Capítulo 16 - Al final del arcoíris

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"Porque puedo mirar el cielo, besar tu manos, sentir tu cuerpo, decir tu nombre y las caricias serán la briza que aviva el fuego de nuestro amor; puedo ser luz de noche, ser luz de día, frenar el mundo por un segundo y que me digas cuanto querías que esto pasara una vez más y otra vez más..." Staiti y Sorokin

Daniela Pov.

En las nubes, ese es mi sitio actual.

Hace dos noches que Poché y yo hemos estado juntas, noches que tan pronto adentramos nuestra presencia en la habitación, nos amamos, nos tenemos tan amorosa y dulcemente como podemos, nos queremos honesta, salvajemente, tan carnal y pasional; tanto amor y placer.

En mi vida, nunca fui capaz de imaginar momentos tan perfectos como los que he vivido con ella en estos días y estoy completamente segura que me quedan más soles y más lunas a su lado. En la penumbra de la madrugada, este preciso momento en el que lo único que puedo alucinar es la manera en la que cada día que le resta a mi vida pueda despertar lado a lado de esta preciosa mujer que ahora duerme profundamente a mi lado, desconozco que sueña pero me entregaré a mi descanso anhelando poder encontrarla también en lo profundo de mi inconsciente.

María José Pov.

Plena, no hay otra palabra que pueda describir mejor la forma en la que me siento, la felicidad embriagante que percibo en lo hondo de mi pecho.

Son los primeros rayos que anuncian el alba, aquellos que me hacen salir de mi ensoñación para con cierto pesar trasladarme a mi cama; debo recordar sugerirle a Calle, que comente a su "tía" que no necesitará de una criada para atendernos en las mañanas, quizá si le vende la idea de que conmigo basta para atenderla, esta acceda; al final, ella misma se ha empeñado en colocarme en "mi lugar" haciéndome menos y sí, quizá a Dani esto no le agrade pero si eso servirá para poder dormir y despertar con calma entre sus brazos no me importaría que se pensara lo que fuera de mí.

Antes de salir de la comodidad de los brazos de mi novia, me volteado a quedar frente a ella para observarla, su hermosa carita que ahora refleja tanta paz que me hace morir de ternura y amor por ella, no puedo evitar robarle un par de besos sintiendo como poco a poco despierta junto a mí y sin poder contenerme empiezo a darle caricias en su frente, nariz, cuello susurrándole un poema que me ha surgido:

Aquí no corre el tiempo tras la brisa,
jamás se ven pasar las mismas golondrinas,
aquí no sale el sol pues no se oculta,
estoy contigo, hoy hay neblina.

No tengo que gritar para que escuches,
ni tocarte la cara para que me sientas,
si me notas perdida la mirada
es que ahora te miro con el alma.

Te esperaré en la última página del libro
a media tarde urgente de cariño,
te esperaré en la altura sublime del silencio
para hacer el amor, en una nube
al final del arcoíris. -RM

Ella termina de escucharme y pese a que noté que ya se había despertado desde mis primeras caricias, no me iluminó su mirada hasta que hube dicho la última palabra de lo que gracias a su amor pude inspirarme a crear.

-¡Gorda pero que cosa tan más hermosa!- Me dice con su voz aun ronquita de sueño- ¿Cómo me dices algo así?, voy a llorar.

-¡No mi amor!, no es para hacerte llorar.– Le digo apresurada y depositando besitos en sus ojitos.

-Amor es que me haces tan feliz... Eres un sueño Poché- Me dice abrazándome a su cuerpo – Nunca imaginé ser tan feliz como lo soy ahora.

-Ni yo gorda, todo lo que te digo, todo lo que escribo es por ti y para ti, mi musa perfecta, mi fuente inagotable de inspiración.- La beso.

Con la miel en los labios (Caché) *Historia en revisión*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora