder terminar con él ahora, pero no perdía nada en intentarlo.

Había escuchado que el Cielo era un instigador bastante entusiasta acerca de acabar con las otras dos Facciones, así que si eliminaba el problema de raíz, tenía el presentimiento de que Azazel y Grigori podrían retirarse de la lucha para evitar la reducción de sus números.

Como si la incertidumbre, anticipación y tensión del trío fuera trasmitida al resto del campo de batalla, las demás luchas de repente pausaron, al tiempo que todos dirigían la mirada hacia los tres adversarios que se miraban fijamente.

Los Maou maldijeron, pues si el choque de poderes surgía perderían un activo valioso.

Los Ángeles se sentían un poco preocupados por su Padre.

Los Cadres tenían más variedad de emociones, entre preocupación por su líder, curiosidad acerca de si el chico saldría con vida y cierta emoción por parte de Kokabiel y otros hambrientos de batalla.

Entonces sucedió.

Los ojos de Naruto se abrieron mientras cambiaban de color y marcas rojas se formaban en las esquinas de los ojos hacia su barbilla, al tiempo que su aura carmesí explotaba fuera de su cuerpo y se dirigía hacia su puño derecho.

Elohim alzó su palma derecha mientras varios círculos mágicos se formaban detrás de él, para luego moverse y juntarse frente a su palma combinándose en un solo círculo mágico color dorado.

Azazel juntó sus palmas, para luego separarlas lentamente mostrando una masa de poder sacro, la cual pulsaba de forma peligrosa.

Tres avasallantes picos de energía se dejaron sentir, aturdiendo a los espectadores por el enorme tamaño de sus auras.

En cambio, ninguno de los contrincantes rompió el contacto visual después de desatar su poder.

— ¡Golpe del Rey Bestia! — Exclamó Naruto dirigiendo su golpe al Dios bíblico.

De su puño surgió la cabeza y garras frontales de un León, al tiempo que un rugido se dejaba escuchar en el campo de batalla.

— ¡Tesoro del Cielo! — Exclamó Elohim desatando un rayo dorado súper-cargado de energía sacra.

El ataque avanzó veloz, mientras desde su punta se formaba un haz de luz en espiral que lo rodeaba dándole un aspecto penetrante que se acercaba al Ángel Caído.

— ¡Penitencia del Despiadado Ángel, la Gran Caída! — Exclamó Azazel arrojando la masa de poder.

No tenía forma específica, pero dejaba una estela brillante mientras cruzaba la distancia hacia su blanco, que era cierto peli-rojo.

Ninguno esperaba este desarrollo, por lo que los tres abrieron los ojos antes de ser impactados.

¡BOOOMMM!

Además del poderoso destello momentáneo, una poderosa explosión sacudió el cielo, creando fuertes corrientes de aire que hizo que la mayoría se cubriera mientras trataban de mantener la estabilidad en el aire.

Cuando todo se calmó, los presentes abrieron los ojos solo para ver tres nubes de humo como evidencia de que el trío intercambió golpes de forma equitativa.

Entonces una corriente de viento sopló y las nubes de humo se disiparon, dejando una imagen para recordar.

— ¡¿Qué demonios viejo?! ¡Pensé que lo atacarías a él! — Se quejó Azazel cuando su figura fue visible.

Se veía con cierto daño y respiraba un poco agitado mientras un hilo de sangre salía de su boca, mirándose descontento mientras en su mano sostenía otro orbe de energía súper-cargada al tiempo que miraba hacia donde estaba el Dios bíblico.

— Tsk, no salió como esperaba — Murmuró Elohim por lo bajo mientras un orbe dorado flotaba sobre un pequeño círculo mágico en su palma y miraba con dagas a Naruto.

El golpe que había recibido le había dolido, había subestimado al joven Demonio pensando en que su ataque no causaría tanto daño y había pagado el precio, si un par de costillas rotas y el dolor en su costado era una indicación.

Tuvo que tragarse su leve maldición pues había ignorado su evaluación y sus propias palabras acerca de considerarlo peligroso.

— Je~, este es un resultado inesperado — Dijo un revelado peli-rojo sonriendo de forma irónica.

Lucía con poco daño visible, pero todavía había sentido el impacto del ataque de Azazel debajo de su armadura, además de tener contusiones internas si el dolor en su cuerpo indicaba algo.

Esperaba un posible ataque de ambos oponentes y por eso se preparó, pero que Elohim haya atacado a Azazel fue una agradable sorpresa que minimizó el daño para el que estaba preparado.

Con una mirada cargada de cierta intención asesina Elohim atacó al peli-rojo, desatando un poderoso rayo de energía sacra que se llevaba gran parte de su reserva.

— ¡Holy Nova! (Nova Sagrada) — Exclamó el Dios bíblico.

Azazel respondió repitiendo su ataque anterior, aunque esta vez con mayor poder y dirigida hacia el Dios bíblico.

— ¡Penitencia del Despiadado Ángel, la Gran Caída! — Exclamó Azazel.

Naruto reunió el poco Chakra Senjutsu que le quedaba y soltó un puñetazo al aire, para luego juntar sus manos y empujarlas en un extraño signo de manos.

— ¡Hirudora! (Tigre Matutino) — Exclamó Naruto apuntando al Ángel Caído al tiempo que un tigre traslucido se formaba y rugía.

¡BOOOMMM!

Una nueva explosión resonó al momento de que los ataques impactaron a sus blancos, provocando poderosas corrientes de viento que azotaron a los presentes, desde el frente de batalla hasta las líneas más alejadas del punto de partida.

Tres nuevas nubes de humo entorpeciendo la vista.

— ¡Padre! — Exclamaron varios Ángeles y Serafines al ver esto.

Librándose de sus oponentes al estar distraídos por el intercambio de los poderosos ataques, los Serafines se reagruparon mientras volaban hacia donde Elohim fue alcanzado por el ataque de Azazel.

Los Cadres fueron los siguientes en moverse, atacando a los Demonios aprovechando la distracción, para luego moverse hacia donde estaba Azazel al momento de ser alcanzado por el ataque de Naruto.

Los Maou pudieron repeler el ataque fácilmente para luego quedar desconcertados por la acción de sus enemigos, mientras los Demonios de alto rango quedaban aturdidos al ser tomados con la guardia baja.

Esto se debía a que sus oponentes subieron su poder de golpe para abrirse paso a través de ellos de un segundo a otro.

— ¡Naruto! — Exclamó Zeoticus volando hacia donde estaba su hijo sacando a los Demonios y Maou de su aturdimiento.

Minutos antes

Zeoticus había estado al pendiente de su hijo desde que su presencia chocó con otras de nivel superior a la distancia.

Estuvo preocupado, pero sabía que este podría escapar si las cosas se pusieran complicadas.

Sin embargo, cuando lo sintió moverse hacia donde podía sentir a los Maou, para después involucrarse con las presencias de Azazel y Elohim en combate sintió como su sangre se helaba.

— No — Murmuró mientras sus ojos se abrían con pánico, para después volar hacia donde podía sentir a su hijo.

— ¡Zeo! — Exclamó Zeldris Agares al verlo volar hacia el frente de batalla.

Entonces este intercambió miradas con Sigmund y Reynard, asintiendo en acuerdo tácito para después volar detrás de su amigo.

El trío se sorprendía como cada Ángel o Ángel Caído que reaccionaba y lo atacaba era despachado por el peli-rojo de forma brutal mientras se abría paso hacia donde se sentían las presencias más poderosas del campo de batalla.

Ellos podían sentir la angustia de su amigo y no ayudó que hubiera un poderoso choque de poderes que sacudió la mayor parte del campo de batalla, lo que les reveló la razón detrás de la reacción de Zeoticus.

Naruto luchaba contra Azazel y Elohim.

Estaban cerca del lugar cuando se sintió un segundo choque de poderes que los sacudió en sus lugares, pues la onda de choque fue mayor que la primera ya que esta vez el pico de energía fue más alto y poderoso.

Cuando el grupo llegó al lugar, pudieron ver a los Maou y Demonios mirando tres nubes de humo negro por encima de ellos, de la cual una de ellas trasmitía la presencia del peli-rojo.

Ahora

— ¡Naruto! — Grito Zeoticus mientras se precipitaba hacia donde estaba su hijo.

Una corriente de aire borró las nubes de humo, mostrando a los contrincantes en distintos estados físicos.

Elohim respiraba con dificultad, mientras se sujetaba su brazo izquierdo, que goteaba sangre de sus dedos.

Azazel sonreía levemente mientras respiraba agitado, con sangre en su frente y sujetando su hombro derecho.

Naruto se miraba agitado, mientras sangre caía de su boca y sonreía de forma tensa sujetando su estómago.

