Nishinoya parte 3

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Se había quedado solo con Asahi, la sala estaba en absoluto silencio, ninguno de los dos quería afrontar lo que estaba por suceder pero tampoco querían alargarlo más.

- Asahi...no tienes por qué hacer esto, de verdad que me voy a comportar y a estudiar más. Yo no quiero que hagas esto...- intentó Noya

- No, tenemos que hacer esto Nishinoya. Sé que no quieres y yo tampoco pero es algo que debe hacerse, no puedo faltar a mi palabra y sinceramente creo que es una buena manera de prevenir que esto se repita. A mí me funcionó de pequeño y supongo que tienes experiencias en esto, ¿me equivoco?

Obviamente no se equivocaba, viendo lo hiperactivo y problemático que era el pequeño libero, estaba claro que de pequeño se había metido en un montón de problemas. Sus padres, aunque lo consentían mucho, eran muy firmes a la hora de impartir disciplina y Noya se había visto bastantes veces sobre el regazo de algún progenitor suyo. De hecho, la última vez había sido hace relativamente poco cuando casi incendia la cocina de casa por no escuchar a su madre que le dijo que le esperara antes de probar ese flambeado que había visto por la tele. No había dudado en apoyarlo en la mesa de la cocina y darle unos azotes con la letal y dolorosa cuchara de madera. El recuerdo lo hizo estremecerse, por suerte Asahi no parecía tener una cuchara de madera oculta con la que calentarle el trasero, tampoco llevaba ningún cinturón puesto conque Noya respiró tranquilo sabiendo que la estrella del equipo solo iba a usar su mano.

El silencio fue la afirmación que Asahi necesitó para saber que efectivamente, Nishinoya estaba familiarizado con los azotes. Pensando en la mejor manera de hacer esto para ambos, recordó que su madre se arrodillaba en el suelo y lo ponía sobre sus rodillas cuando tenía que disciplinarlo, Noya era pequeño pero no tanto como para que esa fuera una posición cómoda. Descartó esa idea, su otra opción era sentarse en la silla sin brazos y tirarlo sobre su regazo, esta le pareció mejor idea pero creía que Nishinoya se sentiría avergonzado estando en esa posición. Su última opción era colocarlo inclinado en el escritorio. Se decantó por esta última, siendo la menos humillante.

- Muy bien, vamos a hacer esto, Noya, inclínate sobre el escritorio.- Dijo sonando lo más serio que pudo.

Nishinoya suspiró ante la sentencia, pero no quería desobedecer a Asahi, suficiente lo había decepcionado ya. Caminó poco a poco al escritorio y se inclinó en el con las manos sujetándose en el otro extremo. Sus pies tocaban vagamente el suelo, tenía la vista fija en la pared de enfrente mientras esperaba que Asahi se acercara. Cuando éste llegó a su lado, colocó una mano en la parte baja de la espalda tanto para sujetarlo y que no se escurriera mesa abajo como para evitar que se levantara y saliera corriendo. Suspiró fuertemente antes de levantar la mano y dejarla caer sobre el trasero revestido de Noya. No hubo ninguna reacción por parte del libero, ¿había sido demasiado flojo? Seguramente.

Plas, plas... otras dos cayeron sin aviso pero otra vez, Noya no hizo ningún movimiento, ningún sonido que le indicara si debía mantener esa intensidad o no. PLAS PLAS los próximos fueron más fuertes, resonaron por la sala y vinieron seguidos de un jadeo por parte del libero. Decidió que mantendría ese nivel de intensidad. Siguió unos minutos bajando la mano rítmicamente sobre el pequeño trasero de Noya, pequeños gemidos y jadeos se le escapaban mientras intentaba sin éxito mantener la compostura. Un minuto más tarde Nishinoya luchaba contra las lágrimas que estaban acumulándose en sus ojos. PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS seguían lloviendo las nalgadas una detrás de otra. El dolor se incrementaba con cada nalgada, podía sentir su trasero irradiando calor. Nishinoya no quería llorar, no quería quejarse, no quería parecer un niño pequeño frente a su héroe, fue esto lo que lo empujó a hacer lo que hizo, una idea repentina que acabó perjudicándolo como no podría haberse esperado.

