«𝙡𝙤𝙤𝙠𝙞𝙣𝙜 𝙛𝙤𝙧 𝙙𝙖𝙙» → chanbaek #1

«18»

Baekhyun estaba sentado en la sala de espera del laboratorio. Changkyun estaba sobre su regazo y en las sillas de adelante, estaba Chanyeol. Ambos adultos enfrentados y separados por el corto pasillo del consultorio frente a ellos. El pequeño Changkyun le hacía muecas y reía divertido frente al rubio. Este no podía resistirse y sonreía también, pero manteniendo la distancia que los separaba por el momento. En cambio, el rostro del castaño era serio y así había permanecido desde que Chanyeol los recogió en la casa de Luhan a las ocho de la mañana.

Se sentía entumecido y hasta nervioso.

Sabía que la prueba iba a salir positiva porque nunca tuvo dudas, pero temía que Chanyeol quisiera asumir su rol de padre de inmediato y que comenzara con las acciones legales como la custodia del niño y demás. Anteriormente no lo había pensado y ahora se sentía terriblemente atemorizado con esa sola idea.

—¿Dónde está tu cadena, Changkyun? —preguntó, notando que el pequeño no traía el collar que él le había regalado.

Baekhyun levantó la vista y lo miró.

—Lo guardé.

—Oh. Está bien —contestó, sin decir nada más.

Changkyun jugaba sobre las piernas de su padre, moviendo sus manos y sus dedos. Entretenido con eso.

—Me sorprende que no haya venido tu mánager.

Chanyeol lo miró.

—Le pedí que no lo hiciera. Me enteré de la forma en que se trataron ayer y no quise incomodarte. Tampoco quería un ambiente de tensión aquí.

—Qué considerado... —murmuró.

El bioquímico salió de una de los laboratorios con la planilla en su mano.

—Park Chanyeol y Byun Changkyun para la prueba de paternidad —dijo, mirando a los únicos en la sala de espera.

Ambos mayores se pusieron de pie y caminaron detrás de él. Cada uno entró a un laboratorio distinto. Chanyeol tenía que ser sincero y decir que estaba muriendo de los nervios por saber qué pasaría. Se sentía mareado y las mil probabilidades y posibilidades lo estaban volviendo completamente maldito de la cabeza. Una vez que terminaron de hacer los análisis correspondientes, salieron al mismo tiempo. El médico detrás de ellos.

—Bueno, normalmente una prueba de paternidad tarda entre diez o quince días, dependiendo de condiciones tanto del paciente como del médico a cargo.

—¿Diez o quince días? —inquirió Chanyeol mirándolo —Discúlpeme, pero no puedo esperar tanto tiempo.

—Lo siento, señor Park... pero es el tiempo estipulado. Además, tenemos muchos más pruebas antes que la suya. Deberá esperar.

El chico metió su mano en el bolsillo y sacó un atado de billetes, dándoselo al hombre.

—Espero que esto pueda adelantar el proceso.

El médico sonrió.

—Seguramente en cinco días está listo.

—Ah~ gracias, eso quería oír.

[...]

—No puedo creer que hicieras eso —se quejó Baekhyun una vez que se colocó el cinturón de seguridad.

El rubio lo miró sonriente.

—¿No es divertido? De eso se trata de tener dinero, Baekhyun. Puedes mover a las personas con la punta de tu dedo y ni siquiera se inmutarán o pondrán resistencia. Es lo que hace el poder.

—Eso apesta.

—¿Sabes...? Creo que estás molesto conmigo y por eso actúas de esta manera ahora. No te conocí así en realidad.

—Lo siento por destruir tu tonta idealización.

—Oye, calma~ —rió —No quieres armar una escena frente a Changkyun, ¿o sí? —inquirió, dándole un vistazo al bebé en el asiento trasero a través del espejo retrovisor, sonriendo.

El auto comenzó a andar y ambos iban en silencio, a exceptuar por Changkyun quien balbuceaba sobre las cosas que alcanzaba a ver por la ventana. Chanyeol mojó sus labios rojizos con su lengua rápidamente sin quitar la vista de la carretera.

—Si él es mi hijo... haré todo legal, Baekhyun.

El otro tragó saliva al escuchar eso y lo miró. Lo que más temía estaba sucediendo.

—¿A qué te refieres?

—Pediré un régimen de visitas, también llevará mi apellido... y haré lo posible para obtener la custodia también.

Baekhyun se sintió desesperado de repente, negando con su cabeza, con sus ojos desorbitados.

—No puedes hacer eso.

—Sabes que sí puedo hacerlo.

—Él ni siquiera te conoce, no aguantará a estar solo contigo. Podemos... podemos hacer una custodia compartida.

—Sí, puede ser. Con el tiempo se acostumbrará, mientras tanto... haré el papeleo correspondiente.

—¿Y tu carrera? ¿Tu vida musical?

—Eso no importará en ese momento —aseguró —Me ocuparé de lo mío y si tengo que dejar cosas de lado por mi hijo, lo haré.

El semáforo se colocó en rojo y él detuvo el auto, a la espera.

—No deberías apresurarte. Sólo debemos esperar la prueba y luego, decidir qué haremos.

El alto asintió y apretó sus manos en el volante, sonriendo sin ganas.

—Imagino que cuando le diré a mis padres sobre esto... en el caso de que la prueba sea positiva, claro... pero, sólo estoy imaginándome decirle que son abuelos —suspiró —Creo que se burlarán de mí porque creerán que estoy loco y luego me odiarán.

—Lo entenderán.

El semáforo volvió a verde y continuaron su camino. Una vez que llegaron al departamento de Baekhyun, este bajó e intentó hacerlo con su hijo. Sin embargo, Changkyun decidió comenzar a llorar ya que no quería bajarse del auto sin que Chanyeol lo hiciera también.

—Vamos, cariño. Hay que ir a casa.

—¡No, no! —lloriqueaba el bebé cuando el castaño por fin puedo quitarle el cinturón de seguridad y sacarlo del auto —¡Chañol! —chilló, entre lloriqueos sumamente desesperados y desconsolados.

—Chanyeol tiene que irse, cariño —le dijo su padre calmadamente.

Pero el niño no daba tregua y solo lloraba, estirando sus brazos hacia el auto donde aún se encontraba el rubio. Este salió del vehículo y cuando se acercó a ellos, el pequeño le tendió sus brazos para que lo cargara. En cuanto lo hizo, Changkyun lo abrazó fuertemente por los hombros, aferrándose a él mientras sus lágrimas se secaban contra la camiseta gris del mayor.

—Hey... tranquilo, aquí estoy. No me iré, me quedaré contigo —le dijo en voz baja, acariciando cariñosamente el cabello castaño del pequeñito.

Este sorbió su nariz y Baekhyun sólo apretó sus labios. Algo en esta situación hacía doler su corazón. Su hijo jamás se había apegado a alguien que no fuera él, sin embargo, ahí estaba abrazado a una persona que había conocido hace sólo unas semanas.

Sin dudas, la sangre era la sangre, y esta siempre llama.