— ¡Padre! — Exclamó Metatron cuando llegó a su lado.

Los demás Serafines no podían creer el estado de su Padre, pues nunca lo habían visto así de dañado, además de que nunca había usado tanto poder en sus ataques.

— Azazel, ¿Estás bien? — Preguntó Shemhazai cuando llegó junto a su Gobernador.

— Si, solo un poco golpeado… ese chico hizo un número con nosotros — Dijo el nombrado con una sonrisa amarga.

Este comentario hizo que los Cadres adquirieran una expresión seria, incluyendo al siempre excitable Kokabiel.

Por su parte, el joven peli-rojo no apartó la mirada en ningún momento de sus oponentes.

— Hijo — Dijo Zeoticus cuando llegó a su lado.

Fue seguido de Reynard, Sigmund y Zeldris, para que después llegaran los Maou y otros Demonios de alto nivel, siendo Zekram quien los guiaba mientras miraba a su sobrino con una mirada indescifrable.

— Tou-san — Pronunció mientras apartaba la mirada del enemigo y se centraba en los orbes preocupados de su padre.

Este lo revisó con la mirada, soltando un suspiro al darse cuenta que sus heridas no eran tan graves como esperaba.

— Has superado mis expectativas, joven Gremory — Dijo Lucifer mientras se acercaba al dúo padre e hijo.

— Sus palabras me halagan… pero solo he tratado de mantenerme con vida — Respondió Naruto sonriendo levemente.

— Tal vez, pero tus habilidades han estado a la altura de poder enfrentar a los Líderes de Grigori y el Cielo y salir indemne — Añadió Beelzebu con tono serio.

— Así es, pensé que a pesar de tu poder tu inexperiencia te haría cometer un error y pondría tu vida en peligro, sin embargo me has demostrado lo contrario y por eso me disculpo, te subestimé como el resto de nosotros — Dijo Asmodeus cerrando sus ojos con ligera vergüenza.

— No es necesario, entiendo su postura y la razón de la escolta que me dio… así que aunque se preocupe por nosotros debe de recordar que usted es un Maou… su deber es gobernarnos y guiarnos, después de todo, esa es la naturaleza de un verdadero Rey — Respondió el peli-rojo con seriedad entre respiraciones.

Esta respuesta dejó sin palabras a los Maou, pues no esperaron que alguien tan joven entendiera lo que era un Rey.

Los otros Demonios también estaban sorprendidos por estas palabras y sintieron un respeto creciente por el chico.

— Eso fue profundo, sin embargo, creo que tenemos un problema más grande aquí — Señaló Leviathan con voz grave.

Esto sacó a todos de su ligero aturdimiento para mirarlo, por lo que este señaló hacia el frente.

Varios destellos de luz indicaban como detrás de cada Líder aparecían los Ángeles y Caídos desde el campo de batalla, dejando a los Demonios desconcertados preguntándose lo que pasaba ante la retirada de ambas Facciones.

— Esos tipos no parecen muy felices del estado de Dios y Azazel — Dijo mientras se tensaba ligeramente.

Los Serafines y Cadres se miraban listos para pelear, todo mientras miraban al oponente que enfrentó a sus Líderes y los dejó en ese estado.

A ojos de ambas Facciones, el joven Gremory era un enemigo peligroso y verlo en un estado debilitado lo hizo un blanco atractivo con el cual tratar.

— Cosechas lo que siembras, chico — Comentó Azazel mientras se enderezaba.

Sus Cadres invocaron sus lanzas de luz y se prepararon.

— Lo siento, pero no puedo dejarte ir — Fue el turno de Elohim.

Estaba siendo atendido por sus Serafines, mientras Metatron y Michael se ponían a su lado, listos para el combate.

Una poderosa barrera se erigió alrededor de ellos.

Los Demonios se tensaron, al parecer ambas Facciones dejarían su lucha de lado para concentrarse en un objetivo en común, lo que era peligroso incluso si era temporal.

Sobre todo porque esta barrera fue reconocida como una para evitar la tele-transportación, lo que los ponía en una situación sumamente peligrosa.

Lucifer maldijo, lo más probable es que se desataría el infierno.

— Informa la retirada — Ordenó Lucifer mientras se volteaba hacia un Demonio cercano.

— Pero Lucifer-sama — Protestó el Demonio al escuchar tal orden.

— Solo hazlo maldita sea, Leviathan y Beelzebu están abriendo una brecha en esta barrera, nos iremos en unos cuantos minutos  — Fue el turno de un grave Asmodeus.

Los mencionados habían invocado un círculo mágico combinado que giraba en varias combinaciones buscando traspasar la seguridad de la barrera.

El Demonio se limitó a callarse mientras invocaba un pequeño círculo mágico e informaba a las tropas la orden del Maou.

A este paso las cosas podrían salir mal.

Ellos fueron los más lentos en reaccionar y ahora dos Facciones se unían para un ataque improvisado si las expresiones descontentas de Elohim y Azazel era algo para señalar.

— Solo esta vez viejo — Fue lo dicho por el Ángel Caído aumentando su poder.

— Me robaste las palabras de la boca, mocoso — Respondió Elohim mientras tomaba su espada.

¡PUUF!

En una nube de humo aparecieron dos peli-rojos a cada lado del original.

— Si es tiempo lo que necesitan yo puedo dárselos — Dijo un serio Naruto mientras hacía un sello de mano.

Esto preocupó a su padre, pues el peli-rojo aún estaba herido y se notaba un poco agotado.

— No te preocupes Tou-san, solo es para irnos de aquí — Dijo en tono tranquilizador al sentir el estado de ánimo del patriarca Gremory.

Zeoticus cerró los ojos y asintió de acuerdo, aunque aún seguía preocupado.

— ¿Estás seguro de que puedes lograrlo? — Preguntó Lucifer en tono calmo.

— Lo estoy — Respondió Naruto sin duda alguna.

— Entonces te lo encargo, resiste mientras se activa el circulo de transporte — Dijo el Maou mientras se daba la vuelta.

Entonces este se unió a los otros Maou, mientras Asmodeus se quedaba junto al peli-rojo.

— ¡Vamos! — Exclamó Azazel.

— ¡Adelante! — Fue el turno de Elohim.

— ¡Woooaaa! — Fue el grito de batalla de ambas Facciones.

— Chico, lo que estés planeando hacer es ahora o nunca — Dijo un preocupado Asmodeus al ver el enorme ejército que venía sobre ellos.

Entonces los clones hicieron sellos de mano a gran velocidad mientras moldeaban una gran cantidad de Chakra.

— ¡Katon: Bakufu Ranbu! (Elemento Fuego: Danza Caótica de Vientos Explosivos) — Exclamó el clon de la derecha moviendo levemente su cuello de forma giratoria dando forma al Jutsu.

— ¡Katon: Gouka Mekkyaku! (Elemento Fuego: Gran Aniquilación de Fuego) — Exclamó el clon de la izquierda expulsando un mar de llamas desde su boca.

— ¡Futon: Atsugai! (Elemento Viento: Presión de Daño) — Exclamó el original expulsando una poderosa corriente de aire.

Estos eran su dos Katon Jutsu más fuertes en su repertorio, alimentados por su Futon Jutsu más fuerte, lo que generó una técnica de colaboración única con un enorme poder destructivo y un rango por demás amplio.

Dios, Azazel, Ángeles y Ángeles Caídos, así como los Maou y Demonios presentes abrieron sus ojos en shock ante la colosal llamarada, misma que cubrió el cielo por completo mientras se dirigía hacia la Facción del Cielo y Grigori sin dejarles espacio para evitar tal ataque.

Un estupefacto Lucifer desvió su atención del círculo mágico para ver tal escena, tragando saliva al darse cuenta de que tuvo razón en sus pensamientos anteriores…

Se había desatado el infierno.

Rápidamente, los miembros de alto nivel así como los Líderes del Cielo y Grigori formaron sus más poderosas barreras para poder defenderse, logrando bloquear el fuego y protegiendo a sus subordinados que estaban detrás de ellos.

Asmodeus miraba incrédulo como los tres peli-rojos al frente seguían expulsando fuego y viento desde sus bocas, mientras tenían una expresión de suma concentración y esfuerzo.

Por su parte, Zekram estaba sin habla.

— “¡¿Qué demonios?! ¡¿Cómo es posible que tenga esta clase de poder?!” — Fueron los pensamientos de Zekram al ver como su sobrino contenía a dos Facciones enteras él solo.

Desde la distancia, los Demonios de la Facción Demoniaca miraban aturdidos como un muro de fuego, de al menos un par de Kilómetros de ancho brillaba en el frente de batalla, generando una ola de calor que los golpeó poniéndolos sumamente nerviosos.

Por su parte, a pesar de lucir sorprendido, Zeoticus miraba con preocupación cómo la cara de su hijo empezaba a sudar copiosamente por el esfuerzo.

— Sus reservas están disminuyendo bastante rápido — Señaló Sigmund cuando salió de su aturdimiento.

Reynard y Zeldris miraron a Zeoticus, notando como este apretaba el puño.

— Mantener un ataque de tal magnitud en un modo de fuego continuo no es nada fácil, aún con las enormes reservas de un Gremory — Respondió el peli-rojo con tono tenso.

Reynard tuvo que darle la razón, ese fuego era mucho más poderoso que cualquier llama que él o cualquier otro Phoenix pudiera crear.

La cantidad de poder requerida para realizar tal fuego debía de ser monstruosa.

Por otra parte, Elohim y sus Ángeles, así como Azazel y sus Caídos estaban en problemas.

El Dios bíblico y Azazel al frente eran los principales pilares de la barrera que los protegía, siendo apoyados por los Serafines y Cadres, así como sus miembros con al menos cuatro pares de alas para suministrar energía a la barrera.

— Nhg… ¡No pensé que el chico tuviera algo así bajo la manga! — Dijo un presionado Azazel en medio de todo el caos.

Shemhazai y Armaros detrás de él tenían expresiones graves al darle la razón.

Penemue y Kokabiel eran los más afectados, pues al parecer el chico no demostró todas sus cartas contra ellos.

Ellos solo podían ver llamas hasta donde la vista alcanzaba, también había vientos ígneos que rugían mientras las llamas eran contenidas a un par de metros al frente por la barrera, dejándolos sentir la alta temperatura de dichas llamas provocando que todos sudaran copiosamente.

Elohim y sus Ángeles estaban en las mismas condiciones.

— ¡Aun así, al no haber usado Senjutsu su poder está disminuyendo rápidamente! — Exclamó Elohim a sus hijos detrás de él.

Él había notado que el peli-rojo peleaba usando Senjutsu para conservar su poder, sin embargo, usarlo lo agotaba físicamente por lo que no podía usarlo seguido, sobre todo si lo gastaba de golpe como en su intercambio de ataques.

Además de que tardaba varios minutos para reunir tal poder.

O al menos esa era su estimación actual acerca de tal habilidad.

Esto se confirmó fácilmente ya que no sentía nada de Senjutsu en el ataque actual, además de sentir como sus reservas de poder caían rápidamente.

Aunque tuvo que admitir que sus reservas eran enormes para un chico de diecisiete años, sin duda las más grandes de la Facción Demoniaca.

Por otra parte, después de su comentario, los Ángeles sintieron esperanza de poder salir ilesos de este mar de fuego para erradicar a sus enemigos.

Fue en ese momento que Naruto canceló su ataque, mientras los clones desaparecían en nubes de humo.

Este respiraba con dificultad, además de lucir bastante agotado.

Elohim, Azazel y los demás cancelaron la barrera, luciendo un poco cansados y cubiertos de sudor.

— Uff, eso me dejó con menos del treinta por ciento de mis reservas — Comentó Naruto mientras respiraba agitado con la piel cubierta de sudor.

— Ya veo, tu poder se divide entre los clones que creas, por eso solo usas uno para luchar — Comentó un analítico Asmodeus mientras miraba al peli-rojo con interés.

— Solo a veces y normalmente solo lo uso como distracción… pero dejemos la charla para otro momento, aquí vienen — Declaró Naruto tratando de controlar su respiración.

Por su parte, Azazel y Elohim respiraban con un poco de dificultad, rodeados de los Cadres y Serafines, pues ellos se encargaron de sostener la barrera mientras los demás soldados entregaban su energía para alimentar dicha barrera.

— Debo decirlo… el chico me ha impresionado — Declaró Azazel con una ligera sonrisa.

Los Cadres lo miraron como si le hubiera salido una segunda cabeza, a excepción de Kokabiel, quien sonrió de forma sanguinaria y ciertamente excitada al pensar en soltarse frente al chico la próxima vez que se encontraran.

Oh si, él ya daba por hecho que el chico saldría de este lugar ileso.

— Por lo que puedo ver, sus reservas se han reducido bastante… si atacamos ahora podremos eliminarlo sin problemas — Dijo Elohim avanzando poco a poco seguido de sus Ángeles.

— Que te diviertas viejo, nosotros solo miraremos un poco antes de retirarnos — Dijo Azazel masajeando su cuello distraídamente.

Sin embargo, su guardia estaba en alto.

Dios lo miró brevemente con un resplandor grave, para luego ignorarlo y señalar con su espada al frente.

Los Cadres permanecieron en silencio, mirando como la Facción del Cielo avanzaba hacia la Facción Demoniaca.

— ¿Es prudente no aprovechar la oportunidad? — Preguntó Shemhazai con duda mirando a su Líder.

El resto lo miró en busca de respuesta, pero este solo se encogió de hombros mientras su sonrisa se ampliaba un poco.

La respuesta era que él había llegado a la misma conclusión que Kokabiel y sabía que de unirse no haría ninguna diferencia en lo que ocurriría en estos momentos.

La decisión de quedarse era para ver la expresión molesta de Elohim cuando fallara en su intento.

Cuando percibieron el movimiento, Asmodeus, Zekram, Zeoticus, Sigmund, Zeldris y Reynard se pusieron al frente y desataron varios ataques hacia el ejército qué volaba hacia ellos.

Sin embargo estos fueron bloqueados por Gabriel junto a Sandalphon.

Elohim hizo otro movimiento con su espada, para que después una lluvia de lanzas de luz fuera desatada hacia el pequeño grupo.

— Permítanme — Dijo Naruto mientras se adelantaba a ellos.

Estos se quedaron desconcertados por su acción, hasta que vieron el ataque demasiado cerca.

Asmodeus y Zekram maldijeron, mientras Zeoticus y compañía entendían la intención del chico.

— Gakido (Camino de los Fantasmas Hambrientos) — Murmuró alzando su palma al frente.

Todas las lanzas de luz se concentraron en él, al tiempo que una barrera traslucida lo protegía mientras las lanzas se disipaban al contacto.

Esto dejó estupefactos a Asmodeus y Zekram, mientras Zeoticus y los demás asentían con alivio.

Elohim y sus Serafines se detuvieron momentáneamente al presenciar lo ocurrido con los ataques, mientras que Gabriel se llevaba la palma al rostro olvidando que el peli-rojo también podía hacer eso, sintiéndose tonta por ello.

No ayudó el que pudiera escuchar el resoplido burlón de Kokabiel desde su sitio.

— Fiuu, este chico no deja de sorprenderme — Comentó Azazel silbando impresionado.

Sobre todo porque sintió las reservas de Naruto crecer.

El convertir energía Sacra en poder demoniaco no era nada fácil.

— Ahhh, eso me ha dado un buen impulso, ahora pongámoslo a prueba… — Dijo Naruto mientras alzaba su palma.

De esta surgió un pequeño círculo mágico, al tiempo que reunía poder formando una esfera de energía que dejó sin habla a los presentes, pues podían sentir claramente poder sacro emanar de ella.

— ¿Cómo…? — Susurró Michael con los ojos bien abiertos.

Él, los Serafines y sobre todo Elohim reconocieron la técnica usada por el peli-rojo, pues Dios la había usado contra él en su último intercambio de ataques.

Entonces el peli-rojo manipuló el círculo mágico moviendo sus dedos, provocando que la esfera pulsara antes de volverse color rojo y cambiar su naturaleza.

— ¿Qué…? — Fue lo dicho por varios de los presentes.

Por su parte, Elohim quedó completamente sin habla al ver su ataque corrompido.

Esto era algo que Naruto podía hacer desde que era pequeño, copiar cualquier hechizo que usara círculos mágicos en su proceso de ejecución, además de cambiar sus propiedades y efectos su lo deseaba.

Sin embargo tenía límites, pero en este caso eso no se aplicaba, pues otra especialidad de él era la manipulación de cualquier tipo de energía como lo hizo al tomar la lanza de Penemue y usarlas contra ellos.

— Tomen esto, ¡Demon Nova! (Nova Demoniaca) — Exclamó apuntando con la esfera que generó un poderoso rayo de energía demoniaca.

Elohim salió de su aturdimiento y procedió a reunir una gran cantidad de energía en su brazo derecho.

— ¡Haaaa! — Exclamó Elohim mientras se posicionaba.

Seguidamente golpeó el ataque con un poderoso manotazo, desviándolo hacia su derecha de un revés.

¡BOOOMMM!

Una explosión surgió justo donde la energía había golpeado, levantando una nube de humo en forma de hongo y creando una corriente de viento.

Dios miró al peli-rojo con cierta incredulidad mientras su expresión se crispaba al sentir sus heridas y cansancio asolarlo después de usar su poder indiscriminadamente.

— Podemos irnos — Anunció Lucifer en voz alta.

Asmodeus sonrió al escucharlo, mientras invocaba un círculo de transporte debajo de su grupo.

La voz se corrió y todos los Demonios empezaron a desaparecer del campo de batalla.

Naruto y Elohim se miraron brevemente en silencio.

Entonces el peli-rojo sonrió.

La expresión de Elohim se volvió amarga mientras cerraba los ojos en resignación.

Luego los abrió.

— La fortuna te ha sonreído hoy joven Demonio, sin embargo la próxima vez no tendrás tanta suerte — Dijo con calma forzada.

— Si tú lo dices — Respondió Naruto cuando empezó a desaparecer en el círculo mágico.

Elohim hizo una mueca al oír el tono divertido en la voz del chico.

Cuando los Demonios se fueron, este se volteó solo para ver como sus Ángeles lo miraban ligeramente avergonzados.

— No fue culpa de ustedes, las habilidades de ese joven Demonio me tomaron por sorpresa, admito que lo subestimé — Se reprendió a sí mismo.

En este momento solo ellos quedaban en el campo de batalla, pues Azazel y su Grigori ya se habían ido.

— Ahhh~ es hora de volver — Dijo mientras un enorme círculo mágico brillaba en el cielo sobre su ejército.

Un destello y todos desaparecieron.

Campamento Demoniaco

Los Maou lucían cansados mientras estaban sentados en sus tronos improvisados, con sus Demonios de alto rango, Capitanes y Generales arrodillados frente a ellos.

Ellos aún no podían creer como la batalla se había vuelto tan volátil al final, al grado de que concluyera de forma abrupta a pesar de no haber transcurrido mucho tiempo desde que comenzó.

Entonces su mirada se volvió hacia cierto Demonio que les había llamado la atención.

Naruto respiraba con dificultad, pues su última acción se llevó casi todo su poder restante y por eso ahora mismo se sentía bastante agotado.

— Reynard, ¿Podrías? — Dijo Lucifer mientras miraba al nombrado.

— Usa esto, Naruto — Dijo el mencionado mientras le entregaba un frasco al peli-rojo.

— Lagrimas de Phoenix — Pronunció al ver el frasco en su mano.

Sacudió su cabeza para después aplicarse la poción, sintiendo como sus heridas eran curadas gradualmente.

Exhalando el poco aire de sus pulmones, miró a su alrededor notando como varios Demonios susurraban entre ellos mientras lo miraban.

Cabe decir que el brillo de interés y envidia era bastante evidente en algunos.

Ignorando esto, el peli-rojo se arrodilló frente a los Maou al lado de su padre.

— Bien, sin duda alguna has mostrado mucha promesa en las batallas por venir, joven Gremory — Comenzó a hablar el Maou Lucifer.

Los Demonios presentes guardaron silencio en espera de las palabras de su Líder, mientras el peli-rojo alzaba la mirada para poder mirar a los Líderes.

— Las habilidades que has mostrado te han permitido enfrentar a los Líderes del Cielo y Grigori y salir con vida, no solo eso, si no también has peleado en igualdad de condiciones al grado de herirlos — Continuó con tono serio.

Los otros Maou asintieron a las palabras de Lucifer, mientras Zeoticus abría los ojos ante lo dicho por el Maou.

En lo que iba de la guerra ningún Demonio había recibido tales elogios por parte de los Maou más allá de un simple bien hecho en los inicios de la guerra.

Sin embargo esta vez era diferente, pues todos los demonios presentes sintieron el reconocimiento en las palabras del Maou Lucifer hacia Naruto.

— Por ello, nosotros los Maou te reconocemos como un igual, Naruto Gremory — Terminó de decir Lucifer mientras se ponía de pie.

Asmodeus, Leviathan y Beelzebu lo imitaron, causando que los Demonios presentes jadearan incrédulos ante lo que veían.

— Las razones que te motivan para pelear en esta guerra son algo que apruebo desde el fondo de mi corazón — Agregó Lucifer en tono serio.

— No dudar frente al enemigo aun cuando las cosas no están a tu favor — Dijo esta vez Asmodeus con un ligero asentimiento.

— Usar tu poder en beneficio de tus camaradas — Fue el turno de Leviathan con aprobación en su voz.

— No caer en la imprudencia y arrogancia, teniendo en cuenta las repercusiones de tus acciones y como afectan a los que te rodean — Terminó Beelzebu cerrando los ojos.

La presencia de los cuatro Maou era imponente a los ojos de todos.

— Agradezco sus palabras a este humilde Demonio, les prometo aquí y ahora que seguiré luchando hasta ver el final de esta guerra, usando mi poder para derrotar a los enemigos de la Facción Demoniaca y aquellos cercanos a mí — Fueron las palabras dichas por Naruto con una gran resolución.

Los Maou se sintieron satisfechos ante su respuesta, mientras Zeoticus cerraba los ojos cuando el orgullo por su hijo lo inundó por completo.

Entonces los Maou se sentaron nuevamente.

— Es realmente una pena que tus habilidades no sean replicables del todo — Dijo Beelzebu en tono más informal cuando el momento importante pasó.

— Es verdad, demostraste habilidades únicas y muy útiles — Dijo Asmodeus con una mano en la barbilla.

El poder reemplazarse con un objeto para evitar ser golpeado era muy útil.

Naruto por su parte no dijo nada, pues no sintió ninguna presión por parte de los Maou para que respondiera.

Aunque de todos modos ningún otro Demonio podría replicar sus habilidades debido a su fisionomía especial adquirida después de su encuentro con su trasmigrante.

Uzumaki Naruto desbloqueó su red de Chakra para poder hacer Jutsus, manteniendo la capacidad de usar magia y poder Demoniaco que heredó de su naturaleza como Demonio.

Naruto sabía que era una anomalía en sí mismo y cualquier Demonio que intentara recrear sus habilidades, solo podría usar Touki y algo de Senjutsu del que usaban los Yokai, aunque siendo solo una pobre imitación de tal arte.

Dejó tales pensamientos cuando la voz de otro Maou se dejó escuchar.

— Por otra parte, tu equipamiento es otro punto que podemos discutir — Señaló Leviathan mientras miraba la armadura que portaba el peli-rojo.

Esto llamó la atención de varios de los presentes, específicamente los que estuvieron allí cuando Azazel lo mencionó.

Naruto cerró los ojos brevemente, para después abrirlos y mirar a los Maou, notando la anticipación y curiosidad brillando en sus ojos mientras esperaban una explicación.

— Bueno, hace un par de años, mientras experimentaba con mi método de tele-transporte instantáneo, aparecí en un sitio en los países del norte en el mundo humano… en ese lugar había una aldea la cual en ese momento estaba siendo atacada por un Dragón, pero afortunadamente uno de los habitantes logró asesinarlo antes de que diezmara a toda la población, aunque el pueblo fue reducido a cenizas — Comenzó a relatar su breve historia.

Esto se ganó la atención de los Maou, mientras algunos Demonios resoplaban al escuchar que un humano había derrotado a un Dragón, no creyendo en absoluto tal disparate.

— ¿Un humano asesinó a un Dragón?, Si es así, este humano debió tener grandes habilidades para tal proeza — Dijo Leviathan con leve admiración en su voz.

Esto descolocó a varios de los presentes, pues no pensaban que un Maou reconociera a un humano.

Sin embargo el peli-rojo sonrió con cierta diversión.

— Para nada, este humano era solo un simple pescador — Dijo Naruto disfrutando la mirada estupefacta del Maou Leviathan

Los otros Maou también se sorprendieron al escucharlo, mientras los Demonios presentes lo miraban con incredulidad.

— Parece una locura, pero ese humano era bueno en el tiro con arco… él improvisó al usar unas piezas de herrería como flechas, logrando golpear el único punto donde el Dragón era vulnerable al haber sido herido en el pasado, un agujero en sus escamas justo sobre su corazón… este tipo realizó la proeza con tal de proteger a su familia, realmente se ganó mi respeto — Dijo mientras adquiría una expresión seria.

Naruto recordaba cómo había logrado pasar desapercibido para Smog, como supo se llamaba el Dragón más tarde, gracias a sus habilidades de sigilo y supresión de energía, por lo que al ver su oportunidad pudo ayudar al humano haciendo que la última flecha que disparó fuera más aguda al imbuirla con Chakra de rayo para que lograra penetrar hasta el corazón de la bestia.

Como había pensado, Smog había endurecido el músculo del pecho como acto reflejo cuando fue golpeado, lo que detendría la flecha antes de llegar al corazón si Naruto no lo hubiera anticipado.

Esto por supuesto lo hizo partícipe de la muerte de Smog y por ello pudo reclamar el premio por su victoria.

Salió de su breve recuerdo para ver como las cejas de Leviathan se alzaban mientras Asmodeus y Beelzebu tenían miradas contemplativas.

Lucifer solo sonrió levemente.

— Después de eso quise recorrer el área, encontrándome una ciudad debajo de una montaña donde un pequeño grupo de Enanos se habían atrincherado… no solo eso, si no que un ejército de Elfos se acercaba al sitio, lamentablemente tuve que regresar a casa antes de preocupar a mi madre por mi ausencia — Continuó hablando el peli-rojo.

Zeoticus solo se limitó a suspirar en resignación ante las palabras de su hijo.

Después de todo, no esperaba que este se haya aventurado en el mundo humano sin que nadie se enterara, lo que lo puso en grave peligro.

Aunque recordando su habilidad de tele-transporte de su hijo se sintió un poco más tranquilo, pues en caso de ser atacado por otro ser sobrenatural Naruto podía ser capaz de escapar sin problemas aunque lo encerraran en una barrera que bloqueara los círculos de transporte.

— Regresé al día siguiente justo a tiempo para ver la batalla, Elfos, Enanos, Humanos y Orcos se enfrentaron con tal de reclamar las riquezas debajo de la montaña… fue una batalla sin cuartel a cuatro bandas — Continuó hablando el peli-rojo.

Este fragmento de su historia se ganó la atención de varios, pues era bien sabido que los Enanos solían extraer mucho oro y riquezas de sus minas.

Pensar en que hubo guerra por ello no les sorprendió y más de uno deseó haber estado en ese lugar y adueñarse de tal premio.

— Entonces el flujo de la batalla cambió cuando los Enanos atrincherados salieron al campo de batalla, al parecer su Rey había caído presa de la codicia, pero al final reaccionó… cabe decir que era un pequeño número, no más de 15, pero eran feroces en batalla… recuerdo que uno de ellos era bastante joven, sin embargo era hábil, pero lamentablemente cayó en batalla — Relató Naruto con calma.

— Ya veo, debo suponer que este joven Enano fue a quien salvaste, ¿O me equivoco? — Preguntó el Maou Lucifer.

— No se equivoca, después de todo, ver como a una joven Elfa se le rompía el corazón al ver a su amado ser asesinado me hizo intervenir — Respondió el peli-rojo ocultando una sonrisa.

Esto dejó otro silencio en el sitio.

Ellos sabían que la mayoría de los Elfos eran muy arrogantes y superficiales, por lo que saber que una joven Elfa se enamoró de un Enano era inaudito.

— Lo curé a cambio de un favor en el futuro, como tenía planeado unirme a la guerra supe en ese instante que favor sería — Terminó de decir Naruto mientras cerraba los ojos.

Los Maou asintieron.

De estar en la misma situación que él también aprovecharían las habilidades del Enano pidiendo un objeto forjado por él.

Naruto sonrió levemente, por supuesto que había más detalles en la historia, pero no era algo que necesitaran saber.

— Ya veo, ya que hemos cubierto todo puedes ir a descansar, puedo ver tu agotamiento — Dijo Lucifer en tono calmo y regio.

— Como usted ordene — Respondió Naruto abriendo los ojos mientras se ponía de pie.

A pesar de haber curado sus heridas sus reservas estaban casi vacías.

— Una cosa más antes de irte… — Habló repentinamente Asmodeus.

— ¿Si, Maou-sama? — Respondió el peli-rojo con duda mirando al Maou.

— ¿Te gustaría ser un General de Legión? — Preguntó Asmodeus con voz seria.

Los Demonios presentes casi se ahogaron con su propia saliva al escucharlo decir eso, mientras Zeoticus dejaba caer su mandíbula y los otros Maou miraban a Asmodeus de forma interrogante pero no sorprendida.

En cambio el peli-rojo parpadeó confundido, para luego procesar lo dicho por el Maou y abrir los ojos levemente evidenciando su sorpresa.

— Tienes las habilidades, estoy seguro que serías un buen General — Presionó el Maou de forma sutil.

Al superar la sorpresa, los Demonios mayores ya daban por hecho que el chico aceptaría la proposición del Maou, después de todo era un gran honor ser uno de los doce Generales Demoniacos, sin mencionar el gran prestigio de ser nombrado como tal.

Por eso les sorprendió la respuesta del chico.

— Lamento decir que debo negarme — Respondió Naruto adquiriendo una expresión seria.

Una vez más hubo varios jadeos de incredulidad y shock, no esperando tal respuesta de Naruto.

— ¿Porqué? Estoy seguro que la Legión que estuviera bajo tu mando te serviría bien cuando seas Líder — Preguntó Asmodeus con duda marcada.

— Tiene razón Maou-sama, pero eso no me haría un Líder que ellos seguirían sin dudar a la batalla… eso en el campo de batalla significaría una muerte segura para mí y mis hombres si no me aceptan de buena gana — Respondió el peli-rojo endureciendo su mirada.

Los Demonios presentes tenían los ojos abiertos al escuchar sus razones, ganándose el respeto de varios Demonios ancianos y los mismos Generales de Legión.

— Después de todo, no es porque me vuelva un Líder que me aceptarán, si no es porque me aceptan que me volveré un Líder — Dijo mientras miraba a los Maou con un fuego en su mirada.

Esto dejó en silencio el sitio entero, con los Maou mirándolo estupefactos, mientras los Ancianos y Demonios de Alto rango procesaban profundamente lo dicho por el chico.

— En este momento soy joven e inexperto, los Demonios respetan el poder y la habilidad, así que si he de ser un Líder será en un futuro cuando mis logros y acciones influyan en los soldados y estos quieran estar bajo mi mando por su propia voluntad — Declaró de forma seria y firme.

Esto sacó de su aturdimiento a los Maou, quienes lo miraron de forma seria por unos momentos.

Naruto lo sabía, cada Líder de Legión era un Demonio con prestigio y habilidades, pero sobre todo con experiencia y logros bien conocidos que generaba confianza en sus soldados.

Por otra parte él no era muy conocido y era bastante joven, por lo que si aceptara el puesto sus soldados tendrían dudas de cada orden que Naruto diera.

La única impresión era para los Líderes y Demonios que vieron su encuentro y eso era solo por su poder, al menos por ahora.

— Fufufu — Fue el sonido que salió de los labios de Lucifer en ese momento.

Todos los presentes dirigieron su mirada al Maou, el cual tenía los ojos cerrados mientras tenía su rostro bajo y sus hombros temblaban levemente.

Entonces de repente alzó la cabeza mientras una fuerte risa salía de su boca.

— ¡Jajajajaja! Realmente me has dejado sin palabras chico, ahora veo que el reconocerte fue el movimiento más adecuado, sin duda serás una figura importante en nuestras filas y cuando llegue ese momento, te haré la misma propuesta de Asmodeus, pero por ahora puedes irte joven, ya has hecho más que suficiente por hoy… — Declaró Lucifer divertido después de reír fuertemente.

Leviathan y Beelzebu sonreían ligeramente mirándolo con aprobación, mientras Asmodeus le asintió con una expresión satisfecha.

Al parecer su respuesta fue bien recibida por los Maou.

Así, Naruto hizo una reverencia antes de abandonar la carpa e ir a su propio lugar a descansar.

Cuando el peli-rojo se fue, los Demonios empezaron a murmurar entre ellos sobre los acontecimientos que presenciaron.

— Zeoticus, tu hijo es único en su tipo, debes de estar orgulloso — Dijo Lucifer mirando al mencionado.

— Me honran sus palabras, solo desearía poder haber estado ahí mientras se convertía en el hombre que es hoy — Respondió Zeoticus con cierta melancolía en sui voz.

— La mayoría comparte tus sentimientos, yo incluido, pero es por nuestros seres queridos y por el derecho de existir que llamé a las armas — Dijo Lucifer con expresión seria y voz dura.

— Incluso si algunos miembros estúpidos de nuestra raza atacaron primero, fue Elohim quien reaccionó de forma exagerada al declarar la guerra a los Demonios y Caídos, todo porque no acepta nuestra existencia — Dijo Leviathan con acero en su voz.

Aún podía recordar ese incidente.

Un grupo de Demonios pensó en que sería divertido devastar un pueblo de humanos, por lo que lo redujeron a cenizas y mataron a todos lo humanos, regodeándose sobre ser seres superiores y lanzando su desafío al cielo en declaración de guerra.

Lo que ninguno de ellos esperaba era que su declaración junto a las oraciones de los moribundos humanos fueran escuchadas.

Cabe decir que el grupo fue eliminado rápidamente cuando los cuatro Arcángeles y Dios en persona descendieron del cielo.

