Otra Vez

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Teníamos un mes trabajando en L.A. y esta vez no era más fácil que en mi primera experiencia. No tenía a Valentino conmigo, trabajaba directamente con Jackie y su personal directo. Ahora me miraban como a alguien que podría robarles su trabajo y eso me aterraba. En especial Silvester M, un joven como de mi edad. Según Valentino, estaba emparentado con Jackie eran primos lejanos o primos políticos. Aquel joven no hablaba con nadie solo con la encargada de ventas, mi querida Jenney. Y para mi desgracia, el subgerente principal era él y a mi me habían nombrado subgerente no.2 .

Respiré profundo desde mi escritorio y llamé a mi Nora. Con ayuda de Jackie habíamos logrado encontrar una escuela de enfermería para mi madre. Esa mujer era un Ángel.

-Amy! Contestó.

-Mamá, cómo van las clases de hoy?

Rió bajo. -Lo único diferente son los nombres de los medicamentos, pero gracias a Dios todo va bien. Pronto podré trabajar en un hospital.

Mi corazón se llenó de gozo hasta que vi quien estaba tocando mi puerta. En realidad creo que atraigo los problemas.

Sin esperar mi aviso entró a la oficina. Le sonreí. -Buen día Silvester, en qué le puedo ayudar?

El apuesto joven se sentó y mirándome disgustado sonrió calculadoramente. -Mi visita no es de cortesía, vine a decirte las cosas como son cuatro ojos! Este departamento está bajo mi dominio y no permitiré que ninguna extranjera venga a quitarme lo que con tanto tiempo he forjado.

Respiré profundo. -Sr. Silvester, creo que está equivocado. Nunca le quitaría su lugar. Fui contratada para gerenciar las líneas del nuevo cliente canadiense y No tengo nada que ver con sus departamentos. Quisiera que nos llevemos bien y que formemos un buen equipo de trabajo. Yo ya me estaba poniendo nerviosa.

Me miró amenazante. -Solo le puedo decir que se defenderme de las moscas muertas como usted. No me haga hacerle la vida imposible.

Se marchó sin más y Ruth , mi nueva asistente salió de su escondite detrás la puerta. La miré hasta asustada porque en mi vida nunca había vivido algo así.

Ella me sonrió. -No me digas que ahora le temerás jefa? Solo está buscando intimidarte para que dejes la posición botada. Silvester siente que porque tiene el apoyo de la consentida Jenney es el presidente de todo esto. Pero la jefa aquí es Jackie, háblalo con ella.

Respiré bajo. -Nunca me han gustado los problemas. Prefiero olvidar esto que el dijo y seguir adelante.

-No puedes hacer eso, el nunca te dejará en paz. Emitió acalorada.

-Es cierto, pero prefiero ignorarlo. Soy nueva aquí Ruth y no creo que lo mejor sea iniciar con problemas.

En el fondo yo sabía que ella tenía razón, pero me atemorizaba enfrentarme a las personas. Valentino ya se hubiese quejado.

Trabajé tan duro en esos meses que me había olvidado hasta de mi misma. El lazo con Jackie era cada vez más fuerte, esa mujer era toda una guerrera.

La misma entró a mi oficina y me abrazó fuerte. -Amy... vámonos de compras este fin de semana. Estoy agotada, creo que esta temporada me dejará calva. Se arrancó un cabello dramáticamente y tuve que reír.

Se sentó a mi lado y me miró pensativa.

La pellizqué. -Despierta. ¿Qué piensas?

COMO EL VINOWhere stories live. Discover now