¡Tu Eres Mía!

Capítulo 1

Me encontraba tan aburrida en mi habitación que entré en mis Redes Sociales para distraerme un poco. Me levanté de mi cama y me dirigí al escritorio donde estaba mi computador, al abrirlo vi que tenía cinco solicitudes de amistad nuevas; una de ellas era de un tal Eric Sullivan, aunque no lo conocía se la acepté e inmediatamente me habló:

Él: Hola
Yo: Hola
Él: ¿Cómo estás?

Vaya... Sí que responde rápido el chico este.

Yo: Bien ¿y tú?
Él: Me alegra. Bien. ¿Estudias?
Yo: Si. Te dejo, debo ir a ensayar.
Él: Bueno, chao, cuídate.

Me levanté y me cambié; me puse unos shorts fucsias, una camisilla blanca y tenis blancos. Me dirigí de inmediato al club de porristas ya que iba un poco retrasada.

―Señorita Williams, ¿por qué el retraso? ―me dice mi profesora al llegar.

―Lo siento, había un tráfico terrible no pude llegar a tiempo ―esbozo una falsa sonrisa de arrepentimiento.

―Bueno, por favor empieza a ensayar y acuérdate que la presentación es este sábado y ahí no podrás llegar tarde ―juré que nunca más iba a volver a suceder y fui a ensayar.

Cuando salí me dirigí a mi casa, donde se encontraba mi madre y mi hermana mayor, la cual acababa de llegar de NY con mis dos hermosas sobrinas, las gemelas Sofía y Tatiana.
Las salude con un sonoro beso y luego de un rato nos desplazamos a la mesa mientras conversábamos del viaje de mi hermana. Mi madre decide preguntar sobre el padre de las gemelas y ella nos cuenta que cuando se dio cuenta que sería padre salió huyendo como un perro.

Luego de terminar de comer, voy a la habitación de las bebes que estaban con su niñera, entré a darles el beso de buenas noches ya que me tocaba madrugar y no las podría ver.
Entro a mi alcoba y enciendo mi computador. Un nuevo mensaje de Eric:

<<Aunque no te distingo muy bien, me parece que eres una mujer muy linda y me gustaría tener un buen trato contigo. Te quiere, Eric.>>

¿Me quiere? Pero si ni me conoce, en fin; no respondo nada, me encuentro demasiado cansada. Me ducho, me pongo mi hermoso pijama de corazones y me acuesto a dormir, por fin...