Love, Smut & Tears - BTS

26. Ascenso y caída III - jjk

Omegaverse

El alfa Mun fue declarado líder de la manada muchos años antes de que yo misma naciera. Fue un gran modelo a seguir por todos los lobos, según me contaron mis padres. Aunque sus leyes me siguen pareciendo un tanto absurdas, los lobos nos regimos por el poder de nuestras historias antiguas. Las leyendas que nadie más es capaz de creer cobran un sentido especial para nosotros, que las tomamos como nuestra verdad absoluta.

A veces, también pienso que divinizar tanto una simple teoría es una estupidez, pero después de lo que ha pasado, empiezo a creer que nuestros antepasados llevaban razón en ello. Y sé que no soy la única, porque todo el mundo ahora me mira al pasar con asombro y respeto. Quizá sea una omega y mi rango no vaya a ser mejor valorado nunca, pero al menos yo he conseguido marcar la diferencia.

Mun no dejó a ningún futuro líder a cargo de la manada, solo unas instrucciones claras: seguir las viejas leyendas y no permitir que el gran alfa se convirtiese en tal por matar a todos los demás. Nuestra manada siempre se ha caracterizado por su abundancia de alfas, y recurrir a ese antiguo ritual de "solo el más fuerte sobrevive" significaría echar por la borda todos nuestros valores.

Jeon Jungkook ya cumplía todos los requisitos para alcanzar este puesto antes de que yo llegase a su vida. Lo sabía mi loba y todo el mundo que hubiese escuchado alguna vez su voz, pero quiero creer que mi presencia es la que ha ayudado a que, finalmente, hoy sea declarado el líder de la manada. Porque, aunque las leyes sean estrictas, no pueden luchar contra la voluntad de nuestros ancestros.

Cuando Jungkook vino a ayudarme en mi celo, las cosas se complicaron un poco para él. Los alfas, al final, son los que llevan el peso de sus decisiones, por eso no me quiso cargar a mí con él. Sé que tuvo que confesar que me había vinculado y que tuvo que hacerlo porque mi celo amenazaba con acabar con mi vida (aunque esto no había modo de demostrarlo; por malo que sea el celo, raro ha sido el omega que ha muerto por él). Pero también sé que, para los sabios de la manada, el hecho de que me vinculase para salvarme la vida no era excusa, porque había incumplido todas las normas a conciencia. Por eso, durante dos meses (como castigo) los sabios le prohibieron verme. Y después de habernos vinculado, era un castigo para los dos. Uno que ningún lobo con esa conexión le desearía a nadie.

Afortunadamente, ni mi celo ni el suyo hicieron acto de presencia en ese tiempo, pero... a veces sentía que me echaba de menos, y no podía evitar sentir lo mismo y aullar.

Podría haber sido una historia trágica. Los sabios podrían haber castigado a Jungkook mucho más tiempo e, incluso, podrían haberle hecho vincular a otra omega más válida si yo no hubiese sido fértil. En ese caso, seguramente el dolor me impediría emparejarme a cualquier beta y... me abrían desterrado.

Jungkook... Él podría haber sido un alfa más (atado a una omega cualquiera que no sería yo) si no hubiese conseguido dejarme embarazada, pero lo hizo. Y con un futuro cachorro en camino, uno fruto del alfa más fuerte y de la omega más débil, como indicaban todas las profecías, nuestra situación cambió: él se convirtió en el elegido y yo, aunque nadie fuese a admitirlo, en la causante de que nuestra manada pudiese tener un líder. Al fin.

Cuando nos reencontramos solo hubo alivio y más sentimiento de unidad que nunca. Ahora solo esperamos que los días pasen para poder ver a nuestro hijo; ese que ya han pronosticado que será un varón tan fuerte como su padre. Yo solo espero que sepamos educarle tan bien como para que, cuando lidere la manada algún día, lo haga sin ampararse en leyes que nos dividan.

Aunque para eso, el primer paso lo tiene que dar Jungkook. Él será el líder del cambio, estoy segura de ello.

Ayer no le vi, pero sé que está inquieto. Pasó toda la noche con los sabios, preparándose para su nombramiento como líder. Yo esperé en su cama, que ahora también es mía, dejando que el aroma mentolado intentase calmarme un poco para que ese sentimiento también le fluyese a él, aunque no sé si ha funcionado.