Capítulo VI

14.5K 1K 79
                                    

|De hombres y ángeles|
¤

— Hoy mamá está rara.

— Está distinta desde que volvió de Idris. — Alec le dio la razón a su hermana.

— Si tú lo dices, conmigo sigue tan moralista como siempre. ¿Has hablado con Jace?

— Que me llame cuando deje de seguir a la niña.

— Alec, tienes que hablar con Jace.

— ¿No saludais a vuestro viejo?

Robert Lightwood entró en la habitación acompañado de la chica Blackwood y otro pequeño rubio de ojos azules: Max Lightwood.

— ¡Max! — Alec se agachó para coger en brazos a su hermano pequeño.

— ¡Papi!

Isabelle se acercó a abrazar a su padre. Desde la puerta, la castaña observaba la escena con una sonrisa triste. Los Lightwood se habían portado de maravilla con ella desde que se conocieron, pero echaba de menos a su familia más que a nada.

Alec dejó a Max en el suelo y se agachó a su altura.

— ¿Cómo has vuelto tan pronto?

— Hubo problemas en Bombai.

— ¿Qué has hecho?

— Nada.

— Causó un incendio con su estela en clase de Runas. — Robert miró al pequeño cruzándose de brazos.

— Max — Thalia rió y le dio un abrazo al pequeño.

— Ya he dicho que tenía hambre, intentaba dibujar la runa nutritiva.

— Esas dos runas no se parecen en nada. — Alec apuntó.

— Para mí sí.

— Max, sube a tu cuarto, abre el Libro Gris y busca la runa de extintora.

El pequeño se giró antes de salir pidiéndole ayuda a su hermano y a la castaña. Ambos rieron pero no lo acompañaron.

— ¿Dónde está Clary? Tu madre dice que ha desaparecido. — el semblante de Alec cambió por completo ante las palabras de su padre.

— No ha desaparecido, está con Jace.

— No puede salir del Instituto, todo el Mundo de las Sombras anda buscándola. — Robert se acercó a su hijo — Es un riesgo de seguridad, ¡qué vuelvan ahora mismo!

— Tenéis que volver ahora mismo. —nada más su padre abandonara la habitación, Alec llamó a su parabatai — ¡No estoy de broma!

El mayor de los Lightwood abandonó el cuarto discutiendo por teléfono.

— Sabes, Alec y tú seríais buenos padres. — Thalia casi se atraganta por las palabras de su parabatai — No me mires así, lo dije en un principio y lo seguiré diciendo: mi hermano y tú haríais una buena pareja.

— Iz, pensé que ya habíamos dejado ese tema apartado.

— Lo sé, yo sólo lo dejo caer. — ambas rieron — Por cierto, me gusta tu traje.

— Sí, bueno, con algo tenía que compensar que mi mono favorito es rasgado y lleno de sangre de hombre lobo.

— Pues te queda genial. ¿A qué sí, Alec?

El chico miró a su hermana asintió, no muy convencido de a qué estaba respondiendo o aceptando.

— Necesito hablar con mamá. Thalia, acompáñame por favor.

𝐅𝐄𝐀𝐑𝐋𝐄𝐒𝐒 || Alec Lightwood ➰Onde as histórias ganham vida. Descobre agora