Capítulo 31.

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Me sentía raro, mi cuerpo parecía una especie de combustión emocional pero creo que todo se debía a qué hoy es el cumpleaños de mi pequeño hijo. Nunca imaginé ser padre, lo tenía totalmente descartado porque ese simple echo no cuadraba en mi vida pero cuando me enteré lo de Amy y ví por primera vez a Matheo todo mi mundo cambio de repente, nació otra persona al tan solo escucharlo preguntar si yo era su papá.

Definitivamente un hijo cambia la vida y el mío lo había logrado por completo.

- ¿Estás bien? - me dice Amy al verme recostado sobre la mesada de la cocina con un café en mis manos.

- Si - sonrío. - ¿Es normal que me sienta raro hoy? - consulto mirando sus ojos grises.

Ella sonríe y pasa sus mano por mi rostro. - Si lo es, nuestro hijo cumple cuatro años ambos estamos igual de sentimentales - afirma Amy.

- Pensé que era solo mío eso - acoto suspirando.

- Ven que quiero mostrarte algo - comenta tirando de mi mano para que la siga hasta la sala de su casa. - nunca te mostré sus fotos cuando nació - agrega marcando un gran libro.

Ambos nos sentamos en el sillón y tomo entre mis manos ese libro para abrirlo y encontrarme con una pequeña ecografía que me hace sonreír, Amy tenía cada una de ellas, las fotos de cómo iba creciendo su panza, la primera de Matheo sobre sus brazos, cada una representaba un pequeño momento de su vida hasta que la última era una dónde los tres estábamos juntos. Un gran nudo se formó en mi pecho y estaba a nada de ponerme a llorar.

¡Mierda, estaba muy sentimental!

- Me hubiera encantado estar contigo en cada una de sus etapas - murmuro observando la foto de cuando era un recién nacido.

- Se que tuve mucha culpa de esto y lo siento mucho, también se que no podemos retroceder el tiempo pero prometo que en cada nueva etapa de Matheo estarás ahí presente - declara con media sonrisa.

- Los dos estaremos presentes - murmuro juntando nuestros rostros. - Te quiero, Amy - agrego.

- Te quiero Alexander - deja un suave beso en mis labios. - Vamos a preparar todo antes que se levante - dice con una gran sonrisa.

Ambos volvemos a la cocina para preparar el desayuno sorpresa para Matheo, anoche antes de venir para acá había comprado un pequeño pastel  de chocolate que mientras él se estaba bañando pudimos esconderlo sin que se diera cuenta.
Luego de organizar todo despacio entramos a su habitación haciendo el mínimo ruido hasta que nos sentamos en su cama y lentamente Amy lo empezó a levantar.

- Cariño, Matheo - dice ella suavemente mientras vemos cómo nuestro hijo se remueve.

Sus ojos se abren sorprendido, nos mira atentamente y sonríe al ver el pastel que llevaba en mis manos.

- ¡Feliz cumpleaños a tí, felíz cumpleaños a tí, feliz cumpleaños querido Matheo, feliz cumpleaños a tí! -  cantamos con su madre y no logro retener mis lágrimas de emoción.

Nuestro hijo aplaude y después que le decimos que pida tres deseos se inclina para apagar la velita.

- ¿Por qué lloras papi? - me pregunta preocupado.

- No estoy llorando es una basurita en el ojo - miento mientras me acerco para abrazarlo.

Matheo me había cambiado la vida.

Los tres desayunamos en su cama mientras él nos contaba lo contento que estaba por su fiesta de cumpleaños en la casa de mis padres. Habíamos organizado con mi tía Francesca, la mejor de todas en este tema para que Matheo tenga una fantástica fiesta con temática de Toy Story.

Alguien tiene que ceder (11° SAI)Where stories live. Discover now