VI

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Jonathan despertó en su cama. La nieve afuera no afloraba. El calor apremiaba. Era julio. Era verano en Nueva Inglaterra. Se escucharon unos pasos apresurados. La puerta se abrió.

—¡Mr Smith! ¡Von Hannoven lo aguarda a bajo! Me pidió que le comunicara que tiene otros asuntos que atender, que si no baja inmediatamente teme que su trato comercial se vea revocado.

Jonathan sin decantarse bajó las escaleras. Indefectiblemente, el duque Klaus von Hannoven lo aguardaba sentado, fumando de su pipa. Su hermana Charlotte compartía un té con el honorable hombre.

—Herr Smith! Guten Morgen! —Lo saludó el prusiano, mientras se levantaba de su silla. Al ver el aspecto del yanqui soltó una estruendosa carcajada. —¡Aquí en Nueva Inglaterra son muy extrañas las costumbres! ¡Cuánto hacen por alejarse del Reino Unido! Ciertamente, pienso que hay hábitos que no se deben olvidar. En fin. He venido a hacer negocios, no a hablar de moda como un sucio francés. ¡Siéntese! —Ordenó el aristócrata. Jonathan lo imitó, intentando acomodarse la camisa con la que había dormido.

Lucy apareció en la escena con dos pocillos de café y unos bocadillos. Desapareció por donde había venido. ¡Estaba viva! Tenía ojos y todas las tripas bien acomodadas en su interior. Jonathan tocó su bolsillo, el pañuelo de seda estaba presente. El morado resplandecía con su color extraño.

Jonathan se mantuvo ensimismado, sin entender nada. Von Hannoven no cargaba una pistola encima tampoco. Todo estaba en orden.

—Señor Smith. Le ruego que no me haga perder mi tiempo. Tengo otros asuntos que atender antes de volver a mi preciada patria. Mi hermana, la duquesa, se casa. Y yo debo estar allí.

—¡Lamento mi comportamiento! He tenido una mala noche.— Sacó a relucir su encantamiento.— Empecemos. —Tomó uno de los pocillos y bebió su café.

Una hora después, el trato había sido cerrado con todo éxito. EL duque se despidió.

Jonathan atribuyó todo aquel escenario lúgubre a las imaginaciones de su mente. Las historias del duque probablemente eran mentiras creadas por la mismas personas. Pero detrás de todo, sin que Jonathan Smith lo supiese, escondida en el ático, la joven Charlotte acariciaba un cuervo.

—Es hora de marcharse. — Sonrió. Abrió la ventana. Dejó el ave volar.


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Nota:

Bien, no hay mucho que decir de esta historia; salvo unir un par de cabos — a veces cuando escribo tengo la impresión que las cosas no quedan claras, espero aclarar sólamente.— En primer lugar, la trama; la misma puede tener dos interpretaciones:

1- Todo fue un sueño de Jonathan.

2- Charlotte hizo un hechizo para cambiar la historia, donde el destino era que Jonathan muriese.

Veamos: 

"Al día siguiente a su llegada, el duque visitaría la casa de Jonathan, para cerrar el trato; eso era lo que había acordado. [...]" 

Lo que ocurrió a partir de allí puede haber sido un sueño, lo cual puede comprobarse cuando Jonathan despierta y la criada lo llama. 

"Jonathan despertó en su cama. La nieve afuera no afloraba. El calor apremiaba. Era julio. Era verano en Nueva Inglaterra. Se escucharon unos pasos apresurados. La puerta se abrió."

En este punto podemos decir que todo fue un sueño. PERO, también es aceptable afirmar que en realidad Jonathan esperó al duque, el cual no llegó. Sucedieron lo sucesos que conocemos.  Luego, su hermana trastocó la historia (por medio de la magia) y despertó, en una realidad donde su muerte no sería obrada por von Hannoven. 

El otro punto es el título. "Muerte revocada" hace referencia a que, ya sea un sueño o por la magia, la muerte de Jonathan fue evadida. En el caso de que hubiese sido un sueño, simplemente el yanqui no fue asesinado por el duque. Si hubiera sido por un obrar de Charlotte, la muerte de Jonathan fue evadida gracias a ella. 

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⏰ Last updated: Jan 01, 2020 ⏰

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Muerte revocadaWhere stories live. Discover now