𝟓

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- quiero ir al baño - dijo YoonGi.

- Min, aquí las reglas son claras, tú eres libre de hacer lo que te plazca en ésta casa - se cruzó de hombros.
- pero si haces hasta lo más mínimo para huír - lo tomó de las mejillas apretandolas con sus pulgares.
- será tu fin -

- ¡sueltame imbécil! - el pelinegro empujó al menor sacando sus manos de su rostro.

- no hace falta que grites - el rubio lo tomó del cuello con fuerza- que te ame no significa que permitiré que me faltes el respeto - lo miró a los ojos - ahora eres mío, me perteneces a mi - rió - así que harás lo que yo te diga, cuando yo te diga y como yo te diga -

YoonGi se estaba ahogando ya que Jimin lo estaba ahorcando muy fuerte, así que movió con fuerza su cuello para safarse del agarre del menor.
Jimin rió y lo soltó.

- estoy bromeando bebé - el rubio abrazó y apoyó su cara en el hombro del pelinegro, mirandole el rostro - jamas te haría daño, te amo demasiado para hacerlo - acarició el pelo del mayor - al contrario te voy a cuidar y a mimar, te voy a dar todo lo que necesites - sonrió - ¿Sí?-

- no - dijo el pelinegro.

- lo único que sabes decir es no - hizo un puchero.

Era hipócrita de parte de Jimin decir que nunca le haría daño, él sabía muy bien que lo lastimaría si fuese necesario, en un brote de psicótico podría llegar a hacer cualquier cosa.
Pero no lo quería reconocer, él creía que el mayor era de su propiedad y que no importa l oque hiciese con él, Yoongi lo amaría igual, sobre todas las cosas.

Jimin creía que Yoongi lo amaba

     Jimin creía que Yoongi lo amaba

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Era de noche, y ambos estaban acostados, Yoongi por supuesto, atado de manos contra la cabecera de la cama, no podía conciliar el sueño.
No sabía lo que estaba pasando, deseaba que fuera un sueño, su libertad fue arrebatada en tan sólo unos minutos y ahora no sabía que hacer, no iba a aceptar su destino de esa forma, ése destino no era para él.

mientras se le cruzaban miles de pensamientos por la cabeza, miraba el rostro de Jimin, el cual realmente era espléndido, cada detalle de su rostro era perfecto pero había algo que le llamaba mucho la atención, sus labios, sus esponjosos y peligrosos labios. Ya los había besado y no lo quería aceptar, pero se sintió tan bien para él, eran tan suaves, tan dulces.
Se acercó poco a poco inconscientemente para besar al rubio, pero fue una mala idea, sintió como el menor movía sus labios, siguiendo el beso.

- mgh~ Yoongi - gimió el rubio en medio del beso, subiendo sus manos hasta el cuello de yoongi.

El pelinegro se dejó llevar por un momento y mordió levemente el labio de Jimin. Muy muy mala idea.

Jimin sentía como su corazón latía rápidamente y su entrepierna le daba un cosquilleo.
Bajó su mano izquierda hacia el abdomen de yoongi, acariciandolo para así ir bajando lentamente aún más.

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