Asqueado por la vista, Elohim decidió exterminar a los Demonios ya que eran seres de pecado, lo que también arrastró a Grigori a la refriega.

— Es lamentable, pero lo único que podemos hacer por ahora es sobrevivir hasta que la guerra termine — Dijo un resignado Beelzebu.

Asmodeus solo apretó el puño recordando el primer ataque.

Un pilar Demoniaco casi fue erradicado, por lo que Lucifer formó rápidamente su ejército y se ubicó fuera del territorio demoniaco para no involucrar a los civiles en fuego cruzado, mientras sus ciudades eran fortificadas con poderosas barreras y guardias élite que resistirían lo suficiente cualquier represalia mientras llegaban los refuerzos desde el frente de batalla.

Hasta ahora solo Grigori se había atrevido a entrar en su territorio y se requirió un grupo especializado para poder sortear la barrera principal, así como las barreras que protegían el territorio de cada Clan Demoniaco.

Al menos ya no era un problema y eso era gracias al Demonio que acababa de retirarse.

— Entonces, regresemos a lo importante, Almurg, danos tu informe — Dijo Asmodeus mirando al mencionado.

Este se acercó para luego arrodillarse frente a los Maou.

Había estado presente en la conversación con Naruto debido a que este era su misión, por lo que había sido sacudido cuando presencio todo lo ocurrido, pero sacudiendo su leve estupor rápidamente empezó a relatar los hechos desde que su grupo entró en el campo de batalla.

Zeoticus estaba dividido entre ir con su hijo o escuchar lo ocurrido fuera de su vista, pero dando un largo suspiro decidió escuchar sobre la pelea de Naruto con los Cadres y Serafines.

Con Naruto

El peli-rojo llegó a su tienda, donde procedió a retirarse la armadura.

A pesar de sentirse cansado no dudó en examinarla, buscando algún desperfecto o rasguño de los ataques que recibió, asintiendo satisfecho cuando no vio ninguno.

Con el torso desnudo se limpió la sangre seca y el sudor con un paño húmedo mientras se sumergía en sus pensamientos.

Su mente analizó el combate que tuvo con Kokabiel, Baraquiel, Penemue, Rafael y Gabriel, recordando los movimientos de cada uno de ellos y pensando en distintas formas de contrarrestarlos en el futuro.

Esto era de lo que les habló cuando expuso el estilo de combate que se usaba en la guerra.

Su entrenamiento con Naruto le dio una gran experiencia en batalla, sin embargo, el estilo de batalla de Naruto era directo, con un poder abrumador pero usado de formas que resultaban poco ortodoxas, los cuales lo empujaban a usar su inteligencia e imaginación para poder resistir y contraatacar.

Esta era una de las razones por la que incluso usando pocos Jutsu pudo mantenerse al día con varios oponentes al mismo tiempo, apoyándose en que el Sennin Modo le daba un impulso y ventaja de reacción en contra de sus oponentes que ayudó en gran medida.

El único daño significativo que recibió fue por parte de Elohim y Azazel en su intercambio a tres bandas.

Aunque admitió que los Cadres y Serafines se retuvieron un poco para no causar daño colateral en sus propios aliados al guardarse las grandes armas al limitarse con pocos hechizos y batalla cuerpo a cuerpo.

El último intercambio con los dos Líderes le hizo evidente esa conclusión, ya que se dejó de lado los movimientos elegantes y técnicos de batalla pasando a poder bruto.

También estaba seguro de que la próxima vez Kokabiel no se contendría contra él, así que tendría que mostrar más de sus propias cartas para poder lidiar con el Cadre.

No era que estuviera preocupado de todas formas, aún tenía algunos trucos bastante peligrosos y efectivos en su arsenal.

— Creo que me veré obligado a usar mis demás afinidades elementales — Murmuró mientras se dejaba caer en su cama.

Luego su mente volvió a la conversación con los Maou.

Él esperaba un poco más de preguntas o indagaciones acerca de sus habilidades, pero al parecer estos estaban más impresionados con lo que pudo lograr.

Un joven Demonio de apenas diecisiete años logró pelear al mismo nivel que los Líderes del cielo y Grigori.

— “Si no fuera por mi Senjutsu y la resistencia mágica que gané al bañarme en la sangre de Smog entonces hubiera sido el más herido de los tres” — Pensó de forma seria mientras bajaba levemente la mirada a su pecho.

Su cuerpo era marcado y magro, pero no abultado, con la cantidad justa de músculos para flexibilidad, velocidad, resistencia y poder.

Pero lo que realmente estaba mirando eran las marcas rojas que recorrían su torso y que brillaban levemente.

Al participar en su asesinato, pudo obtener el beneficio de bañarse en su sangre y como prueba las marcas aparecieron en su cuerpo.

Esta ventaja era lo primero en lo que pensó cuando vio al Dragón, por lo que esperó su mejor oportunidad para dar el golpe, sin embargo, Naruto fue sorprendido por como el humano lo combatió valientemente aún en ese mar de fuego.

El impulso de proteger a su familia lo tocó y eso hizo que su participación en la subyugación de Smog fuera más por bondad que por interés.

Aunque a final de cuentas reclamó su premio como originalmente planeó.

Después de todo necesitaba todas las ventajas si quería mantener a su familia a salvo.

Sin embargo, ver a esa familia junta y feliz fue más gratificante para él que obtener el cuerpo del Dragón.

Luego sus pensamientos fueron a Kili.

Después de todo, su armadura fue realmente de gran ayuda también.

— “También fue el primero en quien intenté eso” — Pensó el peli-rojo mientras ponía sus brazos bajo su cabeza, como una almohada.

Con su poder, logró mantener al Enano con vida mientras negociaba el favor de salvarlo, bajo la mirada sospechosa de la Elfa, mientras otro Elfo diezmaba a los Orcos cercanos.

No queriendo presionar solo pidió un favor como recompensa, lo que fue aceptado por la pareja sin tantos problemas cuando no sintieron malas intenciones de él.

Sin embargo, cuando realizó la curación y lo sacó de las garras de la muerte, el joven Enano le dijo que a pesar de todo siempre estaría en deuda con él.

Con ello, el peli-rojo lo pensó un poco y le dio otra opción, la cual era hacer un contrato vinculante que le permitiría extender su vida útil ya que podría necesitar de sus servicios en un futuro más lejano.

Esto fue algo que dejó sin palabras al joven Enano, el cual aceptó de inmediato para poder estar al lado de su amada, la cual al ser un Elfo, su vida sería más larga que la de él.

Naruto no pudo evitar una sonrisa al recordar la cara estupefacta de ambos cuando mencionó que viviría por dos mil quinientos años.

El contrato recreaba la fuerza vital de un Demonio, aunque solo en un veinticinco por ciento.

Un Demonio tenía una esperanza de vida de diez mil años, por lo que el veinticinco por ciento eran dos mil quinientos años.

Salió de sus recuerdos al momento de pensar en otra cosa.

— Necesito un arma — Dijo en tono serio.

Combatir con sus manos desnudas contra armas de luz no era difícil para él, pero un arma gastaría menos energía que imbuir sus manos en Chakra Senjutsu, sobre todo si era algún metal conductor.

Además de que lo sentiría más cómodo.

Con ese pensamiento en mente, un círculo mágico de comunicación apareció en su oído.

— Naruto, es raro que me contactes tan rápido, ¿Sucedió algo con tu armadura? — Se oyó la voz preocupada de Kili.

— No, de hecho me ha protegido bien y no muestra ningún rasguño a pesar de recibir un par de ataques poderosos… te contacto porque pensaba en pedirte un arma — Dijo Naruto con tono tranquilizador.

— Mmmm, ya veo, realmente me has preocupado un poco pero es bueno escuchar que mi armadura te protege bien… entonces un arma ¿eh?, ¿Tienes alguna preferencia? — Preguntó Kili con alivio evidente en su tono.

— Bueno, esperaba algo que fuera a juego con mi armadura, aunque me inclino más por una lanza — Respondió Naruto de forma pensativa.

— Creo que puedo pensar en un par de opciones, dame una semana y lo tendré listo — Dijo Kili después de un momento de reflexión.

— Gracias amigo, mándale mis saludos a Tauriel y que en cuanto pueda los visitaré — Dijo Naruto en tono suave.

— Nah, no te preocupes, además de que te sostendremos esa promesa — Oyó decirle en tono relajado antes de que la comunicación se cortara.

Una pequeña sonrisa adornaba los labios del peli-rojo, mientras empezaba a dejar que el cansancio mental llegara a él.

No tardó mucho en quedarse dormido.

En otro lado del campamento

Zeoticus estaba sentado en su cama, regresando a su propia tienda apenas terminó el reporte del grupo que escoltaba a su hijo.

