• 03: Masoquismo.

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Por más que lo había esperado con la guardia alta, jamás llegó una broma o alguna maldición por parte de Malfoy hacia Harry Potter. Lo unico que el chico podía hacer, era verlo con la frente arrugandose cada que veía a Tom Riddle pasar enfrente suyo.

Exactamente una semana había pasado, y la había sentido muy aburrida como jamás pudo llegar a pensar.

En toda esa semana se había quedado observando exactamente a una serpiente que ahora parecía sacar sus colmillos cada que la otra se acercaba, ambos chicos sonreían, pero se hablaban pestes el uno al otro con las otras personas que no podían hacer nada más que sonreír. Por parte de Malfoy, parecía que le encantaba dejarlo en ridiculo en todas sus clases, más en pociones y Defensa Contra las Artes Oscuras. Si sus calificaciones siempre habían estado por debajo de Hermione, ahora entraba a la lucha de querer el primer puesto.

¡Hasta Hermione se estaba hartando! Ella estaba acostumbrada a ser la primera en alzar la mano para tener la palabra con los maestros, pero ahora parecía que la competencia era de ellos dos sin nadie de intermedio.

Todo Hogwarts comentaba la enemistad que tenían esos dos, muchos querían saber las razones, otros querían verlos juntos porque los consideraban como dos alumnos con gran prestigio social que si unían sus fuerzas, entonces sería algo bueno. Y se le hacía raro que Malfoy no aprovechara eso, pues solo se dedicaba a querer poner a Riddle por debajo de los suelos.

En un principio había estado cómodo en no tener la atención del príncipe de las serpientes. Todo iba a ser tranquilo, regalado y normal. Los primeros días le había agradecido a Tom, pues había llegado a tiempo.

Ahora ya no quería agradecerle, sus días se habían vuelto monótonos, iguales, sin nada emocionante de por medio. Nadie sería capaz de atacarlo, solo Draco.

Solo por casualidad había pasado enfrente de él para ver qué podía hacer, pero lo había pasado de largo murmurando que le estorbaba el camino. Hasta Pansy y Blaise se habían visto entre si, igual de sorprendidos por no aprovechar la oportunidad de hacerle algo más que unas simples palabras que parecían ser las que le decía a todo el mundo.

Harry Potter se había vuelto ordinario ante Draco Malfoy. Uno más entre el montón.

Y eso en lugar de agradarle, le hacía sentir como un miserable que era abandonado por su enemigo por otro estúpido que había atraído toda su atención. Todos sus insultos, indirectas y maleficios eran para otro. Lo repetía: el había sido dejado de lado. Sin una despedida, sin nada.

“Masoquismo, eso es lo que sientes” Hermione tenía razón, era un maldito masoquista.

—¡Sal de aquí! —Harry escuchó el sonido de la puerta ser cerrada a prisa después del grito de la persona que estaba pensando.

El Hufflepuf de segundo año que había estado en el baño hace unos momentos, había salido corriendo sin detenerse. Y Draco dio grandes zancadas hasta los lavabos donde recargó sus manos sobre uno de estos.

Se atrevió a salir de su lugar, solo había estado parado en un rincón para tener tranquilidad. Pero él rubio no lo vió.

Observó su reflejo a través del espejo. Si no se equivocaba, podía ver qué estaba derramando unas gruesas lágrimas y cerrando sus ojos para no tener que verse así mismo o se avergonzaria. Era fatal verlo así.

—Malfoy...—el otro se sobresaltó, giró rápido casi resbalando con el piso.

—¿Que demonios haces aquí, Potter?

—¿Que se puede hacer en el baño?

Draco hizo una expresión de asco, y Harry se sintió divertido. Pero tuvo que volver a sentirse incómodo, estaba preparado para sacar su varita para un duelo, otra vez había sido dejado de lado por aquella serpiente que se había dado la vuelta.

Inefable;   [ Harco ]Where stories live. Discover now