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- Vayamos a comer algo a mi casa. - propuso Lisa mientras seguía al rubio por la calle.

- Que no, quiero ir a mi casa. - repitió Jimin por milésima vez.

Ese viernes, luego de despedir a Jungkook, Jimin había ido en busca de su amiga porque se sentía terrible y necesitaba un poco de compañía. Habían ido por un helado y pasado un buen rato juntos en el que le contó todo lo sucedido a la castaña, pero la verdad ya tenía ganas de volver a casa y solamente tirarse en la cama a esperar que el fin de semana se pasara lo más rápido posible.

- Oh, vamos. ¿Qué vas a hacer solo estos días? Divirtámonos juntos. - insistió su amiga.

- No necesito que me vigiles como un halcón. ¿Sabes? - se quejó el rubio.

- Solo quiero hacerte sentir mejor.

- ¿Es eso o quieres controlar que no le ponga los cuernos a mi novio mientras no está?

- Bueno, las dos cosas. - admitió la chica. - Quiero cuidarte.

- Oye, gracias por querer asegurarte que no me mande ninguna cagada. Pero te juro que no tengo ganas de estar con nadie en ese sentido. Me siento horrible pero...esta vez el sexo no me ayudará a sentirme mejor, lo sé. Todo en lo que pienso es en Busan, en mi madre...

- Jimin, la familia de tu novio vive allí. Si quieres un futuro con Jungkook, vas a tener que superar esto.

- Creí que estaba bien ¿sabes? Que lo tenía todo bajo control, que no me afectaba. Pero en el momento de abordar el avión, casi me muero, te juro.

- No crees que deberías, no sé...¿empezar terapia de una buena vez? Y no me digas que con Jungkook es suficiente porque claramente no lo es.

- Quizás, no sé. Me da miedo...todo lo que eso pueda despertar en mí. Recordar más cosas que no quiero...

Lisa miró a su amigo y lo encontró muy preocupado pero asustado también. Se notaba que Jimin escapaba de algo, o por lo menos que aún no estaba listo para enfrentarlo. Pero al menos lo veía más abierto al respecto que hacía meses atrás. Y eso era algo bueno...

- Lo hablaré con Jungkook cuando regrese. Te lo prometo. - añadió Jimin sonriéndole a su amiga y esta se sintió más tranquila. - Le diré que me recomiende a alguien.

- Eso me parece bien. Estoy orgullosa de ti. - le respondió y rodeó su cuello con su brazo mientras caminaban juntos.

- Pero de verdad no tienes que ser mi sombra este fin de semana. Te juro que no me follaré a nadie. - rió el rubio. - A lo sumo me masturbaré. - bromeó y ella lo empujó.

- Ugh, qué agradable información. - la castaña fingió asco - Está bien. Confiaré en ti y te dejaré ir. - Lisa se detuvo entonces justo en la esquina donde debían continuar caminos separados. - Pero cualquier cosa me llamas, ya sabes.

- Lo haré.

Animarse a comenzar terapia era un paso muy grande y difícil para Jimin, aún tenía muchas dudas al respecto, pero si había un momento donde ya era completamente necesario recurrir aquello era ahora. Ahora que ya estaba mejor y que había empezado a enderezar su vida, ahora que tenía un poco más de fe en todo.

Lo hablaría con Jungkook, le diría que ya estaba listo para abrirse con un profesional. Para contarle sus secretos y sus problemas a alguien más. Esto era lo correcto y lo sabía.

De todas formas, tuvo todo el fin de semana para repensarlo una y otra vez. Estar solo le ayudaba a encontrarse con sus propios pensamientos, aquello ya no le aterraba tanto como antes. Era un avance.

Adicto - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora