Vas a quedarte 14

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Me salí de la piscina con el corazón a mil, tuve que quitarme toda la ropa para poder estrujar un poco el agua porque no podía subir así de empapado, no podía dejar de pensar en el besazo que nos dimos ¡Una completa locura! Estaba con mi temperatura en mil. Me vestí nuevamente con la ropa mojada.

—La piscina está cerrada señor —me dijo uno del hotel.

—Lo sé, permiso —dije con una sonrisa.

—Peter —la China me detuvo a mitad de camino, estaba acompañada de Rufina— Tu también? Que te paso? Que les pasó? —dijo riendo, no sabía que responder y Rufi se reía mientras se tapaba la boca con sus pequeña manitos.

—A tu hermana le pareció divertido empujarme —dije riendo.— Permiso; tengo que subir estoy todo mojado —pedí el ascensor y subí a uno que ya estaba mojado.

Seguramente ella ya había pasado por acá, corrí a mi habitación y entré al baño para quitarme todo lo más rápido que pude, entré a la ducha porque realmente lo necesitaba en ese momento, me había olvidado de todo lo que viví en Star War y no dejaba de pensar en el beso.
Me quedé en ropa interior tirado en la cama mirando el techo mientras me reía solo, no sabía cómo iba a mirarla nuevamente después de todo esto, había una probabilidad muy grande de que ella me ignorara o me tratara mal aunque no se mostró molesta para nada era la persona más impredecible del mundo.

—No puedes estar pasando por esto pelotudo —dije hablando solo y me tocaron la puerta, abrí y entró ella rápidamente.— Hola, pasó algo?

—Te traje una hamburguesa —dijo con el pelo mojado y se sentó en mi cama— tenemos que conversar lo qué paso, antes de que digas cualquier cosa quiero que sepas que no hago esto con todos —luego se quedó en silencio y comenzó a reírse— Bueno, lo que quiero decir realmente es que... De esta manera no lo hago, ha sido un besazo y no quiero que después de eso no nos podamos mirar a la cara.

—Gracias por... Gracias por venir, yo estaba pensando en lo mismo, definitivamente no quiero que no podamos mirarnos a la cara, me gusta este trabajo y...

—De verdad te gusta este trabajo? —preguntó con una sonrisa. — Yo pensé que cada día me soportabas menos, por eso tuve que utilizar esta técnica desesperada —solté una carcajada.— A mi también me gusta... este equipo, traje la hamburguesa de la Paz —suspiré— Bueno tú tampoco ayudas mucho abriendo la puerta así.

La puta madre, estaba en ropa interior tomé un short que estaba en el piso y me lo puse rápidamente, sentía que estaba rojo de la vergüenza. Su celular comenzó a sonar, me lo mostró y se trataba de Eugenia.

—Me la cruce a mitad de camino y me dijo "tú también" quizás por eso te está llamando. Boss, lo que dijiste sobre hacer locuras... yo nunca me había sentido de esta manera, con esta adrenalina porque alguien nos descubriera en ese lugar, fue un flash. Gracias!

—A ti —me dijo y se puso de pie, nos quedamos tan cerca nuevamente y soltó una carcajada— ahora vamos actuar como protagonistas de una novela todo el tiempo? —me preguntó con una sonrisa, dejó su mano derecha en mi pecho y me miró— no arruinemos esta buena onda, de verdad no quiero hacerlo porque muy pocas personas me han soportado como tú lo haces. —le cerré un ojo y camino hacía la puerta— efectivamente ha sido una mala idea ese aro. —abrió la puerta bajo risas.

—Lali!!!! —era la voz de su cuñada— Peeeeter!!! Fueron a Star War o hicieron su propia película épica? —preguntó

—Nos quedamos mirando una película donde la protagonista se queda con la novia de la mejor amiga —kendall soltó una carcajada y le dio un empujón— no me voy a meter en tus asuntos con mis hermana así que tú no te metas en mis asuntos y llevaremos la fiesta en paz, te parece?

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