Con toda la fuerza que pudo obtener en ese momento, el libero hizo fuerza contra la mesa, se levantó y salió corriendo hacia la esquina más alejada de Asahi que al no esperarse esto, no pudo detenerlo. Se quedó perplejo el rematador estrella observando a Noya jadeando en la otra parte de la habitación, tenía la cara roja y los ojos con una capa de lágrimas a punto de desbordarse por sus mejillas. Parecía estar dándose cuenta ahora de lo que había sucedido. Asahi también estaba reaccionando, esta actitud de Noya lo hizo enfadar. Caminó hacia él viendo como el libero parecía encogerse con cada paso suyo, cada vez que avanzaba un pie, Noya retrocedía otro, hasta que se dio de espaldas con la pared.

- Nishinoya Yuu, ¿qué haces? No he acabado.- dijo seriamente

- Yo....yo si he acabado. Dejame.- otra vez con la actitud rebelde

- Parece que no estás aprendiendo nada, vamos a probar otra cosa.- Asahi de repente se convirtió en Daichi, su irreconocible voz hizo que un escalofrío recorriera la columna de Nishinoya.

EL rematador estiró un brazo para coger a Noya de la oreja y arrastrarlo hasta la silla sin brazos, le dio igual la humillación que podía sentir el libero, iba a acabar lo que había empezado. Se sentó en la silla y tiro a Nishinoya sobre su regazo, éste se quedó ahí colgando ya que sus pies no tocaban el suelo desde las fuertes y musculosas piernas de Asahi.

- No, Asahi así no...suéltame, así noooo.- se quejaba en vano.

Y entonces Asahi hizo lo impensable, tan rápido como pudo antes de que la decisión abandonara su cuerpo le bajó los pantalones revelando sus boxes azules y le sujetó firmemente de la cintura. Inmediatamente, como si le hubieran dado a un interruptor, Nishinoya empezó a revolverse.

- NOOOO ASAHI ASÍ NO, POR FAVOR

- BASTA NISHINOYA estate quieto de una vez y acabaremos antes

PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS

Despiadadas nalgadas cayeron sobre su trasero con un estruendoso ruido, Noya se quedó inmóvil, estos azotes le habían dolido mucho más, había enfadado a Asahi, había hecho que el jugador más calmado del equipo estallara. Su héroe, la persona a la que más admiraba estaba calentándole el culo sin pantalones porque él se había portado mal. ¿Cómo iba a volver a mirarlo a la cara? ¿Alguna vez le perdonaría? ¿Y si ya no quería hablar más con él? Estos pensamientos abrumaron a Nishinoya, las lágrimas se acumularon en sus ojos, se derramaron por sus mejillas y cayeron al suelo sin control. Dejó de retorcerse, dejó de quejarse y se limitó a llorar. Un llanto desgarrador se escapaba de su boca, pronto le costó respirar y empezó a toser. Asahi que seguía azotándolo, paró inmediatamente al escuchar los desoladores sonidos del libero. Lo levantó y lo envolvió en su brazos mientras le pedía que se calmara.

- Shhh Noya ya está, ya está, cálmate, respira conmigo.

No había manera, la mente de Nishinoya había entrado en un bucle de negatividad al pensar en que podría perder la amistad con Asahi, no era consciente de que había parado, no fue consciente de que lo levantaron y lo abrazaron. El rematador estrella no sabía que hacer, Noya se estaba ahogando en sus lágrimas, tenía hasta arcadas. Asustado como estaba, lo sujetó por los hombros y le dio dos sacudidas que hicieron que el rematador reaccionara un poco y respirara. Vio a Asahi delante de él, con cara de preocupación y se lanzó a abrazarlo fuertemente. Necesitaba sentirse protegido por él, necesitaba saber que seguía estando ahí para cuidarlo. Asahi le devolvió el abrazo con más fuerza aún. Estuvieron así mucho rato hasta que porfín Noya dejó de llorar y solo pequeños hipos y sollozos salían de su cuerpo. Amortizando sus palabras contra el pecho de Asahi dijo:

- Lo siento mucho, lo siento, por favor Asahi perdóname.

- Shh, está bien, todo está perdonado, calma

Era todo lo que necesitaba escuchar, con Asahi acariciándole la cabeza, el cansancio del día y que la noche anterior había dormido poco, Nishinoya se durmió en los brazos de su héroe. Asahi al notar el cuerpo de Noya relajarse bajó la mirada para verlo plácidamente dormido. Disfrutó de la imagen todo el rato que pudo, lo acomodó en el suelo y lo tapó con su chaqueta. Iba a avisar al resto de que todo estaba bien, ya lo despertaría cuando acabara el entrenamiento, ahora le haría bien dormir. 

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⏰ Last updated: Jan 30, 2020 ⏰

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