Destino ©

Capítulo 21

Roberta bajó las escaleras centrando su atención en los papeles que llevaba en sus manos, entró a la cocina encontrándose con Carmen, quien la saludó con un beso en la mejilla.

Roberta: buenos días nana.

Carmen: buenos días mi niña, siéntate te sirvo el desayuno.

Roberta: gracias pero prefiero esperar a Christopher.

Carmen: el niño no ha bajado, debe seguir dormido.

Roberta: llegó muy tarde en la madrugada, escuché cuando entró pero preferí dejarlo descansar.

Carmen: mira mejor te sirvo el desayuno para dos y así se lo llevas tú misma- dijo la anciana con una coqueta sonrisa.

Roberta: me agrada, es una idea maravillosa- dijo sonriendo.

Las dos sirvieron el desayuno y después lo pusieron en una bandeja que Roberta tomó dirigiéndose hacia la habitación de huéspedes, en las escaleras se encontró con Maite.

Maite: a ver si adivino... desayuno para dos y una sonrisa que apenas te cabe en la cara... ¿o vas a despertar a mi primo o tienes a un machote escondido allá arriba?

Roberta: ¿cómo crees? Es obvio que voy con mi novio, mejor ven ayúdame a abrir la puerta.

Ambas subieron las escaleras mientras platicaban, al llegar a la habitación donde estaba él Maite abrió la puerta y le sonrió coqueta.

Maite: buena suerte... prima- Roberta sonrió en respuesta y entró a la habitación para después escuchar cómo Maite cerraba la puerta.

Entró sigilosamente dejando la bandeja sobre la mesa que había en la habitación.

Ahí estaba él, entre las sábanas y sumergido en un profundo sueño. Se acercó casi evitando respirar para no despertarlo y se metió debajo de las sábanas quedando a su lado.

Acarició su cabello y pasó sus dedos levemente sobre su mejilla, se recostó en la almohada admirando cada facción de su rostro, todo estaba en silencio hasta que el sonido de la alarma lo interrumpió, ella trató inútilmente de apagar el despertador y se cruzó sobre su novio para alcanzar el tan ruidoso reloj, cuando lo logró volteó a ver a Christopher, el cual permanecía con los ojos cerrados, suspiró aliviada y optó por dejarlo dormir un poco más.

Estaba a punto de salir de la cama cuando sintió que rodeaban su cintura y la hacían volver sobre el colchón.

Christopher: ¿para dónde vas?- dijo riendo.

Roberta: iba a dejarte dormir...

Christopher: pues ya estoy despierto.

Roberta: perdón...

Christopher: no te preocupes... además no hay nada mejor que despertar contigo...- se apoderó de sus labios en un lento beso, se separaron y él volteó hacia la mesa donde estaba el desayuno- ¿me trajiste el desayuno?- preguntó con una sonrisa.