• 10; Ligeros empujoncitos.

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—¿Por qué tengo que darle una flor? —Harry se veía demasiado apanicado con una rosa roja entre sus manos.

La misa rosa que Draco había escogido en una parte en específico del bosque prohibido, Blaise le había ayudado solo porque le dijo que era un regalo para Pansy cuando en realidad era un pequeño regalo que Potter tenía que dar.

Sus intenciones era devolverle algunos favores pero tampoco esperaba que este fuese un tronco al querer conquistar a una chica.

Ambos estaban en el vestíbulo del castillo, esperando que la menor de los Weasley viniera bajando las escaleras para poder ir a almorzar algo, ahí era el momento adecuado para que Potter pudiese darse a notar en qué sus intenciones eran buenas, no malas ni con doble sentido. Si expresaba sus sentimientos ante un público, podría verse más profundo aquel interés.

—A las chicas le gustan las flores, Potter. No importa que sea ruda o hasta tierna, a todas les gusta las flores...a algunas la comida pero igual las flores —le animó dándole empujones para que no saliera corriendo.

—Pero Malfoy: ¿Cómo seré capaz de darle está rosa?

—Pues se la avientas.

—¿Acaso tu le das las cosas así a tus conquistas? —le reprochó.

-Con algunas personas puedo ser así y hasta escupirles sería algo maravilloso para ellos —mintió un poco solo para no quedar como un estúpido que jamás había tenido algo amoroso con alguien.

—Eres horroroso...¡Oh! Ahí viene, ahí viene, ¿Que demonios hago? —Harry le agarró el brazo antes de que pudiera salir huyendo para dejarlo solo.

Para mala suerte, Ginny ya había puesto su mirada en ellos dos: era fácil ver a dos tipos que parecían tener un forcejeo al final de las escaleras porque uno quería irse pero el otro lo impedía.

Cada escalón que bajaba, era una tortura para ambos ya fuese por diferentes temas.

Estando lo más cerca posible, Ginny había sonreído para hacerse notar por ellos dos quienes dejaron de hacer aquel vago esfuerzo de querer irse. Draco se había puesto rígido, correspondiendo a la fuerza aquella vaga sonrisa y Harry apretó más aquel tallo de la rosa, era como una estatua que solo sabía sonreír y mirar.

Hasta Ginny hizo un gesto de incomodidad al percatarse que su amigo estaba tomando de la muñeca a su supuesto enemigo.

—¿Por qué estás estrangulando esa rosa, Harry? —preguntó la chica.

Él iba a responder, pero sintió más pánico al ver cómo Dean venía detrás, a su lado también venía Seamus, los dos hablaban y pensó en la amistad que tenía con el moreno.

No era bueno querer meterse con su chica.

—Yo...está rosa —apretó está y también la muñeca de Draco— está rosa es para..

—¿Para?

—Para...para Draco, la he cortado para Draco —se giró a ver al chico a su lado, este parecía más pálido de lo normal— ¿Verdad? Ten, es tuya, espero que te guste mucho.

Le tomó la mano para poder extenderla y poder depositar la rosa de forma brusca ante un Draco en shock que solo sonreía muy incómodo.

Ginny había reído.

—Supongo que Malfoy no quería la rosa y por eso estaban peleando, ¿No es así? Apuesto a que la tirará después.

—No le conviene, me he metido a un lugar difícil para poder obsequiarsela...no la tires Draco.

Inefable;   [ Harco ]Where stories live. Discover now