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52. Cansancio

Capítulo 52.
Cansancio

"El cansancio mental sí existe, las personas se cansan de la rutina, de intentar, de no vivir la vida como quisieran hacerlo".

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— ¡Esto es pan comido!— Sonrió uno del grupo de hombres que se encontraban en el comedor. En el sitio se encontraba Katherine preparándose un poco de café debido a que su secretaria se encontraba de vacaciones.

— Sí, estoy completamente seguro que uno de nosotros ganará el reconocimiento por el mejor caso.— Respondió otro de esos hombres.— ¿Quién de nosotros crees que lo gane Katherine?

— Y preguntamos sobre nosotros porque todos estamos seguros que tú no ganarás. Desde que perdiste el último caso nadie te va a querer contratar. Fuiste la burla del buffet.— Humilló uno de esos.

Katherine no tuvo otra opción que callar sus propios comentarios mientras apretaba sus puños. Odiaba que le recordaran ese caso. ¿Se sentía mal por ese caso perdido?, No. Estaba orgullosa de poder seguir sus propios valores que estar complaciendo a la sociedad.

Claro, eso nadie lo notaba. Todo entre el buffet de abogados se trataba entre ganar o perder. No importaba la situación que se enfrentaban en los casos.

Escuchó a sus compañeros humillada con comentarios fuera de lugar, con risas de doble intención tratando de hundirla. Terminaría ese café y se iría a su oficina a trabajar.

— ¡Ey!, ¡Eso fue grosero!— Exclamó uno de esos hombres al recibir un golpe en la cabeza provocando que su bebida se cayera al suelo.

— ¿Grosero?, Hombre, ¿Te has escuchado hablar?— Cuestionó Brutacio con molestia.— Podré ser un hombre sin modales pero nunca un hombre que no respeta a las mujeres. ¿Olvidas que una mujer te dió la vida?, ¿O te la parió otro hombre?

— ¿Quién te crees que eres para estar aquí?— Interrogó otro hombre tratando de defenderse entre sí.

— Soy un gran admirador de la abogada Katherine.— Informó mostrando su tarjeta de presentación.— Soy el mayor admirador de la abogada más exitosa sin ningún caso perdido.

— ¿Es que no te enteraste del último caso que tuvo?— Cuestionó otro de ellos con burla.— Búscate un control y actualízate.

— ¡Eso...

— No tiene caso perder el tiempo con ellos Brutacio.— Detuvo Katherine para tomarlo de la mano. En ese instante él se sonrojó completamente al tener la gran dicha de ser tocado por ella.

Y sin más, la obedeció completamente comenzando a caminar hacia su oficina. Una vez dentro y después de ignorar los siguientes comentarios de aquel grupo de hombres, Katherine se dirigió a su escritorio para descansar un poco.

Últimamente sus energías se estaban perdiendo y no podía evitar sentir que el mundo se le venía encima. El reconocimiento en el buffet de abogados era su meta desde hace dos años. Se había esforzado completamente en todos sus casos dando la dedicación completa y exigente para ganarlos. Tenía un historial exitoso, pero el último caso había sido su perdición total.

Abrió un cajón de su escritorio y sacó nuevamente unas pastillas para la migraña y cuerpo cortado. Esa mañana le había costado mucho esfuerzo para levantarse.

— ¿Te encuentras bien?— Cuestionó Brutacio con preocupación.

— Sí, con estas pastillas pronto surtirá el efecto.— Respondió cansada sintiendo su cabeza dar vueltas.— Supongo que está aquí porque ha sucedido un giro en la vida de sus amigos conforme al contrato, ¿No es así?