Única Salvación

Capítulo 10.

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Apertura:

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Sorpresa, sorpresa. 

No te esperaba aquí, 

de hecho, nunca lo pedí. 

Preguntas que debo contestar,

porque si no, ella se va a enojar.

¿No me puedo ir?

Simplemente quiero salir.

Miro con nerviosismo,

casi parece un espejismo...

¿Ya te vas?

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No podía creer lo que estaba escuchando. 

¿Ella se estaba ofreciendo como carnada para poder entrar a la mansión Malfoy? Jamás pensé que algo así sucedería, de hecho, ahora que lo oía, seguía sin creerlo. 

¿Cuál era el truco en todo esto? ¿La letra pequeña del contrato?

¿Por qué ella daría esa idea, siendo que podía quedarse acá sana y salva? ¿Quién en su sano juicio elegiría la opción de volver a su infierno personalizado? 

Claro, quizá Parkinson tenía un par de tornillos sueltos. Eso explicaría varias cosas...

Me había sorprendido que llegara a mi habitación para hablarme, siendo que normalmente evitaba hasta mirarme, pero esto era aún más impactante. 

¿Qué rayos le había hecho Herms a la Slytherin? Eran como el remedio perfecto para la otra, Parkinson se ablandaba a su manera al estar con ella y Hermione aprendía a perfeccionar su sarcasmo...

No estaba seguro de que tan bueno era eso,  ya que aunque la castaña siempre se me dirigía con tacto últimamente era más burlesca y manipuladora de lo usual. 

De cierta forma, prefería cuando era mas dulce pero también me alegraba que estuviera más feliz que los últimos meses. Ya no la veía por ahí llorando...

Por otro lado, era casi divertido ver como iban tomando las costumbres y posturas de la otra. Y digo casi, porque ahora además de soportar a una Hermione con rasgos de serpiente, tenía a Pansy que ya no se quedaba sola en una esquina si no que venía directamente a mi a pedirme cosas.

¿Se darían cuenta de lo unidas que se estaban volviendo? 

No entendía como nadie más lo notaba exceptuando a mi mejor amigo, me daba un poco de pena por Ron, verlo con cara de perrito triste por ahi al verlas juntas... Tampoco les habría funcionado sin la intervención de la Slytherin pero eso solo me daba más lástima por él.

Pobre... Nada le salía bien, ni siquiera con Herms.

Dejé de divagar y recordé que no le había respondido a la pelinegra y con la paciencia que ella tenía, podía esperar cualquier cosa si la dejaba hablando sola. 

Y no, muchas gracias, no quiero tener mas encuentros cercanos a la muerte, al menos por hoy.

-Tendríamos que consultarlo con Hermione, pero tienes razón, es probable que si te llevamos a ti como rehén se vea mas real...

Ella esbozó una sonrisita que me daba un poco de miedo. No es porque su sonrisa fuera fea, sino porque se le notaba la malicia en la curva de los labios, no sabría decirlo, daba esa impresión de que me estaba perdiendo de algo, de que ella estaba ganando y no sabía el porqué.

A los pocos segundos, ella habló.

-Por supuesto, es mi idea, ¿Cómo no voy a tener razón? Mira... Tu debes hablar con ella, es más factible que te escuche que a mí... No es una pregunta, ¿okay, Potter?

No supe cómo reclamar ante ello, pues Parkinson siguió con la charla sin esperar mi respuesta.

-Por cierto, ¿Ya consiguieron un cabello de Cissy?

¿Cissy? Me quedé por unos segundos pensando... Ah, claro, se refería a Narcissa, nadie acá le llamaba así.

-No, solo tenemos un mechón de Snape. No tengo la menor idea de como pero Herms logró conseguirlo el otro día...

Me rasqué la nuca al decir eso y le miré, sin saber bien cómo seguir esa conversación que parecía más un interrogatorio policial que otra cosa.

-Bueno... ¿Solo es eso?-. Pregunté medio nervioso por como miraba sin pestañear. ¿Por qué no lo hacía? Era incomodo.

Ella simplemente asintió y salió del cuarto sin decir nada más, ni siquiera cerró la puerta, esta vez ella fue quien me dejó hablando solo. Genial...

Ahora tenía que ver como rayos convencía a Hermione de que ese plan era una buena idea y que lo aceptara para no tener que escuchar los gritos de Parkinson. 

Al cabo de unos minutos, salí de mi cuarto y empecé a buscar a Herms por la madriguera, aun era temprano así que me dirigí a la cocina por si estaba desayunando.

Fred, George, Ginny, Bill, Fleur, Arthur... 

Ni rastros de la castaña, me acerqué a los gemelos y pregunté por Hermione. Ambos miraron a su hermana y se pusieron a reír, no entendía nada... 

¿De qué me estaba perdiendo, otra vez? Me giré a ver Ginny, se le notaba medio molesta. ¿Había dicho o hecho algo mal?

En fin, ya me preocuparia por eso después, volví a formular mi inquisitiva y esta vez me dijeron que había ido al callejón Diagon acompañada de Molly. 

Tendría que esperar a que regresara... Mierda...

 Fred seguía mirandome entre carcajadas, comenzaba a hartarme de no entender nada en esa casa... Les miré extrañado más se limitaban a reírse.

Vi como Ginny se paró de su asiento y subió las escaleras con rapidez, desapareciendo de mi vista.

-¿Alguno de ustedes me dirá que pasó aquí? ¿No, nadie?