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—Es…es que es…complicado…—Miguel

—¡Por eso es que Alexander ya no está en la casa!, Pero al final de todo lo entiendo Miguel, tú tienes tus motivos, aún que yo pensaba que me tenías confianza—Dayana

Dayana hablaba de que Alexander ya no estaba en la casa por que antes de que Miguel llegará fue a revisar el cuarto de Alexander y faltaban muchas de sus cosas, además el ya debía haber llegado de la escuela.

Dayana dolida subió a su habitación dejando sólo a un triste Miguel, pero Miguel no se pudo quedar así. Fue a la habitación de Dayana y la encontró sentada sollozando en su cama.

—Dayana…pequeña…no llores por favor—Miguel

—Es que...tú…tú te vas a ir, no me dices nada, y ni siquiera se queda Alexander—Dayana

—Es que yo no me quiero ir bonita, me quisiera quedar con ustedes pero tengo un jefe, y un trabajo, ya me llamaron para volver a mi labor y tengo que obedecer—Miguel

—¿En que trabajas?, ¿Es cierto esa mierda de que trabajas en la mafia?—Dayana

—¿Me juras que no saldrás corriendo de está casa, y que no me tendrás miedo por mi trabajo?—Miguel

—¡¿Es cierto verdad?!, ¡Trabajas en esas mierdas!—Dayana

—Bien te diré la verdad, si trabajó para la mafia, más bien para el narcotráfico, y me tengo que ir por que, bueno, un narcotraficante me contrató en México, bueno no me contrató solo que me mandaron para acá por unos problemas solo que ya piden mi regreso—Miguel

—¿No es por mi?, Bueno vamos, tal vez ya no te gusta tenerme aquí y quieras una forma de deshacerte de mí, solo no seas tan drástico—Dayana

—Mira, me gustas mucho bonita, jamás me quiero ir de tu lado, ni de el lado de Alexander pero…tengo que hacerlo...—Miguel

—¿Entonces eres un asesino por dinero?—Dayana

—Si, algo así bonita—Miguel

—¿Y te vas por qué?—Dayana

—Mi jefe me necesita, dicen que es algo urgente, y supongo que me quedaré un largo tiempo por haya—Miguel

—¿Cuánto es ese largo tiempo?—Dayana

—Semanas, meses, años...puede ser...que no regrese a Italia...—Miguel

—¡¿Que?!, ¡¿Por qué?!—Dayana

—Es mi trabajo Dayana—Miguel

—¡¿Pero no se puede hacer algo?!—Dayana

—No, mi trabajo no es, no es fácil—Miguel

—Lo entiendo…o bueno al menos trató de entenderlo—Dayana

Miguel solo asintió.

—¿Te quedas a dormir conmigo está noche?—Dayana

—Claro que sí bonita—Miguel

[…]

Al día siguiente Miguel preparó sus cosas y ya iba a salir rumbo al aeropuerto, tenía tiempo, pero quería salir lo antes posible y no ver la triste cara de Dayana, pero el tenía que confesarle sus sentimientos antes de irse.

—¿Dayana podemos hablar antes de que me vaya?—Miguel

—Claro, ¿Qué sucede?—Dayana

—Dayana se que tu sigues enamorada de Jonathan, pero en el tiempo que estuviste aquí me enamoré de ti, el día que te conocí me hiciste frente sin importar cuál fuera mi pinta, que definitivamente no era la mejor, me reprendiste por dejar sólo a mi hermano, ni siquiera me coqueteaste, sólo te importó el bienestar de Alexander—Miguel

—Miguel yo..—Dayana

—¡No!, Déjame hablar Dayana, me dolió verte llorar por ese imbécil que solo te lastimó, y cambiaste tanto por ese imbécil, cuando yo sí supe ver la belleza interna y externa, tú te me hiciste preciosa desde que eras una "nerd" como te llamaba tú "novio". No te valoró, supe lo que pasó ayer, Carlos me lo contó, y ese imbécil no merece tus lágrimas, tu dolor, y menos si se metió con tu prima, lo peor es que lo sabía y aún así lo hizo. Y yo te amo pero no lo viste desde antes—Miguel

Miguel bajo su cabeza y empezó a sollozar, era bastante su tristeza.

—Miguel yo…yo no sabía como te sentías, creó que entiendes que no puedo corresponder tus sentimientos pero…¡Perdón!, Es que yo no lo sabía, y si me hubiera dado cuenta antes…soy una estúpida...—Dayana

Dayana empezó a llorar de forma desconsolada.

—Dayana no llores…sólo quiero algo—Miguel

—Si, lo que quieras—Dayana

—Sólo quédate quieta, y cierra los ojos, por favor—Miguel

—Bien—Dayana

Miguel se acercó a Dayana, la tomó de la cintura, acercó su rostro al de ella y con la otra mano tomó su nuca, la beso suavemente y saboreando cada parte de la boca de su amada. Dayana quedó perpleja pero como le daba curiosidad correspondió, quería hacerlo, continuar con ese beso, pero sentía culpa por los sentimientos de Miguel, a los cuales no podía corresponder, después de un rato se separaron por falta de aire.

—Lo siento Miguel, no puedo corresponderte—Dayana

—Lo sé Dayana pero antes de irme quiero que sepas que te amo, y que cuando quieras puedes ir conmigo, si lo necesitas, si necesitas un descanso, si te sientes solá, puedes ir conmigo a México, mirá es más vente conmigo—Miguel

—Miguel no…yo no me puedo ir contigo, toda mi vida está aquí en Italia—Dayana

—Lo entiendo, es tu decisión, yo me tengo que ir ya—Miguel

—Adiós bonita—Miguel

Agarró sus maletas y empezó a bajar las escaleras dirigiéndose hacia la salida de la casa

—¡Espera!—Dayana

Miguel paró en seco y miró débilmente para atrás. Pidiendo una respuesta con la mirada.

—¡Me voy contigo!—Dayana

Miguel miró hacia atrás sin aún creerle.

—¿Qué acabas de decir?—Miguel

—Que me voy contigo, iniciaré de nuevo en México, aquí ya no tengo nada más que mi hermano—Dayana

—¡No sabes lo feliz que me haces bonita!, ¡Pues empaca tus cosas y vámonos ya!—Miguel

Miguel quería darse prisa, no quería esperar a que Dayana cambiará de opinión.

—¡Siiii, tú espérame!—Dayana

Dayana corrió a su cuarto y empacó toda su ropa y zapatos en dos maletas, también empacó todas las cosas valiosas para ella cómo fotos con su hermano, con los chicos, y algunas con Mariana y Alexander.

¿𝑼𝑵𝑨 𝑪𝑯𝑰𝑪𝑨 𝑴𝑨𝑳𝑨?|ᵀᴱᴿᴹᴵᴺᴬᴰᴬ|Where stories live. Discover now