Aún no podía creer del todo el informe de las habilidades de Naruto, pero recordando cómo pudo bloquear a dos Facciones enteras por un par de minutos pudo procesarlo mejor.

Eso lo dejaba un poco más tranquilo, aunque también estaba el hecho de que ahora era un blanco para dos Facciones.

Sacudió su cabeza de ese tipo de ideas.

Confiaba en el juicio de su hijo para poder escoger sus peleas o escapar de situaciones que lo pusieran desventaja.

Un círculo mágico se generó en la mesa junto a su cama, de donde surgió la figura de Venelana Gremory.

— Cariño, que alivio saber de ti — Fue lo primero que la castaña dijo.

— Estoy bien cariño, pasará mucho tiempo antes de que patee el cubo… solo te llamo para darte algunas noticias — Respondió Zeoticus mientras la calidez llegaba a sus ojos.

Venelana alzó una ceja ante esto, por lo que asintió esperando escuchar lo que su esposo tuviera que decirle.

Así, Zeoticus le relató todo, desde el informe hasta lo que presenció en el frente de batalla.

La matriarca Gremory guardó silencio durante todo el relato, ahogando algún gemido ante los peligros que enfrentó su hijo, soltando largos suspiros de alivio al decirle como superó esos mismos peligros, solo para cubrirse la boca con el rostro pálido cuando mencionó su pelea con Elohim y Azazel.

Luego procedió a su última acción antes de escapar, notando como su esposa abría los ojos con incredulidad, para luego derramar lágrimas cuando llegó a la aparte del reconocimiento por parte de los Maou.

Por último la oferta de Asmodeus y la respuesta de Naruto, lo que dejó en silencio a la pareja.

— Mi niño, mi bebé se está convirtiendo en un hombre de bien — Pronunció Venelana sonriendo entre lágrimas.

— Sacó todo lo bueno de su madre, es natural que tenga una buena cabeza sobre sus hombros, una voluntad inquebrantable y un corazón gentil — Dijo Zeoticus con un brillo cálido en sus ojos.

Tuvo el placer de ver como un ligero tinte rosado cubrió las mejillas de su esposa, lo que la hizo aún más hermosa a sus ojos.

— Cariño, eres muy dulce — Dijo en tono encantado y feliz.

— Solo digo la verdad… — Dijo nuevamente el peli-rojo.

— Los extraño a los dos, nuestro hogar se siente solo sin ustedes aquí — Dijo Venelana con tono afectado.

La mirada de Zeoticus se suavizó.

— Lo sé cariño, aun no se ve el fin de esta guerra, pero ten por seguro que ambos volveremos a ti — Declaró con voz decidida.

Esto hizo que Venelana sonriera levemente.

— Realmente sabes cómo tranquilizar mi corazón cariño — Dijo la castaña con voz suave.

— No son solo palabras, es una promesa que pienso cumplir… Venelana, sé que es difícil, pero te prometo que nuestra familia volverá a estar junta — Dijo Zeoticus con voz seria y resuelta.

Venelana adquirió una expresión similar y asintió.

Pero entonces ella entrecerró los ojos ligeramente mientras una extraña presión se dejaba sentir.

— Más te vale cumplir esa promesa, porque si sucede algo y mueres o algo le pasa a nuestro hijo, los traeré de vuelta a ambos y los mataré yo misma, ¿Entiendes? — Oyó decir a su esposa en tono oscuro y lúgubre mientras sus ojos brillaban carmesíes y su rostro se volvía sombrío.

El peli-rojo sintió un escalofrío recorrer su espalda, por lo que rápidamente se puso de pie y dio un saludo militar.

— ¡Aye sir! — Exclamó sudando copiosamente.

Él había notado que el tono de su esposa prometía dolor, además de cumplir su amenaza si padre e hijo no volvían a casa en una pieza.

En su propia tienda, un dormido peli-rojo tembló entre sueños.

De regreso con el matrimonio Gremory, la castaña relajó su expresión y le sonrió a su esposo con amor.

— Eso me deja más tranquila, ahora te dejo amor, creo que debes descansar después de lo ocurrido hoy… cuídate Zeoticus, te amo — Dijo la matriarca Gremory con tono más suave.

— Ya veo, eso es bueno… nos vemos luego Venelana, yo también te amo — Respondió el patriarca con tono suave.

Con eso dicho, la figura de Venelana Gremory desapareció.

Zeoticus se quedó un momento reflexionando, mientras su pecho ardía con decisión y se prometía a sí mismo velar porque su esposa no derramara lágrimas con la noticia de su muerte.

— Naruto, hijo, por nuestro bien será mejor volver a casa sanos y salvos — Dijo con tono serio.

No quería sufrir las consecuencias de lo contrario.

Entonces sonrió.

— Definitivamente eres una mujer increíble Venelana, no cabe duda de que tengo suerte de tenerte — Dijo esta vez mientras sonreía con cariño.

Negó levemente antes de ponerse algo cómodo para dormir.

Debía de estar descansado y listo para cualquier eventualidad, aunque con los Líderes del Cielo y Grigori heridos dudaba de algún ataque furtivo por parte de ambas Facciones, pero no por eso debían de bajar la guardia.

Sin embargo por ahora debía dormir, sintiendo como el cansancio físico y mental lo agobiaban mientras sus ojos se iban cerrando.

Entonces el peli-rojo se durmió sin más.

Cielo

Arrodillados frente a su padre que estaba sentado en un trono dorado, Rafael y Gabriel terminaron de dar su informe, mientras los demás Serafines y Elohim procesaban lo dicho por ambos Serafines.

— Ahora entiendo, sin duda fue un error de mi parte no haber apuntado a él desde el principio, desde hoy puedo decir que este joven representará un problema igual al de los Maou — Declaró el dios bíblico frotándose las sienes.

— He enfrentado a otros poderosos Demonios, así como sus Generales, pero este chico está en un nivel totalmente diferente a cualquiera de ellos — Dijo un serio Rafael con cierta preocupación.

— Con lo mostrado hasta ahora, puedo decir que es el único Demonio al nivel Maou no solo gracias a su poder, sino a sus habilidades y como las usa en batalla — Fue lo dicho por una seria Gabriel.

Los murmullos se apoderaron del lugar.

— Si bien es un poco exagerado, es plausible que su presencia alentará a los Demonios a combatir más fieramente pensando en que tienen la ventaja — Dijo Metatron con un suspiro.

Gabriel y Rafael lo miraron con ligera incredulidad.

— No debes menospreciarlo Metatron, pensar de esa manera puede costarte la vida y la de tus subordinados — Reprendió Elohim con suavidad en su tono.

Sin embargo, esto bastó para que el mencionado se pusiera rígido y se arrodillara frente a él.

— Lo siento padre, no fue mi intención ser arrogante — Dijo en tono de disculpa.

— Está bien, lo importante es que lo entiendas — Respondió Elohim con calma.

— Eso aún nos deja con el problema del ‘quinto’ Maou — Dijo Michael dándose a notar.

Elohim guardó silencio, mientras los demás Ángeles se miraban brevemente con preocupación.

Entonces Dios soltó un suspiro.

— Lo dejaremos por ahora, Gabriel seguirá vigilándolo y si la presiona a luchar, entonces distráelo mientras pides asistencia a un Serafín, luego retírense — Ordenó Elohim con voz seria.

— ¿Padre? — Pronunció la nombrada con sorpresa.

— Si eres tú no te matará, a menos que se sienta amenazado de verdad, sin mencionar que estará bien vigilado por los Demonios y cualquier acto hostil de un grupo grande hará que el balance de la batalla se mueva hacia los perpetradores del ataque, además de que eliminar a los Maou causará más impacto a la Facción demoniaca que un simple Demonio — Declaró Dios con seriedad.

Aunque tuvo que morderse la lengua en la última parte.

Ese chico era todo menos un simple Demonio y las heridas que aun sentía en su cuerpo lo demostraba.

Sin embargo, esperaría el momento adecuado para deshacerse de él.

— Como órdenes, padre… — Fue lo dicho por Gabriel una vez superó su sorpresa.

Elohim asintió y se recostó en su trono.

Entonces empezó a reflexionar sobre el peli-rojo.

Mientras enfrentaba a Naruto, pudo sentir algo provenir de él.

Era extraño, pero por un momento sintió su alma emitir una sensación de pureza comparable con la de Gabriel y eso en un Demonio era muy extraño.

Aun cuando fuera un niño inocente, como Demonio tenía cierta oscuridad en su corazón.

Sin embargo, el breve momento en que lo sintió, la presencia de Naruto no tuvo esa oscuridad.

Otro punto era que de todos los Demonios, su oscuridad era la más pequeña, siendo seguida por la de Lucifer.

