Capítulo 4

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La falta de Fausto era palpable y dejó en el niño un vacío imposible de llenar, una herida que no parecía sanar.

Muchos pensarían que el niño se rendiría. Después de tanto rechazo ante sus muestras de inconformidad y ahora sin la persona más importante para él, uno supondría que se convertiría en sólo un enlace más dentro de la cadena que conocemos como sociedad.

Sin embargo, este no fue el caso. El niño comenzó a expresar su opinión en cualquier oportunidad, sin importar a quién molestara. ¿Para qué callarse y tratar de mantener una falsa armonía si por dentro había un caos que amenazaba con destruirlo?

Entonces, el niño no se contuvo. Además, ¿qué tenía para perder?

Así, el día de su graduación, al escuchar la sugerencia de su madre de tomarse fotos con sus compañeros, el niño respondió:

"No. ¿Para qué? No hay momentos ni amistades por recordar", y solicitó irse.

Y cuando su padre le preguntó si no le gustaba alguna niña del pueblo, mientras manejaban de regreso a casa, el niño contestó:

"No"

"¿Ni se te hace que alguna sea bonita? Para tu futura novia"

"No baso mi atracción en apariencia; ni en género, por cierto. Entonces esa 'futura novia', fácilmente podría ser 'novio'."

Su padre casi choca el carro.

De ahí, el niño expresó su disgusto por el consumismo y materialismo (recordando la opinión de Fausto sobre ello), apoyo por la comunidad LGBTQ ("El alma ama por amar; no por los genitales") e inconformidad con varias cosas, más que antes, ya que "si siempre estuviéramos conformes, jamás existirían todas las libertades de las que gozamos ahora".

Al final, sólo necesitó una semana de sus vacaciones para enfadar a todo aquel que se le acercara. Pero, en cada regaño, refuta o rechazo, el niño de ninguna manera lloró. Se había cansado del título de "llorón"; no por la tontería que "los hombres no lloran", sino porque aprendió que las personas podían llegar a lastimar a los que más quieres por el placer bestial de verte sufrir.

Varias veces le preguntaron qué buscaba lograr con sus contestaciones. No se equivoquen, el niño no buscaba crear una utopía. Él luchaba por algo mucho más simple: ser sí mismo.

Nadie habla sobre lo difícil que es ser tú mismo, y eso es sin tomar en cuenta el hecho de que tienes que conocerte primero, algo que muchos toman por sentado.

Todo el mundo dice "se tú mismo" igual de fácil que decir "come tus verduras". Claro, la mayoría no come sus verduras tampoco. Porque comer verduras no es tan rico como comer dulces y encontrar tu propio camino no es tan simple como seguir el mismo camino que los demás.

Pero cuando el niño miraba las flores de loto cada noche y lloraba las lágrimas que nadie veía, se preguntaba si lograría sobrevivirlo solo.

Reconocía que sus contestaciones eran casi groseras. Sabía que existían preferibles formas de expresión que "mantenían la fiesta en paz". Sin embargo, cuando vives en un mundo en donde sólo te tienes a ti mismo, ¿de verdad puedes permitir contenerte?

¿Puedes permitir mentirte?

El niño no buscaba violencia, ni pelea; únicamente quería honestidad.

Desafortunadamente, muchas personas tendían a relacionarlos.

...

El niño había pasado el día comprando útiles con sus padres, para la secundaria, oyéndolos, con oídos sordos, hablar sobre el plantel y la posible beca que podrían solicitar.

Un NiñoWhere stories live. Discover now