|Capitulo 19|

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Cuando llegamos a su casa él bajo rápido del taxi y yo lo seguí de atrás. Quería saber si todo estaba bien, y no queria dejarlo solo, por las dudas.

Abrió la puerta de la entrada y la luz de la sala estaba prendida. Cuando ambos entramos él se dio vuelta y me sonrió.

—¿Estás bien?— pregunté confundida.

¿Por qué me sonríe? Se supone que pasó algo, por eso vinimos... Ah ya entendí todo, que pelotuda.

Mire a mi alrededor y no había ni un alma en la sala. Solo él y yo.

—No te enojes, pero necesitaba que vengas y como estabas así sabía que no ibas a querer si te lo pedía— me miró con ojos de corderito.

Él sabe que es lindo, y con esos ojitos el doble. Y se aprovecha de eso.

Y bueno, yo soy una débil.

—Bueno...— intenté ocultar mi sonrisa —¿Para que querías que venga?

—Primero vamos a mi cuarto que me voy a cambiar porque tengo frío y estoy mojado, igual que vos— me agarró de la mano, apagó la luz de la sala y fuimos hacia su cuarto.

Me dio una remera y un shorts de él para que me ponga y no esté con la misma ropa mojada. Mientras él se iba a cambiar al baño yo hice lo mismo pero en su cuarto.

Las dos prendas me quedan gigantes pero no hay nada que me guste más que andar por la vida con la ropa suelta y diez talles más grande, sobretodo si es de hombre.

—Bueno, ahora sí— entró al cuarto, se sentó en la cama e hizo una seña para que yo haga lo mismo —Quiero hablar contigo sobre muchas cosas.

Ahora llega el momento de la gran confesión. Al fin me va a decir que volvió con la ex. 

¡Que divertido!

—Empezemos por el principio, ¿quién te dijo que volví con mi ex?

—Me llegaron unos mensajes diciéndome eso— saqué el teléfono y le mostré la conversación con "Pelotudx" —No entiendo porque no me lo querías contar, pensé que éramos amigos o algo así.

Él terminó de leer los mensajes y soltó una carcajada.

—Boluda, esto es tremenda mentira. No volví con mi ex, ni pienso hacerlo nunca. Es la persona más tóxica del mundo mundial, antes de estar con ella de nuevo me corto los huevos— dijo mientras reía.

No me esperaba escuchar eso.

Mire los mensajes en mi celular y después a él, sin entender nada.

—¿Y estas fotos?— pregunté para aclararme un poco.

—Eso es re viejo, de cuando estábamos juntos. Es más mira, ahí yo tenía las mechas rubias y ahora tengo sólo una franja de pelo rubio, el resto es mi color— me mostró la foto y después su pelo.

Tiene razón. ¿Como no me di cuenta antes de ese detalle?

-—¿Por qué no mostraste esto antes? Podía haberte explicado todo, y no tenías que ser así de seca e hija de puta conmigo— ambos reímos.

—Perdón. Es que como vos andabas re distante, pensé que sería por eso y no me lo querías contar. Me deje llevar por una pelotudez, que tarada— lo mire avergonzada.

Mi nuevo mantra va a ser; no dejarme llenar la cabeza con pelotudeces, sin antes hablar con la persona involucrada.

—Ya fue igual. Pero la próxima pregúntame a mí directamente así nos ahorramos todo este quilombo, y podemos invertir el tiempo estando juntos y no separados— me sonrió y  se levantó de la cama para ir a su escritorio —Y ahora pasando al siguiente tema, mi actitud distante también tiene una explicación.

Fuego || TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora