6: Para el amor no hay edad

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Eres mía, solo mía

Capítulo seis: Para el amor no hay edad

Catherine

Al llegar a la casa de playa, no dividimos los cuartos, quedamos en que Ares y Dilan compartirían una habitación al igual que Mad y Chloe, yo estaría en mi habitación y Dereck en la suya. Acomodamos nuestras cosas y quedamos en almorzar en el restaurante del club.

Bajo las escaleras y me encuentro a Ares, con mirada perdida en el celular. —¿Listo?

—¿Lista?— Con su simple pregunta sé que lo está. Lleva puesto un short de baño color azul marino, una playera negra y unas sandalias.

Esperamos unos momentos a que bajen los demás en completo silencio, no tenemos nada de qué hablar a excepción... —¿Qué haremos con lo de Dereck?

—Déjalo así, al fin y al cabo lo que dice es mentira ¿Verdad?— habla.

—Sí, mentira...

Veo bajar a los cuatro restantes por las escaleras. —¿Vamos?

—Vamos.— respondo.

En el restaurante, yo pedí un ceviche al igual que Dilan. Los demás pidieron pescado también. Estaba sentada justo al frente de Ares que no despegaba su mirada en mí. Intenté evitarlo tratando de iniciar una conversación con mis amigas.

Después de almorzar, decidimos ir a la playa. Por suerte lo seis traemos nuestro traje de baño puesto, por lo que único que hicimos fue pedir seis toallas a la casa club e ir a la playa. Acomodamos las cosas en las cuatro primeras bancas que vimos, mis amigas y yo nos quedamos tomando sol mientras que los chicos fueron al mar.

Ares

Mar, el mar es tan relajante. Se siente como que si me hiciera olvidar los problemas de mis padres y míos. Me hace olvidarme de todo. Amo el mar.

—¡Ares!

Reacciono. —¿Qué quieres, Dereck?

—Te estoy hablando hace rato y no me haces ni el puto caso.— Sí, ese es mi mejor amigo, el que dice groserías por todo.

Le prestó atención.— Habla.

—¿Qué traes con mi hermanita?— me pregunta.

—¿Samantha?— pregunto.

—No, idiota, Cat.

—Nada. Sólo somos conocidos, ni siquiera llegamos a ser amigos.— digo.

—Más te vale, Ares, es una niña.— habla. ¿Niña? ¡Tiene 16 años!

—¿No qué tiene dieciséis?— pregunta Dilan.

—Así es.— responde Dereck.

—Entonces no es una niña.

—Sí lo es.— insiste Dereck.

—Haber, Dereck, lo sea o no, para el amor no hay edad.— le recuerda Dilan.

—Sí la hay.— dice él.

—Si no me equivoco, Claudia entra a la universidad.— le recuerdo.

—No metas a Claudia en esto.

—Dereck, no seas anticuado. Es el siglo XXI, eso ya no interesa. Si es amor, es amor y punto.

—¿Y eso, Ares? ¿Te han flechado o qué?— me pregunta Dilan.

—¿Flechado yo? Para nada, nadie puede flechar a Ares Smith.— respondo.

—Lo que digas, un día te vas a enamorar y....— empieza Dereck pero lo interrumpo.

—¿Estaré a punto de tener sexo con ella cuando mi hermana está con mi mejor amigo a dos metros?— termino y levanto la ceja.

—¡Que no metas a Claudia en esto!— reclama Dereck.

—Ya, pero ¿De verdad sientes algo por Claudia?— pregunto.

—No ósea sí, es que es complicado.— responde.

—No es complicado, tú lo complicas más.— le dice Dilan.

—Lo dice la persona que se enamoró perdidamente de mi hermanita.

Mis ojos se abren y mi expresión cambia a una de sorpresa.— ¿Te enamoraste de Cat?

—Eso fue hace mucho, tenía 15 años.— responde. Sentí un alivio muy extraño. ¿Yo aliviado de que a Dilan ya no le guste Cat? Meneo la cabeza y dejo que el mar me relaje.

Pasaron dos horas muy rápido, las cinco de la tarde habían llegado, el atardecer. Estaba parado al frente del mar, admirando su bella vista, escuchando el sonido de las olas golpeando la arena, estaba disfrutando del momento. Siento una presencia a mi lado, giro la mirada y esta se enfoca en la persona que está a mi lado.

—Lindo atardecer ¿Cierto?— me pregunta Cat.

—Eres hermosa.— suelto.— Digo, digo, la vista es hermosa. Es muy bella.

Mierda, la cagué.— Así que no puedes resistirte a mi encanto.— alardea ella.

—¡Que me equivoqué!

—Lo que digas, Dios griego.

—¿Dios griego?— pregunto.

—Ares = Dios Griego. Vamos, es obvio.— dice.

—Ya entendí.— digo.

Ambos fijamos nuestra vista en el sol, aquel crepúsculo amarillo que se está perdiendo en el mar. Empieza una leve brisa, una muy refrescante, cierro los ojos y me dejo llevar. Mis pies sobre la arena, mis ojos totalmente cerrados, mi respiración calmada y mi cuerpo relajado. Amo el mar, amo la arena y amo la playa.

Mis labios se tuercen un poco formando una diminuta sonrisa, mis ojos se abren poco a poco y se encuentran a una chica, a Cat. Ella está mirando el mar, sus brazos en su espalda y su cabello moviéndose suavemente por el viento. Sus cabellos casi ahora dorados se reflejan con la poca luz dorada que se encuentra en el cielo. Se ve muy bien así.

Nota de la autora: Hola! ¿Cómo están? Yo muy bien, espero que les haya gustado el capítulo.

YouOnIce2

Eres mía, solo mía | Glacies (P #1) ✔️Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz