Capítulo 20.

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¡Estaba agotado!

¿Por qué una y otra vez se repetía este sueño?

Llevaba más de una semana soñando con lo mismo, despertaba a altas horas de la madrugada por ese fuerte llanto de bebé que se repetía una y otra vez en mis sueños, creo que el nacimiento de las gemelas de Owen han generado un fuerte remordimiento en mi inconsciente, definitivamente tenía que ir con mi hermana.

Ella siempre tiene una solución a todo.

- Papá - escucho que me dice Matheo y centro mi atención en él.

- ¿Qué sucede? - le consulto limpiando su boca.

Era lunes bien temprano y ambos estábamos desayunando antes de llevarlo al colegio, este finde semana se había quedado conmigo porque Amy debía estar temprano en tribunales y no alcanzaba a llevar a nuestro hijo a clases por eso me iba encargar de ello antes de entrar a trabajar.

- ¿Puedo tenel un gatito? - me pregunta mientras pone una gran cucharada de cereales en su boca.

- Come más despacio - le regaño. - ¿El señor bigote no es un gato? - inquiero sonriendo.

- Si pelo etá en tu casa quelo uno en la casa de mamá - contesta encogiendo sus hombros.

- Tendría que hablar con tu mamá primero, si quieres podemos adoptar uno y lo dejamos acá mientras convencemos a ella - acoto pensativo.

Una vez hablé con Amy respeto de los animales y Matheo, no era la primera vez que me lo pedía por eso consulte con ella y su respuesta tenía cierta razón por el simple hecho que las mascotas necesitan la atención de uno, el señor bigote, el gato que me trajeron mis sobrinas era un felino ya viejo lo cual solo dormía la mayor parte del día, come antes y después que llegó de trabajar, sabe dónde está su arenero para hacer sus necesidades no tengo problema con él pero uno más pequeño habría que enseñarle y cuidarlo, con nuestros trabajos a veces se nos complicaría un poco.

- ¡Sii! - festeja en su silla. - ¿Y un pelito como Krypton? - agrega con media sonrisa.

- ¿Krypton? - pregunto confundido.

- El pelito de Bruno - contesta efusivamente.

Últimamente Matheo y Bruno, el hijo de Dante, se habían vuelto muy buenos amigos, lo que uno quería el otro también lo pedía.

- Si tu madre accede a qué tengas una mascota tendrás que elegir entre un perro o un gato - comento tratando de persuadir su dos ideas de tener ambos animales.

- ¿Poque? - contraataca con se ceño fruncido.

- Dos mascotas no podrás tener en la de tu madre - afirmo con seguridad.

- Tú y mamá son malos - exclama indignado.

Se baja de su silla claramente ofendido para mirarme mal, esa mirada no iba a intimidarme para nada porque era muy parecida a la mía. 

Que difícil era ser padre más con una mini copia mía que cargaba con un carácter muy explosivo.

Sin dirigirme la palabra ambos nos subimos en el auto, solo se deja que lo coloque bien en su sillita pero no me hablaba para nada y está claro que no iba a ceder a su pequeña manipulación.
Después de dejarlo en el colegio decidí pasar a ver a mi hermana, los lunes es el día que ella no trabaja en su consultorio lo cual no me dejaba opción de ir hasta su casa a las afuera de la ciudad.

- Alexander - dice mi cuñado al verme llegar.

- Hola Demian, ¿está mi hermana? - digo mientras lo saludo.

Alguien tiene que ceder (11° SAI)Место, где живут истории. Откройте их для себя