Capítulo 25

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Roberta entró al despacho y en cuanto abrió la puerta Christopher levantó la mirada del monitor y le sonrió abiertamente, ella dejó unos documentos sobre el escritorio para después rodear la mesa y abrazar a su novio por la espalda.

Roberta: ¿cómo vas?...

Christopher: casi termino, mira esto...- él cambio la ventana de la pantalla y le mostró un hermoso paisaje donde había unas montañas al fondo y un lago muy hermoso en el centro de la imagen.

- él cambio la ventana de la pantalla y le mostró un hermoso paisaje donde había unas montañas al fondo y un lago muy hermoso en el centro de la imagen

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Roberta: está muy lindo... ¿dónde es?

Christopher: es aquí cerca, es la casa de unos amigos pero la rentan a turistas... acabo de alquilarla.

Roberta: ¿de verdad?

Christopher: si... ¿Qué día te gustaría?

Roberta: no lo sé... eso debe ser muy costoso. Yo no necesito ir a un sitio tan caro para ser feliz contigo.

Christopher: ya lo sé... pero hace casi una semana que regresamos de la cabaña y no sé, siento que fue algo...

Roberta: ¿no te gustó?- ella dejó de abrazarlo.

Christopher: no... no es eso, me gusto... créeme que me gusto- dijo coqueto y ella bajó la mirada apenada- es sólo que siento que fue algo muy precipitado... tenía en mente algo mejor.

Roberta: bueno siempre se puede mejorar, tú lo dijiste...- dijo sonrojada.

Christopher: en ese caso, déjame consentirte, tengo el plan perfecto para nosotros.

Roberta: pues por mí encantada...

Él la abrazó pero ella se quejó levemente cuando él presionó su brazo, en ese momento Christopher se dio cuenta de las gotas de sangre que ella tenía en el pantalón.

Christopher: ¿Qué te pasó?- preguntó preocupado y ella lo miró nerviosa- ¿te sangró la nariz de nuevo?... ¿te desmayaste?

Roberta: no, tranquilo...-dijo sonriendo tratando de tranquilizarlo, después suspiró profundamente- supongo que lo sabrás por alguno de tus vaqueros pero... tuve un pequeño accidente con el caballo, bueno mejor dicho con los toros.

Christopher: No pensé que ese caballo era tan peligroso...

Roberta: no... fue mi culpa, me descuidé y uno de los toros estuvo a punto de atacarme pero el caballo hizo que se alejara, sólo que me asusté y caí al piso, fueron leves raspones nada más, pero ¿Sabes que es lo bueno de todo ésto?

Christopher: no creo que pueda haber algo bueno en lo que pasó...

Roberta: pues si lo hay y es que mi caballo ya tiene nombre.

Christopher: aún no sé si sea buena idea que lo conserves, puedo buscarte un animal más tranquilo y...

Roberta: no, Héroe me encanta.

Christopher: ¿Cómo?- preguntó frunciendo el ceño.

Roberta: Héroe, así se llama mi caballo... porque me rescató y además fue un regalo del héroe que salvó mi vida...- dijo sonriendo y Christopher la imitó- ¿Verdad que me vas a dejar conservarlo?- preguntó en un puchero y él suspiró para después asentir- ¿Ya te he dicho que eres el mejor novio que he tenido?- dijo llenando su rostro de besos.

Christopher: eso es porque no recuerdas a nadie más- dijo sonriendo.

Roberta: y aunque lo hiciera, estoy segura que serías el mejor- él la miró apreciando su hermosa sonrisa y después la abrazo por la cintura y acarició su mejilla antes de capturar sus labios en un amoroso beso que provocó suspiros en los dos.

Maite: ay pero que momento tan lindo...- los dos cortaron el beso y voltearon hacia la puerta del despacho, Roberta se alejó de Christopher un poco ruborizada y se sentó en el sofá de la oficina.

Christopher: ¿Qué mis tíos no te enseñaron que se debe golpear la puerta antes de entrar?

Maite: pues si pero quería ver si los descubría en algo incómodo- dijo sonriendo y Christopher rodó los ojos sentándose en el sofá junto a Roberta.

Roberta: ¿tú a dónde vas tan guapa?- preguntó tratando de dejar atrás la incomodidad.

Maite: que bueno que alguien lo notó- dijo mirando a su primo quien estaba inocente a su comentario- tengo una cita... iré a cenar con Christian- dijo feliz- sólo quería avisarles porque no encuentro a Carmen por ningún lado y ya tengo que irme.

Christopher: ¿a dónde te llevará?...- preguntó mirándola fijamente.

Maite: dijo que sería algo especial y la verdad es que no pregunté mucho...- Christopher asintió serio- ay pero quita esa cara Christian es tu amigo de toda la vida, lo conoces mejor que yo.

Christopher: porque lo conozco me preocupo- Maite rodó los ojos riendo.

Maite: bueno se me hace tarde...- se despidió de cada uno y salió a paso apresurado.

Christopher: parece que el amor llegó para quedarse en esta casa- dijo sonriendo.

Roberta: ¿tú crees?- preguntó coqueta.

Christopher: estoy seguro...- besó sus labios rápidamente- por cierto, tengo algo para ti.

Roberta: ¿Otro regalo? Amor ya es demasiado.

Christopher: claro que no, además me gusta consentirte ¿Déjame sí?- ella asintió sonriendo- ésta medalla me la obsequió mi papá.

Dijo poniendo en sus manos la medallita grabada con su nombre.

Christopher: es de la buena suerte y según sus palabras es para que siempre me acompañe pero... ahora quiero que te acompañe a ti.

Le pasó la delgada cadenita sobre los hombros para después apartar su cabello y cerrar el broche sobre su nuca.

Roberta: pero es tuya amor...

Christopher: y ahora quiero que tú la lleves por mi, para que te cuide y te de la mejor suerte del mundo- ella sonrió y besó sus labios- me gusta como te quedan mis cosas, es como saber que estás conmigo porque así lo quieres.

Roberta: te amo...- él sonrió.

Christopher: yo sé que entregarte un anillo en este momento es precipitado y que tu cabeza es un lío entre tu vida pasada y ahora pero... tómalo como una promesa, de que siempre estaré por ti y para ti pase lo que pase- ella suspiró y lo abrazó pasando el nudo que se había formado en su garganta.

Roberta: no importa lo que haya pasado y si esta es una promesa de amor eterno la respuesta es si, quiero pasar mi vida a tu lado.

Él sonrió y apartó el cabello del rostro de su chica para después besar sus labios lentamente.

Él sonrió y apartó el cabello del rostro de su chica para después besar sus labios lentamente

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