21. Un, dos, tres II - jjk y pjm

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Nueva posición

—Ah, ah, ah....

—Un poco más, ¿sí? Aguanta un poquito —susurra contra mi oído Jimin.

Sus manos aprietan con fuerza mi espalda y yo vuelvo a quejarme.

—Venga... Ya casi...

Y de repente alivio. Suelto un último quejido ahogado y la siguiente vez que Jimin pasa sus manos por ese puntito de mi espalda solo siento suavidad.

—¿Mejor? —pregunta

—Joder, sí... —susurro, casi ronroneando—. Esa contractura me estaba matando.

—Ya, nena —dice, con la voz un poco tomada por el esfuerzo de seguir masajeando—. Estás muy tensa últimamente. He encontrado otra contractura. Aguanta un poco, ¿vale?

—Vale.

La verdad es que no solo escogí a Jimin como masajista porque sea mi novio y me haga descuento (porque nunca dejaría que hiciera su trabajo gratis por mí), sino porque, aunque sabes que vas a pasar un mal rato, las suaves manos de Jimin y sus dulces palabras hacen que todo pase mucho más rápido.

Como esta contractura es más pequeña, le cuesta menos deshacerla y yo no me quejo tanto, solo suelto el aire que estaba reteniendo.

—¿Te tiene muy estresada el trabajo? —pregunta, tan dulce como siempre.

—Un poco —vuelvo a sisear cuando empieza a insistir en uno de mis músculos—. Tenemos una defensa importante en una semana y tengo muchas cosas que recordar... Me paso la mayoría del día inclinada en el escritorio.

—Prueba a hacer descansos, cielo. Esa postura no ayuda nada a tu espalda —dice, siguiendo con su tanteo por mis músculos—. Aunque hoy te voy a dejar como nueva.

—Lo sé —susurro, casi un ronroneo. Ahora que ya no está presionando insistentemente en el punto del dolor es casi placentero. Casi, porque sigue apretando—. Eres el mejor.

—No te creas, solo te hago descuento —dice, entre risas. Yo sonrío un poco—. ¿Es por el juicio por lo que llevas tanto tiempo sin vernos?

—Ajá —afirmo—. ¿Jungkook está muy... desesperado?

Jimin se ríe y noto cómo sus manos van a mis hombros. Ahora sus presiones son muy diferentes y, por las reacciones de mi cuerpo, sé que está intentando relajarme.

—¿Un poco? —pregunta, pero acto seguido suelta una de esas risas que tanto me gustan y pasa sus manos desde mis hombros hasta la parte baja de mi espalda. Joder, qué gusto—. No para de darme por culo... En el sentido literal. Así que creo que te necesita un poco.

—Le encanta tu culo —ronroneo—. Seguro que está conforme.

—También le gusta tu coño. Bueno, nos gusta —admite, bajando más sus manos, hasta mi culo. Mete sus manos por debajo de las bragas (lo único que llevo puesto), llenándome toda la zona de crema, y yo cierro los ojos—. ¿Por qué no te tomas una noche de descanso para estudiar y la pasamos juntos? El sexo relaja un montón.

—Es que... Al día siguiente no voy a ser capaz de moverme....

Jimin se ríe de nuevo y, de verdad, echaba mucho de menos ese sonido.

—Mejor: así te mimamos un poco. Venga, si seguro que te lo sabes perfectamente...

Vuelve a subir sus manos, esta vez a mis lumbares, echando sus dedos a los costados, hacia mi cintura, haciéndome cosquillas con el movimiento.

—Jimin...

—Es un consejo profesional, ¿eh? —sigue, intentando convencerme. Lo que me indica que, si él está así de desesperado por una noche los tres juntos, Jungkook tiene que estar todavía peor. En conclusión: voy a acabar hecha una mierda—. El sexo ayuda a la concentración, a mejorar el humor, a relajarse... Cosas que te vendrían muy bien para el juicio. Además, te queda todavía una semana. Gírate —dice, apartando sus manos de mi cuerpo y yo, con dificultad, intento mantener la toalla que descansa bajo mi cuerpo tapándome las tetas y las bragas. Jimin está echándose más crema en las manos y, cuando me mira, tiene una sonrisa brillante que no se borra ni cuando empieza a masajearme el cuello. Yo cierro los ojos—. No hemos quedado, pero estoy seguro de que Jungkook se pasará esta noche por mi casa. Vente —suplica.

Love, Smut & Tears - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora