-Deja la música. -Gruñó Natasha furiosa, dándole una palmada al rubio en la mano cuando intentó apagar el estéreo del auto, lo que causó que la mirase indignado.
-Yo manejo, yo decido y no quiero escuchar música ahora. -Gruñó Steve igual de enfadado que ella.
-Es mi auto... -Le respondió Nat molesta.
-Lo robaste... -Bufó el Cap fastidiado, rodando los ojos.
-Justamente por eso es mío. Yo lo robé, así que me hace dueña oficial de este auto. -Lo miró mal mientras se cruzaba de brazos en el asiento del copiloto.
-Basta Natasha, te estás comportando como una niña inmadura. -Apretó el volante con fuerza y trato de ignorarla, pero como siempre la pelirroja no pudo mantener la boca cerrada.
-Aquí el único que se está comportando como un niño eres tú ... Tenías tu misión y yo la mía, tan difícil es de entender. -Le gritó esta vez, haciéndolo entrecerrar los ojos con furia.
-Somos un maldito equipo... Tan difícil es de entender... Pudiste arruinar la misión, como cada vez que actúas a mis espaldas... Estoy HARTO DE SER EL TÍTERE DE SHIELD Y TÚ PERRO FALDERO... HARTO... -Gritó fuera de sí, causando que Natasha abriera la boca sorprendida y lo mirase sin poder creérselo.
-Deténte el maldito auto. -Habló con la voz más calmada que pudo emitir en ese momento, pero Steve simplemente la ignoro.
-No me detendré, estamos a más de 12 horas de la base. -Le dijo sin darle tanta importancia hasta que en un acto impulsivo Nat abrió la puerta del auto para lanzarse de éste en movimiento.
-¿Demonios estás loca? -Le gritó asustado, deteniéndose abruptamente a orilla de la carretera, justo en medio de la nada a mitad de un enorme bosque repleto de enormes pinos.
-Yo soy la que está harta de tu complejo de Capitán sabelotodo de los 40's. Yo soy la que tiene que lidiar contigo, explicándote todo, cuidándote el trasero en cada misión, de cada chica que se te acerca para conocerte... NO SOY TU MALDITA NIÑERA... Pero se acabó búscate a otra que aguante tu perfecto rostro de muñeco Ken, santurrón, virginal, americano idiota... -Comenzó a gruñir mientras se sacaba el cinturón de seguridad, dejándolo con la boca abierta, completamente frío en su asiento.
-Natasha, escucha... -Tomó aire, las cosas se habían salido de control.
-No, tú escucha... Dile a Fury que se vaya al diablo, tú vete al diablo... -Comenzó a sacarle las armas a su traje una a una, lanzándoselas al rubio en la cara aún dentro del auto.
Natasha salió de su asiento y se bajó un poco el cierre de su traje para sacar algunos artefactos que solía ocultar entre sus senos, se sacos las pistolas, los cuchillos, su cinturón y finalmente sus brazaletes, sus preciadas mordidas de viuda negra... Quedando simplemente enfundada en una tela de cuero negra totalmente liza.
-Nat espera... Tranquila, hablamos si, creo que estamos muy cansados... -Salió del auto y lo rodeó, levantando las manos frente a su cuerpo en son de rendición, viéndola batallar para sacar su último brazalete el cuál le lanzó al pecho en total silencio para después alejarse furiosa y perderse entre los árboles del bosque.
-Nat... Aguarda... -Steve se apresuró a cerrar el auto, tomar la llave e intentar lanzar el brazalete de Nat sobre su asiento... Pero una fuerte y repentina descarga que lo mordió justo en la muñeca lo hizo caer al suelo adolorido.
-Maldición... Si duele... -Steve se revolcó sobre el pasto bajo sus pies mientras intentaba recobrar el sentido, viendo en dirección a donde se había ido la rusa, pero ya no estaba por los alrededores.