Resopló levemente, eran ideas absurdas, ambos eran Demonios y eso era lo que importaba, por eso debían ser eliminados.

— Vayan a descansar hijos míos, nuestra cruzada aún no termina y deben de estar en óptimas condiciones para nuestra próxima batalla — Ordenó en tono paternal.

— ¡Si padre! — Respondieron todos los presentes, para luego abandonar la sala del trono.

Estando solo, Elohim soltó un suspiro antes de cerrar los ojos y despejar su mente.

Grigori

Azazel meditaba lo dicho por Baraquiel, quien le dio un informa más detallado de la batalla con su análisis militar.

— Por eso he llegado a la conclusión de que es una amenaza nivel Maou — Concluyó su informe el Cadre.

El Gobernador meditó con los ojos cerrados por unos instantes, para luego abrir los ojos y mirar a Penemue y Kokabiel, siendo la Cadre quien había recibido varias heridas en su pelea con Naruto.

— Eso podría sonar exagerado, Baraquiel, pero después de ver cómo nos bloqueó por completo puedo decir que no te equivocaste en tu evaluación, además de que nunca te has equivocado en esta clase de cosas — Fue lo dicho por Azazel soltando un suspiro cansado.

Entonces sonrió con cierta diversión.

— Aunque ver la expresión del viejo cuando el chico Gremory usó su propio ataque contra él no tuvo precio — Dijo soltando una risita.

Kokabiel compartió la sonrisa de su Líder, mientras Shemhazai y Penemue suspiraban ante las acciones de este.

Entonces fue Armaros quien intervino esta vez.

— ¿Cómo deberemos afrontar este obstáculo, Azazel? Ha demostrado poder mantenerse aún contra múltiples oponentes de alto nivel, sin mencionar que te igualó a ti y a Dios en un encuentro a tres bandas — Dijo el Cadre con seriedad en su voz.

Este veía las vendas entre las ropas de su Líder con cierta preocupación.

Azazel refirmó su cabeza en el respaldo del asiento donde se encontraba sentado.

A diferencia de Dios o los Maou no usaba un trono, sino un asiento con pieles y telas suaves para descansar, pues no necesitaba hacer alarde de su poder.

Una simple mirada y la presión de su presencia eran suficientes para imponerse a cualquiera que lo menospreciara.

Aunque no había nadie tan loco en Grigori para hacerlo.

— Es verdad, pero creo que olvidas algo… si no fuera por su armadura de Mithril entonces los daños recibidos serían mayores, sin mencionar que usó su Senjutsu para aumentar más su defensa y defenderse del elemento sacro de nuestra luz… — Señaló alzando su dedo índice.

Esto hizo que los Cadres y otros Caídos presentes de cuatro pares de alas abrieran los ojos en comprensión.

— Exactamente, no es infalible, sin embargo no debemos confiarnos o habrá consecuencias, por el momento lo dejaremos en paz, Penemue, sigue como hasta ahora con la misión que te di, es muy pronto para hacer algo más drástico — Dijo finalmente Azazel con tono serio.

— ¡¿Está loco Azazel-sama?! Si lo deja sin atender se hará más poderoso — Fue lo dicho por un Caído de cuatro alas.

— Mocoso, odio decir esto pero Azazel está en lo correcto, ahora estará bajo la mirada de los Maou, si los provocamos podrían irse por la borda y soltarse sin cuidado — Fue lo dicho por un serio Shemhazai.

El Caído retrocedió con rigidez al oír el tono del Vice-gobernador.

Era un acuerdo no tácito de no usar más poder del requerido para acabar con tu oponente para evitar el daño colateral en tus propios hombres.

Si eso no fuese así, habría más explosiones de energía que consumirían kilómetros a la redonda llevándose a cualquier ser vivo que quedara atrapado en medio de las peleas de los Líderes.

El último intercambio ignoró esa regla, sin embargo se había generado un espacio grande donde el enfrentamiento a plena potencia era posible, además de que eran ataques concentrados en un objetivo fijo así que no hubo nada de daño colateral en esas circunstancias.

El Caído bajó la mirada al entender por fin las acciones de su Gobernador.

— No puedo creer que vaya a decir esto, pero puedes luchar contra él si quieres, Kokabiel, pero debes aislarlo del campo de batalla si vas a usar más poder del que usas normalmente, además ten cuidado con los Demonios de Alto rango y los Generales, como dije, él estará bajo la mira de los Maou para evitar que lo maten — Dijo mientras se masajeaba el cuello con cansancio.

Todos se sorprendieron por la nueva orden, al tiempo que Kokabiel sonreía casi con demencia.

— ¡Jajajaja! ¡Creo que las cosas se pondrán divertidas a partir de ahora! — Exclamó el Cadre ruidosamente.

Azazel aplicó más presión en el masaje mientras se preguntaba si esa había sido una buena idea.

Sin embargo se encogió de hombros, eso ya no era su problema.

— “No sé porque, pero algo me dice que me relacionaré mucho con ese joven en el futuro… Naruto Gremory, sin duda eres un enigma entre los Demonios” — Pensó con seriedad el Gobernador.

Tuvo que reprimir la pequeña sonrisa que se formaba en su rostro.

Algo le decía que él y ese joven tenían mucho en común, sobre todo lo que pensaba acerca de esta guerra.

— “Demonios viejo, ¿Por qué tenías que arrastramos a esta estúpida guerra?” — Maldijo Azazel en su mente.

Solo esperaba que algún día terminara para poder relajarse y vivir libremente.

Bien, capítulo terminado.

Espero les haya gustado la pelea de Naruto contra los Cadres, además de que traté de explicar muchas cosas acerca de las habilidades y el poder de Naruto, mismo que le permitió igualar a enemigos de alto nivel.

Me disculpo por lo breve que fue la explicación acerca de Smog, así como el encuentro con Kili, ya que no recuerdo mucho de la película además de que más adelante haré un flash back de como sucedió realmente su encuentro y el trato que hizo.

Este capítulo fue una introducción de Naruto a la guerra de la tres Facciones, así como el reconocimiento de los Maou como un Demonio pleno a pesar de ser muy joven.

Me inspiré un poco en la pelea de Archer contra Lancer de Fate UBW, lo que creo que algunos notarán.

Luego ampliaré un poco más acerca de las habilidades Demoniacas de Naruto, así como sus hechizos, sin olvidar que ahora usará las cinco naturalezas de Chakra así como los sub elementos, además de algunas técnicas más destructivas del universo Naruto y una del mundo One Piece que será una variación de Shinra Tensei y Chibaku Tensei.

La guerra tendrá otros dos o tres capítulos, antes de concluir con la muerte de los Maou y Dios, ya que aún falta que se involucren los dos dragones celestiales, Draig y Albion.

Por ahí leí que algunos querían que lo emparejara con Grayfia, otros que no, bueno, no tenía intención de hacerlo, sin mencionar que no planeo que participe en la guerra civil más allá de una pequeña escaramuza y solo será una coincidencia de que esté ahí.

Espero disfrutaran el capítulo, además que me concentraré en Nueva Vida y Dragón Heroico ahora que superé el muro con el que me tope cuando los escribía.

Sé cómo quiero que vayan ambos capítulos, pero a la hora de escribir me atoré y no sabía cómo continuar a pesar de que la idea era clara, pero ya lo superé.

Calculo que publicare a mediados de Enero.

Por cierto, hice unas modificaciones al Título Nobiliario de Naruto.

Reina: Arturia Pendragón (Fate Stay Night)
Obispo: Hakuei (Magi the Labirynt Magic)
Obispo: Yamuraiha (Magi the Labirynt Magic)
Caballo: Mordred Pendragon (Fate Apocrypha)
Caballo Mutado: Dracule Mihawk (One Piece)
Torre: Centorea (Monster Musumue)
Torre: Samus Aran (Metroid)
Peón Mutado: Akagami no Shanks (One Piece)
Peón: Sakuya Izayoi (Touho Proyect)
Peón: Karasuba (Sekirei)
Peón: Leone (Akame ga Kill)
Peón: Akame (Akame ga Kill)
Peón Mutado: Esdeath (Akame ga Kill)
Peón: Tatsumi (Akame ga Kill)
Peón: Kili (El Hobit)

Recuerden que las piezas mutadas varían en su valor, por lo que un Peón y un Caballo mutado pueden ser iguales a una Reina.

En cuanto a las parejas, serían estas.

Arturia
Mordred
Sakuya
Gabriel
Penemue
Rosseweise

Solo ellas, tal vez agregue a Serafall pero aún no estoy seguro.

Espero que esta información sea un buen regalo de fin de año, sin más que decir me despido.

Kami fuera.

Naruto GremoryWhere stories live. Discover now