3: La fiesta 1/2

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Eres mía, solo mía

Capítulo 3: La fiesta 1/2

Catherine

Estuve en la casa de Maddie las pasadas dos horas ayudándole con los zapatos, el vestido y maquillaje. Apenas son las siete y como dije la fiesta inicia la ocho. Maddie está en el baño peinándose, mientras que yo... estoqueando a Ares. Hace unos meses se me ocurrió la fantástica idea de crearme una cuenta falsa de Instagram, en ella le doy corazón y comento todas sus fotos en su famosa cuenta. Tiene casi un millón de seguidores y 900 000 son chicas, incluyéndome que le comentan cosas sensuales en sus fotos sin camisa.

Las entiendo, está demasiado bueno. Y su voz es muy sexy. Sigo dándole corazón a sus fotos. Sonriendo como tonta. Soy virgen pero no dudaría en entregarle mi virginidad, claro si estuviéramos en una relación. Es que hay tantas chicas, tantas mujeres que le entregan todo a un chico y que nunca reciben su amor y cariño.

Le entregan su vida, sus ahorros, su dignidad y algunos la responden con violencia. Violencia, la peor palabra en el mundo. Ya sea verbal o física, la violencia es lo peor en el mundo. ¿Qué ganamos golpeando u ofendiendo a alguien? ¿Respeto? Ganamos un corazón oscuro, lleno de maldad, lleno de odio, un corazón se piedra.

Siempre pensé que los hombres eran los que cagaban relaciones, pero no es así. Todos cometemos errores a pesar de la nacionalidad, religión, raza o sexo. Todos hemos cagado algo, ya sea una relación o un proyecto. La hemos cagado alguna vez, y joder, eso me molesta. Me molesta que haya personas que juzguen a las personas, sin saber que hay detrás se ella. Cuanto dolor y sufrimiento hay en sus corazones.

Me molesta los hombres que sólo buscan a una chica por sexo, dejándola sola después de la follada. Por eso no pienso entregar mi virginidad a un chico idiota.

—¡¡Catherine Morgan!!

—¿¡Qué!?— pregunto apagando mi celular.

—Llevas una hora absorbida por tus pensamientos, son las ocho tenemos que irnos.— dice Maddie agarrando su bolso. Me estiro y ambas bajamos para ya irnos. Maddie conduce a la casa de su novio mientras escuchamos música.

Llegamos a la casa de Drake, se podía escuchar la fuerte música que provenía de su interior. Pasamos y el fuerte olor a cigarrillos y alcohol golpea mis fosas nasales. Hago una mueca de asco intentando acostumbrarme al ambiente.

Mis ojos se conectan con los de mi mejor amiga que está sonriéndome. Me grita que va a por algo de beber dejándome sola. La música electrónica no es lo mío pero es muy pegajosa. Empiezo a moverme con el ritmo de la música sintiéndome libre. Amo con locura bailar.

Sigo bailando cuando siento dos manos en mi cintura, distingo esa fragancia a pesar del olor a cigarrillos y alcohol. Ares... Ares Smith parado detrás mío con sus manos en mi cintura.

—Hola, Cat.— me dice al oído.

—Hola. ¿Qué intentas hacer?

—¿Bailar?— responde chistoso y me giro para mirarlo.

Ruedo los ojos mientras sonrío.— Que gracioso, idiota.

—No estoy siendo gracioso, hobbit.— me dice.

—¿Hobbit? ¿A qué se debe ese apodo?

—Te llevo una cabeza, mido 1.85, tu medirás 1.67

—Muy gracioso.

—La honestidad es mi mejor cualidad.— alardea.— ¿Bailamos?

—Ya lo estoy haciendo sola, gracias.— Sé que parezco una idiota por rechazar su petición pero quiero hacerme la difícil y no caer en sus brazos como una de sus perras.

—¿Crees que no me doy cuenta cuanto me estoqueas? Acosadora.

—Acosador.— respondo.— Eres un maldito acosador por meterte en mi vida.

Me vuelve a ofrecer su mano y la vuelvo a rechazar. Él no se da por vencido y me atrae hacia él.— No me vuelvas a rechazar.

—Si lo hago ¿Qué es lo que pasaría?— lo reto.

—Te llevaría a una de las habitaciones de arriba y te haría mía.

—No siempre conseguirás lo que quieras, Ares Smith.— Dicho esto le guiño el ojo y me voy. Busco la barra y la encuentro a una esquina de la pista de baile. En ella está Maddie con los ojos rojos y un montón de vasos de shots vacíos.— ¿Qué pasó?

—Todos los hombres son unos hijos de puta.— dice tomándose otro shot.

Recuerdo a Ares.— Ni me lo digas.

—¡Lo odio! ¡Te odio Drake Lee!— grita al aire.— ¡Y a ti también, Tamara!

Uno lo que me dijo. ¿Drake la engañó con Tamara?— Vámonos.

—Es lo mejor.— dice parándose. Camina demasiado tambaleante a la puerta de la casa. Caigo en cuenta de que es imposible de que ella maneje borracha por lo que le quito la llave de su auto y soy yo la que maneja hasta su casa.

Al llegar busco entre las llaves del bolso de Mad la llave de su casa, cuando la encuentro, abro la puerta y la subo a su habitación. Dejo sus cosas en su escritorio, le ordeno que duerma y me despido. Entro a mi auto que dejé en su casa y conduzco a la mía. Drake, te odio por lastimar a mi mejor amiga.

Nota de la autora: Las personas siempre cometemos errores, pero tenemos que buscar como arreglarlos. No hay que recurrir a la violencia mental o física. Todos somos seres humanos, no hay humano que no se equivoque.

YouOnIce2

Eres mía, solo mía | Glacies (P #1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora