Capítulo 15 - Mientras rodeen las velas

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"Que no huela a canción de despedida, que nunca nos sorprendan en el coche, a gritos y a portazos con la vida. Que se quede el arcén con los reproches, que vuelvas y yo esté esperando quieta, que me quites la blusa por la espalda...debajo del mantel una estrategia para atacarnos sin que noten nada..." Vanesa Martín

Narrador Pov.

Daniela y María José habían por fin llegado a Santa Fé de Bacatá, el abuelo las había esperado hacía más de 10 horas, él entendía la tardanza, pues en algún punto del camino pudieron ocurrir desavenencias que suelen retrasar a los viajantes; contrario a su esposa la señora Gertrudis De La Borgoña De Calle de Soto, quién estaba sumamente ofendida por la descortesía de las jóvenes de llegar con tanto retraso. La realidad es que, Doña Gertrudis como toda señora de abolengo, solía ser muy delicada con las cuestiones sociales y repudiaba todo acto de descortesía.

Las chicas después de saludar lo más propiamente y espetar por la mirada crítica de Doña Gertrudis, (principalmente por las ropas de Poche y el poco equipaje que cargaba), finalmente se pudieron explicar referente a su tardanza y es que un carro dirigido por un hombre de 60 años, un criado de 20 y un par de caballos, no era precisamente el medio más eficiente para llegar a brevedad de Cartagena a Santa Fé, sin embargo, era el carruaje que Germán había designado para ellas, muy probablemente con una intención oculta de hacer refunfuñar un poco a su "tía".

Pasado el bochornoso momento y después que Daniela se colgara del cuello de su abuelo como una niña pequeña, doña Gertrudis indicó a una de sus criadas que las dirigiera a la habitación que compartirían las dos jóvenes.

Pues la visita que habían planeado entre Germán padre e hijo, era para Daniela y su dama de compañía, que sería el papel que María José ocuparía en esta visita, el padre de Daniela lo planteó así para no explicar más detalles de la relación con los Garzón, pretendiendo evitar la molestia irracional que Doña Gertrudis pudiera tener, ya que era preferible que una señorita como Daniela estuviera acompañada o en todo caso, la una de la otra en una hacienda desconocida, por si acaso un criado desafiaba la seguridad y Dios lo libre que quisiera despojarlas de su virtud.

¡Ha!, esto no sonó nada mal para las doncellas y simplemente asintieron dirigiéndose de inmediato a instalarse en compañía de la criada quien tan pronto les abrió la habitación se retiró del lugar.

Daniela sorprendida con las cualidades de la habitación, llama la atención de Poché -Cariño, mira la vista que hay desde aquí...-

Poche se acercó a Daniela y rozó levente su mano con la de ella -Es hermoso Calle, casi tanto como tú.- Daniela se ruborizó notablemente.

-¡Vamos!- dijo Daniela -acomodemos nuestras cosas que se acerca la hora del té y no querrás que la tía se exaspere por algo más.- Poché asintió comenzando a acomodar sus cosas en su lado de la habitación.

Daniela Pov.

Bajamos al gran salón, dónde la tía Gertrudis y su hija, nos esperaban con un par de charolas, una que contenía las tazas de té y otra más con bocadillos, me sorprendió que ninguna de las criadas se encontraran ahí para servirnos el té y no porque me hiciera falta, sino porque era costumbre ser atendidos por las personas de servicio.

Momentos después entendí sus intenciones y me dio una rabia...pasaba que la "tía" esperaba que fuera Poché quién nos sirviera y de nueva cuenta, no es que sea algo que no pudiera realizar, sino que las dobles intenciones que traía esa acción era lo que me molestaba de sobre manera, María José calmó mi enojo con toques sutiles y gesticulando que todo estaba bien, nos atendió pero compartiendo también el té con nosotras.

Con la miel en los labios (Caché) *Historia en revisión*Where stories live. Discover now