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Han pasado dos años desde que estoy en México, y si soy sincera mi vida es genial mejoro mucho, solo que es raro ser la más buscada de todo el mundo y que los que me buscan ni siquiera sepan cuál es mi cara o si quiera género, son unos idiotas. Solo saben que soy un gran peligro para la humanidad, y que además tengo negocios con mucha gente, con muchos políticos eh incluso con el presidente. Aún así nunca me dejó ver, siempre mando a un representante mío, no dejaré que me descubran tan fácil.

—Carlos, dile a Miguel que venga necesito hablar con él y es muy urgente—Dayana

—Si señora—Carlos

—Te repito que no tienes que decirme señora, tú puedes decirme cómo quieras—Dayana

—Esta bien Dayana—Carlos

—Bueno, ahora ve por Miguel—Dayana

—Enseguida—Carlos

[En otra parte]

—Señor, la patrona lo busca—Carlos

—¿Tú nunca entiendes que me llames por mi nombre?, ¡Vamos Carlos!, Tú eres mí mejor amigo y quiero que me llames Miguel, ¿Cómo me vas a llamar?—Miguel

—Miguel, bien Miguel vamos con Dayana dice que es urgente hablar contigo—Carlos

—Vamos entonces—Miguel

Dayana.

—¿Se puede?—Miguel

—Claro que sí cariño—Dayana

—¿Entonces para que me hablas, que es tan urgente?—Miguel

Corrí hacia él, y lo besé apasionadamente mientras enrredaba mis piernas en su cintura. Enrrede mis dedos en su suave pelo y el correspondió a mi beso de forma apasionada.

Nos separamos por falta de aire.

—Wow, ese recibimiento en definitiva se tiene que repetir—Miguel

—Cuando quieras mi amor—Dayana

Aún encima de él le guiñe el ojo y le dí la sonrisa más linda que tenía.

—Bueno y ahora ¿Por qué la urgencia bonita?—Miguel

—¡Oh si claro!, ¿Tú quieres volver a ver a tu hermano cierto?—Dayana

—Si, ¿por qué?—Miguel

—Y yo quiero ir a vivir un tiempo a Italia—Dayana

—¿Ajá, esto a que va?—Miguel

—¿Te parece si nos vamos a vivir un tiempo en Italia?, Carlos sabe cómo manejar el negocio y yo quiero volver a ver a Alexander, y apretarle esos lindos cachetitos, tan suaves, ¡Por favor!, ¿Si?—Dayana

—¿Amor estás segura?, fue el lugar donde te hicieron más daño, no dudo de Carlos, se que el es indicado para cuidar el negocio pero ese lugar es donde sufriste por tantos años y dónde ese desgraciado te lastimó, no quiero que te pase nada malo, y tengo miedo de que ese idiota te enamore de nuevo—Miguel

—Amor...todos los que me hicieron daño ya no me podrán tocar ni un pelo, tampoco lastimar, tengo todo resuelto y además el imbécil que me daño solo es cosa del pasado y al único que amo es a ti—Dayana

Lo besé y se sorprendió.

—¿Por qué el beso?—Miguel

—¿Por qué te amo?—Dayana

—¿Y a eso le llamas beso?—Miguel

Yo solo asentí.

—Esto es un verdadero beso—Miguel

Me abrazó por la cintura y me besó apasionadamente. Nos separamos por falta de aire.

—Siempre me han gustado tus besos—Dayana

—Lo sé, sé que te fascinó pero aún que quisiera quedarme así tenemos que trabajar, y te tengo una mala noticia hay un soplón lo más lamentable es que es el pelón—Miguel

—¡¿Qué?!, ¡¿Estás seguro?!—Dayana

—Si muy seguro, lo hemos seguido y hemos registrado sus llamadas—Miguel

—¡Desgraciado infeliz!—Dayana

Golpeé mi escritorio con irá y dejé una marca.

—Llevalo al sótano de inmediato y dile a Carlos que pase por que necesito hablar con él, ahora te alcanzo—Dayana

—Si, te veo en 15 abajo—Miguel

Miguel salió de mi despacho y me dejó sola con mi enojó.

—Dayana, dijo Miguel que necesitas hablar conmigo ¿qué quieres?—Carlos

—Pues primero necesito que prepares las armas, segundo necesito dos boletos, visa, pasaporte y todo lo necesario el boleto es para Italia, tú eliges la fecha y por último te quedarás al mando por un tiempo serán unos meses y me iré con Miguel.
Si algo se complica volveré, se que puedo contar contigo, además Angelo llega en unos días, mi padre estará muy ocupado así que si necesitas ayuda Angelo te la brindará. Dejando todo ése asunto, necesito que me sigas por qué vamos a castrar a un desgraciado infeliz—Carlos

—¿Al pelón?—Carlos

—Si, a ese maldito infeliz—Dayana

—Yo quiero hacerlo, yo lo mató—Carlos

—Bueno, mejor por que hoy no tengo ganas de asesinar a nadie—Dayana

—¡Genial!, ése desgraciado tiene que pagar su traición—Carlos

—La muerte le va a llegar muy pronto—Dayana

Me abrazó por los hombros y nos fuimos tarareando una canción del tri. La canción estaba puesta en una bocina de la casa, para aclarar.

Quería hacer sufrir al desgraciado que me traicionó así que aprovechando que la música está puesta en una bocina le subí y me puse a bailar con Carlos, la música era revuelta ya que estaba en aleatorio, salsa, cumbia, rock, merengue, rap, todo tipo de música.

Sabía bailar de todo gracias a que fue un pasatiempo cuando eran momentos te estrés.

Yo y Carlos nos movíamos al ritmo de la música pero uno de mis hombres me interrumpió.

—¡Patrona!—???

—¿Qué quieres wey?—Dayana

—El imbécil se está tratando de soltar, y no puedo controlar a los muchachos, quieren matarlo, el patrón los hace esperar pero ya están muy ansiosos—???

—¡Agh!, ¡Diles que voy para allá, ahora déjanos solos!—Dayana

—¡Si patrona!—???

—¿Sabes qué van a pensar que somos amantes verdad Dayana?—Carlos

—¿Y?, ¿Qué no te gustaría ser amante de ésta belleza?—Dayana

—Te recuerdo que tienes novio, y yo soy gay—Carlos

—Así cierto vea?, Bueno aunque quisiéramos, yo amó a Miguel, y tú estás conquistando a ese tal Adam, ¿sabes qué es un gringo chillón cierto?—Dayana

—¡Cállate ya Dayana!, Vamos con el imbécil que si no lo van a matar—Carlos

—¡Quieres que dejemos el tema por que sabes que es verdad!—Dayana

—¡Claro que no!, ¡Ahora vamos!, ¡Mueve ese sucio trasero Dayana!—Carlos

—Si, si, novio del gringo chillón—Dayana

¿𝑼𝑵𝑨 𝑪𝑯𝑰𝑪𝑨 𝑴𝑨𝑳𝑨?|ᵀᴱᴿᴹᴵᴺᴬᴰᴬ|Where stories live. Discover now