Déjame dormir.

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La ayuda que me ofrece Emiliano me sorprende y aunque es raro tengo que aceptarla, no desperdiciare esta oportunidad. Saco el pequeño USB de mi mochila y se lo entrego.

- Este es un dispositivo avanzado de escucha. ¿Sigue funcionando si el teléfono está apagado?

- Sí.

- Volveré pronto.

Emiliano sale de la habitación con la USB en mano, pero unos minutos más tarde llega, indicándome con su dedo indice que guarde silencio y me acerque a la puerta. ¿Qué quiere hacer?. Emiliano abre la puerta y justo en ese instante pasa una mucama quien hace una señal con las manos al parecer a nosotros. Ella se acerca al cuarto donde se encuentra Dana e Isabel y toca la puerta.

- Disculpe, servició al cuarto.

Veo que abren la puerta y sale Dana. Mis manos empiezan a temblar de los nervios sin saber muy bien que ha hecho Emiliano; este toma mi mano gentilmente y yo la apartó incomoda. Veo en su cara un velo de tristeza pero realmente no le tomo importancia y pongo oído a la conversación de Dana y la mucama.

- Yo no ordené servició a la habitación.

- Es el regalo de cortesía del hotel. Espero que lo disfrute.

- No hay necesidad. Lléveselo.

- Bien. Pero por favor tome este vino al menos. - se lo entrega.

- Okay, puede retirarse ahora. - toma el vino y cierra la puerta.

- Disfrute su estadía.

La mucama se acerca a nuestra puerta algo apenada.

- Señor, lo que ordenó está hecho.

- Bien. - cierra la puerta.

- ¿Qué le ordenaste? - cuestiono.

- Que tirara mi teléfono a la habitación de al lado.

- ¡¿Qué?!

- En caso de que el teléfono suene inesperadamente, lo he apagado. Y antes de eso, planté tu programa de espía en el. Todo lo que necesitas es volver a casa y escuchar.

Piensa Emiliano Miller: Puede que no recupere mi celular pero al menos no la dejaré arriesgarse a trepar el balcón.

¿Él no es el marido de Dana? pero ahora me ayuda a escuchar los secretos de su esposa.

- Tú...¿por qué me ayudas?

- ... - baja la mirada.

¿Por qué me da la impresión de que el siente que yo debería saberlo?

- ¿Quieres saber la verdad?

- Claro que quiero saber la verdad. - respondo.

Emiliano se apoya en la pared soltando un suspiro y cerrando los ojos. Verlo así, me recuerda a cuando era un niño y se apoyaba de esa manera para poder guiarse, debido a que era ciego. ¿Será que él ahora...? ¿él realmente había perdido la memoria?. De manera tranquila él abre los ojos y clava su mirada en la mía.

Piensa Emiliano Miller: Por su mirada supongo que ella aún lo recuerda...ella aún me recuerda, pero de todos modos eligió dejarme.

Emiliano se acerca a mí e intenta posar su mano en mi mejilla pero de la nada toma su cabeza entre sus manos y cae encima de mí, haciendo pequeños gritos de dolor.

- ¿Qué te pasa? - pregunto asustada.

- Estoy...bien.

¿Es otra vez ese dolor de cabeza?

El Despiadado Où les histoires vivent. Découvrez maintenant