Part 43

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- ¿Qué ha pensado, Gran bruja blanca?.- pregunté una vez nos quedamos a solas en compañía de Rafaela.

- No quería llegar a este punto. Pensé que tu madre reflexionaría en cuanto supiera que Elly era parte de nuestro aquelarre.- se expresó la mujer golpeando levemente su pie contra el suelo.

- Creí que aún existía una pizca de humanidad en mi madre pero está cegada.- suspiré intentando comprender la postura de mi progenitora y la no aparición de Alicia.

- Entiendo el rencor por la familia Lacunza pero caer en la desesperación de crear un plan para traer al mundo una niña e intentar sacrificarla para calmar su alma. No tiene sentido.- explicó Rafi mirando hacia el suelo.

- Marina tiene 20 años y Alba está por cumplir 22, ¿Qué harán con unas crías? ¿Cómo van a poder vivir sabiendo que alguien intentará arrancar a sus pequeñas de sus brazos?.- dijo con voz ahogada la matriarca del clan.

- No sé qué decirles. Esto es meramente decisión de ellas y yo no puedo opinar, peor aún... si se que la causante es mi madre.- empecé a agobiarme.

- ¿Tienes una idea del porqué no se presentó Alicia?.- preguntó Rafi con la mirada perdida.

- Sinceramente, no.- encogí los hombros. 


Permanecimos en silencio durante un tiempo más.


- Haré una convocatoria al aquelarre de Sevilla y el de Valencia. Voy a ir detrás de tu madre.- posó sus ojos rojos llenos de furia sobre mi. Mi madre había conseguido darle donde más le dolía a la noble Gran bruja blanca.

- Y, si tu hermana se interpone en nuestro camino... Yo misma acabaré con ella.- selló Rafaela tensando su mandíbula.

- Me comunicaré con el aquelarre de Galicia, ellos podrán prestar ayuda quizás...- fui cortada intempestivamente por la abuela de las rubias.

- No. Ese aquelarre se negó a nuestra petición de ayuda antes. Somos lo suficientemente fuertes para enfrentarnos a los aquelarres del Norte.- demandó con energía.

- ¿El de Barcelona?.- pregunté en voz baja. Intentaba dar ideas...

- No. Con los aquelarres del Este y el Sur bastarán.- expresó enérgicamente.




§




- ¿Cómo fue?.- pregunté apenas vi a Alba. 

- ¿Qué crees?.- arqueó su ceja y soltó aire agobiada.

- ¿Has pensado en tenerla?.- ahondé en el tema.

- ¿Cómo sabes que es niña? Aún no podemos saberlo.- habló sentándose sobre la tumbona del jardín.

- ¡Deberías tenerlo claro! Las Reche siempre tienen primogénitas.- expliqué abriendo los ojos de par en par.

- Ya.- respondió escuetamente.

- Debería disculparme por el comportamiento de mi madre.- suspiré.

- No es tu culpa. Es mi culpa y la de Natalia.- dijo resignada y me acerqué a ella.

- El cuervo fue el nexo para llegar a vosotras. No sé qué clase de poción usó en tí pero creeme que así te hayas cuidado, esto hubiera ocurrido.- intenté explicar de la manera menos invasiva posible.

mandrágoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora