One-shot de Digno de Ser Rey [AU EOA Fanfic] #1

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«Niña irreconocible».

Su trabajo no lo llenaba. Sus viajes no eran apasionantes. Su vida se sentía vacía y desolada, inundado en los recuerdos que atormentaban y lastimaban en el pecho. De nada le servía viajar cuando no iba a dónde su corazón le decía. No tenía sentido tampoco volver, no teniendo nada bueno que le aguarde ahí.

Él solo navegaba para asuntos políticos. Hacer tratos comerciales, formar alianzas a nombre de la reina que no se molestaba en salir de las comodidades de su palacio. La fresca brisa contra su rostro se sentía seca y amarga, ver el puerto del reino de Avalor, ya no era como cuando veía su hogar, solo un pedazo de tierra más y ya. Un incómodo cosquilleo que pasaba por su columna y un sudor de nerviosismo sugerían que irse para siempre sería mejor opción. ¿Pero a dónde iría? Tenía un par de cosas que enfrentar y aclarar en el castillo. Aunque la tripulación también pudiera compartir las opiniones del reino, al menos ellos llegaban felices y relajados a sus hogares con sus familias, pero no el joven monarca.

El día fue agitado, pesado, bastante tedioso. La reina Shuriki no dejaba de meterle presión, de hacerlo correr de aquí a allá, de obligarle a cumplir labores que para su rango de canciller no le correspondían. En eso, varias veces le tocó la molestia de una pequeña niña que trabajaba en el castillo, estorbandolo siempre con sus baldes y haciéndolo resbalar por dónde ella pulía los pisos, fue vergonzoso cuando tuvo que entrar a un baño y la pequeña gritó antes para avisar que el no estaba solo, la pequeña salió apurada y apenada, sin terminar de ordenar. Sumémosle las insistencias de su amante, la cual ya estaba en una relación formal de noviazgo con su mejor amigo. Afortunadamente Víctor había salido, por lo que la situación era mejor para ponerle fin a sus encuentros y citas a escondidas. Esteban empezaba a sentir remordimiento, entendía que lo que hacían no estaba bien, tal vez ella lo incitó al inicio, pero él la siguió. Ash no parecía entender, ella quería continuar con esto, y lo retaba a él insinuando que solo tenía miedo, y por supuesto que así era. Tenía miedo de que su amigo supiera la verdad. Las insistencia de la voluptuosa peliblanca, sumadas a las órdenes de la reina lo presionaban y hartaban. Si pudiera se desharía de ambas insoportables mujeres, borrándolas de su vida, pero él mismo permitió que ellas entraran y lo manipularan a su antojo. Así es como siempre se ha sentido, manipulado, por su amigo, su reina, y su futura ex amante, los únicos que no lo hacían eran los que de verdad lo amaban, y fueron los mismos a los que les dió la espalda y solamente perjudicó igual o peor que él.

Siempre llegamos a ese punto límite, en el que si una cosa más te pasa, por más mínima y tonta, hará que te salgas de tus casillas. Bueno, otra vez la niña al limpiar. Sus pensamientos lo hicieron perderse de su realidad, simplemente al ser tan pequeña no la vio pasar y choco con ella, tirando su balde de agua por todo el suelo, haciéndola caer a ella y que él también quedará mojado. Estaba cansado y enojado, y era superior a ella, creía que estaba en todo su derecho y libertad de gritarle un par de cosas para que la servidumbre demostrará ser útil.

Su griterió y regaños fueron acallados al reconocer por fin el rostro de la niña. No era la hermana biológica de Ash, pero por la ley lo era. La pequeña era evidentemente diferente a ella, era gorda, sus ojos no eran azules como los de Ash, eran marrónes, grandes y de largas pestañas, sus cachetes eran grandes, y su piel no era morena oscura sino ligeramente más clarita y repleta de manchas en la piel, esas manchas eran pecas y de vitíligo, las más características manchas eran un par de pecas en sus labios de tez blanca por el vitíligo, una manchita clarita en la punta de su nariz, y una enorme en forma de corazón rodeando su ojo izquierdo. No la reconoció con la vestimenta de servidumbre y ese gorro blanco que le quedaba grande, cubriendo su rostro casi por completo, pero notando que era evidentemente obesa la niña, fue más fácil reconocerla, además de recordarla, se había olvidado por completo de ella.

Bloodymoon's CornerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora