Sucia clase alta.

570 26 0
                                    

- ¡Detente! no estoy escondiendo un niño. Nunca he tenido uno.

Los médicos de William no paran de hacerme daño, ¿cuándo terminara esta pesadilla?.

- Déjenme ir, por favor...

¿Cómo pueden encerrarme por un niño que no existe? Dios ayúdame.

A duras penas me levantó para ir a la habitación de William; quiero salir de aquí.

- Señor Brown no sea sucio...

Entre abro la puerta de la habitación de William para saber de quién es esa voz femenina algo chillona, pero al abrir la puerta, deseo no haberla abierto, encuentro a esa maldita perra pelirroja, sin nada de ropa mientras William está encima de ella besando sus pechos, será mejor que cierre la puerta si no quiero vomitar; cierro la puerta y me siento en el suelo, con mi espalda recargada contra la puerta de su habitación.

William Brown.

- ¡Señor Brown!..ooh...¡ah!, - dice la peliroja gimiendo, señor Brown, ¿puede prometerme algo?

- ¿Que cosa?- digo separádome de ella.

- Ya sabe, no tengo altas esperanzas para convertirme en su esposa, pero quiero ser una de sus amantes. Por favor confíe en mí. Mantendría un perfil bajo y nunca hablaré enfrente de los medios de comunicación ¿puedo?

- Amante...- pienso un segundo en su propuesta - a ver, muéstrame qué tan buena eres en la cama.

- Haré mí mejor esfuerzo.

Nina Johnson.

Este tipo sucio ¡bruto! ¡maldita bestia! ¿cómo es posible que haya tantas mujeres persiguiéndolo? ¿ser su amante? - pienso traes escuchar lo que a dicho la perra; asqueroso. Después de eso, solo escucho gemidos de parte de esa perra. Suficiente es suficiente. Será mejor que use la otra puerta. ¿Qué no va a tener una prometida pronto? ¿Cómo puede hacer esas cosas? sucia clase alta..

Decido pararme y seguir mi camino hacía otra puerta en la cual este una cama para dormir pero los guardaespaldas de William me siguen muy de cerca, al pasar por los pasillos veo demasiados cuadros muy lindos de verdad. Wow ¡qué rico es, aún si es una réplica no tiene precio pero él tiene una colección de obras originales!. Mientras sigo caminando admirado los hermosos cuadros, oigo los gruñidos de mí estómago. ¡Ay! no comí bien estos días, creo que debería ir a buscar algo de comer, me doy media vuelta y dirijo mis pies hacía la cocina. Pero...¡que cocina tan grande! la mía no es nada comparada con ésta. Miro a mi alrededor y hay varias cocineras cortando papás y jitomates, veré qué hay en el refrigerador.

- Bien...no hay nada.

Solo encuentro unos cuantos tomates, jitomates, cebolla morada y al parecer un pescado.

- Hace mucho tiempo que no bebo sopa de pescado.

Mientras corto los ingredientes; la olla está hirviendo con algo de caldo ya listo, escuchó a las sirvientas decir algo.

- Maestro.

¡Ay no! ¡William Brown! Siento sus pasos cerca de de mí.

- ¿Qué? No creí que tuvieras humor para cocinar. Parece que he sido muy amable contigo.

¡Dios!, ¿no puede estar un minuto sin fastidiarme?

El Despiadado Where stories live. Discover now