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Era inaceptable. ¡Un demonio dándole poder sobre él a una simple humana! Y no un simple demonio, sino el dueño de las dimensiones y el más poderoso entre ellos.
El comité de demonios interdimensionales se reunía a escondidas de su magnífico lider para hacerlo entrar en razón sin tener que perecer en el acto.

-Y bien... ¿alguna sugerencia?- preguntaba Hectorgon con un notorio tono angustiado

Hubo un gran silencio, a nadie se le ocurría nada.

-Y si dejan de conspirar a mis espaldas, buenos para nada- aparecía Bill con gran enojo, en su forma triangular, todos se miraron preocupados al ser descubiertos tan rápido

-Bill, no deberías tratarnos así, sólo nos preocupamos por ti ¡Es inaudito que le hayas entregado tu nombre a un ser humano simple como ese! ¡Eres superior a esos insectos!- exclamó una enfadada Pyronica

De pronto Bill aparecía frente a ella, más grande y de un brillante color rojo sujetando el cuello de la cíclope

-Di eso una vez más, y les daré tu cuerpo a estas bestias para que se hagan un festín con él

-P-Pero ¿ella te seguirá queriendo si le muestras tu forma real?- preguntó con mucha dificultad, hasta que un confundido Bill le soltó lentamente y ésta cayó al suelo -piénsalo Bill- siguió con su plan, sujetando su cuello que sentía que se partiría en cualquier momento -ella sólo te ha visto en una forma inferior, como un humano, aunque seas el más poderoso de todos, ¿crees que podrás con esa horrible forma humanoide por siempre? Digo, si es que ella vive tanto tambien- los demás demonios asintieron

Bill se sentía perdido, claro que él cree en su Estrella Fugaz, pero ella era humana, ellos se asustan de todo y nada, su forma triangular podría asustarla y... no, no. Las dudas se acrecentaban y su mente se convertía en literalmente un remolino, el que comenzó a sacudir el lugar y mandaba a volar a todos los participantes de la reunión.
Pyronica y los demás, fuera de que salieron expulsados a distintas dimensiones, se sentían felices, esta tormenta significaba que habían sembrado la semilla de la duda en la mente de su adorado lider y podrían volver a cometer sus fechorías y fiestas enormes como no lo hacían hace muchos años humanos.

•○☆○•

Pasaban los días y Mabel seguía esperando a Bill, quién hace ya un poco más de un mes que no aparecía, ni como su demonio, ni como su Eminencia. No podía evitar preocuparse. Cada día que se iba a trabajar, preguntaba a Dipper si le había visto llegar o si sabía algo de él, pero la respuesta siempre era la misma, nada...

Ella creía en él, no se iría luego de haber pasado esos momentos especiales y de haber abierto sus sentimientos más profundos a él, no, él no lo haría, aunque sea un demonio y no se pueda confiar en ellos, Bill era distinto, y era su demonio.

•○☆○•

Se le conocía como "Su Excelencia". Todos los días caminaba melancólica por los jardines del Palacio, todos los días cenaba con la Princesa, ahora Reina del Imperio, Pacífica la Benévola y el Sol de la mañana, junto al ex jefe de la guardia imperial, ahora Rey y comandante de las tropas, Dipper el Justo, y la Luna que alumbra en las sombras.

Los días eran largos, y Mabel se encontraba en cada uno de ellos esperando con la esperanza de volver a estar con su amado.
Ya no era una santa, pero aun así, luego de haber sido uno con Bill desarrolló un tipo de clarividencia, sumado a su inteligencia y astucia, pudieron adelantarse a un catastrófico desenlace del Imperio y así fue conocida como Mabel la Santa y la Estrella que guía al Imperio, quien peleó por su país y que junto a Dipper y Pacífica, sumado a  los valientes del ejército salvaron muchas vidas de perderse y conservaron su Imperio de los que querían invadirlos y saquearlos. Justo antes de ese suceso, también fue clave para su ascenso a santa y a ser conocida como la nueva Eminencia del Imperio que anunciase la muerte inevitable del Rey, padre de Pacífica.

Mi "demonio" guardián (MaBill) #PremiosGravity2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora