Caos -Fraude

938 92 9
                                    

Tenía dos semanas en L.A. y solo había podido compartir con Amelia una sola vez. Los abogados de la empresa se habían rendido pero esa palabra no existía en mi vocabulario. La vergüenza en la cara de mi padre le había hecho bajar la guardia.

Llamé a Amelia y me contestó decaída. -Hola Eliezer.

-¿Te sucede algo? Me preocupé.

-No. ¿Cómo va todo?

-No quiero que estemos mal. Ven a mi oficina por favor.

—————-

Me ocupé mucho en la mañana y aunque todavía mi corazón dolía por lo ocurrido en el aeropuerto y Eliezer me había tratado de explicar vía teléfono unas 6 veces mi mente aún no lo entendía. Ella lo había besado y el no había hecho nada para detenerla.

Recibí un mensaje suyo horas después de recibir su llamada. "Preciosa sigo esperándote en la oficina, después de almorzar no estaré disponible. Déjame verte".

Cuando iba saliendo de la oficina me encontré con su padre exigiendo unos reportes y tuve que atenderlo, gracias a Dios Jackie apareció y me pidió trabajarlo directamente con él.

Aproveché el espacio y subí hasta su oficina.

Su asistente personal me sonrió. -Señorita Freid, bienvenida. El señor tiene dos horas esperando por usted.

Me llevó hasta la oficina y mi hombre estaba escondido entre tantos papeles.
-Señor presidente, disculpe que entre. Solo para avisarle que hoy tengo entrenamiento en el primer nivel. Estaré de regreso en dos horas después del almuerzo.

El asintió y ella cerró la puerta.

Eliezer me abrió los brazos y me senté en sus piernas. -Tienes ojeras Cariño.

Asintió y me miró triste. -No quiero ver esa carita, desde que esto acabe que espero que sea pronto nos iremos de Vacaciones a donde tú quieras.

Le sonreí y toqué sus labios con mi mano. -¿Es normal que ella te bese?

Suspiró. -No Amelia, no es normal. Últimamente ha estado más empeñada en tener algo serio conmigo que antes. Creo que sospecha que estoy enamorado.

El mismo se quedó en shock al escuchar lo que había dicho y lo miré coqueta. -Mi novio me acaba de confesar que está enamorado.

Rió bajo. -¿Ves? A penas tienes dos minutos aquí y me siento un poco mejor.

Lo abracé y acaricié su cara. -No quiero que otra mujer te toque mientras seamos novios. Dile que no quieres nada con ella y pon el punto sobre la i.

Suspiró. -No es tan fácil, para dejarme en paz yo tendría que enemistarme con ella y eso acabaría con la relación con mis hijas, principalmente con Jenney.   De hecho, no sé por qué te odia tanto. Creo que te cela con su hermana mayor.

-No estoy dispuesta a dejar que estén besando a mi novio en cualquier momento. No estoy dispuesta a aceptar aquello.  Respecto a Jenney, aprendí a ignorarla sin dejar de respetarla.

-Gatito... Le susurré.

-Dime gatita. Rió.

-Te amo.

Besó mi frente. -¿Cómo está el ambiente en la
Compañía?  Preguntó preocupado.

-Te seré sincera... todo el mundo comenta del caos y te ven como al salvador. Quieren a tu padre fuera. Ese es el comentario desde el más pequeño hasta el más grande.

Respiró profundo. -Amo que seas sincera conmigo.

-¿Cómo va la demanda? Han podido dar con el fraude?

COMO EL VINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora