CAPÍTULO I

7 1 0
                                    

Bruno estaba pendiente de su teléfono móvil, ya que era policía y necesitaba estar informado constantemente. Pero esta vez algo iba mal. Frunció el ceño mientras miraba a su amigo Flavio, que estaba sentado en el sofá.

       -Tengo nuevas noticias sobre el caso de la joven asesinada el pasado viernes. -le susurró con un tono triste a Flavio.

       - Cambia esa cara Bruno, eso significa estar más cerca del asesino. Te conozco, y estoy seguro de que resolverás el caso.


Acto seguido, Bruno le puso en situación y le recordó con cierta descomodidad el horroroso día en el que Hugo, hermano de Flavio, desapareció.

     -No sé a qué viene todo esto Bruno; sabes que con este tema me vengo abajo. Ya han pasado 30 años y todavía no te das cuenta de ello.-dijo furiosamente el hermano del desaparecido.


Al ver que su amigo empezaba a ponerse a la defensiva, decidió explicarle la relación entre el caso y la desaparición de su hermano. Resultaba ser que en la escena del crimen se había encontrado una muestra de ADN de Hugo. Eso significaba que el joven seguía vivo.

     -¡Debe ser un error!-reclamó Flavio impactado.

Su amigo ignoró sus palabras y continuó con la explicación. Jesús Ramírez, un preso enviado a Francia hace 30 años, fue encarcelado tras haber raptado y asesinado a decenas de niños y niñas en Madrid. Éste admitía haber torturado al muchacho de tan solo ocho años y haberlo enterrado seguidamente con sus propias manos; aunque al parecer el niño seguía vivo. El procedimiento de Jesús siempre era el mismo; tan solo obtenía tres fases a las que él llamaba: localizar, convencer y matar. Lo peor era que grababa las fases y clasificaba los videos en tres montones.

     -Si realmente vamos a buscarle,-comentó Flavio dudoso- necesitamos estar presentes los mismos cuatro que en aquellos tiempos. Bueno, ahora tres.-corrigió al instante. 

     -Tienes razón, voy a llamar a Samantha.-contestó Bruno.


Esa misma tarde el policía tenía que reunirse con el preso Jesús Ramírez en la cárcel de Francia. Estuvieron varias horas hablando sobre las torturas que realizó; especialmente del caso de Hugo. El pederasta hablaba de todos los casos con pelos y señales menos cuando Bruno le insistía a hablar sobre el hermano de su amigo. Siempre terminaba de hablar en el mismo lugar, es decir, cuando llegaba a la fase "matar".

     -Señor Ramírez, le voy a ser claro;-comenzó Bruno con un tono imponente.-¿Es verdad que mataste al muchacho, sí o no?

     -Mire, agente Bruno Martínez;-dijo Jesús mientras leí su nombre bordado en la chaqueta azul marina.-sé que tienes mucha afinidad con el hermano del desaparecido y no quería decírselo tan bruscamente.-continuó con un toque de ironía.-pero me temo que sí, yo fui quien le mató. De hecho, puede comprobarlo usted mismo. Enterré el cuerpo en el monte Foster justo al lado de la primera fuente.

Todo lo que le explicó Ramírez Bruno se lo iba a contar igualmente a su amigo; tenía derecho a saber lo que le pasó a su hermano. Se dirigía a la casa de Flavio dispuesto a ello; pero para su sorpresa, no estaba solo. Aparte de la compañía de sus padres, Luis y María, Samantha se encontraba con ellos también.

     -Supongo que ya estamos todos, como en los viejos tiempos.-se presentó la chica.

     -Me alegro mucho de verte, Sam. Has venido en el momento oportuno; traigo más noticias.


Todos estaban al tanto de la situación, y tras unos minutos de debate, decidieron ir al monte Foster. Pero antes debían pasar por el trabajo de Bruno para coger el material necesario.

     -¿Qué pasa, Nick?-saludó Bruno amablemente al secretario de su trabajo-Ábreme la puerta 8 por favor.

     -Claro Bruno, te dejo pasar por venir muy bien acompañado.-bromeó el secretario sin dejar de mirar a Samantha.-veo caras nuevas ¿no?

     -Sí; ésta es Samantha, una vieja amiga que ha venido a pasar unos días.

     -Bueno pues ya nos veremos por aquí chicos.

De camino al monte Foster, Bruno bromeaba con el comportamiento seductor que había tenido el secretario con Samantha. Pero al parecer, a Flavio no le hacía la misma gracia que a su amigo; de hecho, parecía un tanto celoso. Ella notó la tensión que que había en su amigo y le picó recordando el día en el que los dos se conocieron y también en el que empezaron a salir. En ese instante a Flavio se le dibujó una sonrisa en la cara.

     -Y éste es, el monte Foster.-dijo Bruno indicando que habían llegado.

Nada más bajarse del coche buscaron la primera fuente; se encontraba a dos kilómetros del coche. Automáticamente, el policía repartió tres palas que cogió del trabajo y empezaron a cabar; justamente en el mismo lugar que Jesús Ramírez había indicado. Tras varios minutos de excavación encontraron un cadáver descompuesto por el tiempo. Ninguno de los tres podía esconder la tristeza y desgracia que se reflejaba en sus caras. Al igual que los demás, Bruno no sabía que decir por la penumbra que sentía; pero eso no le impedía desactivar sus dotes de policía.

     - Fijaos en la cadera del esqueleto; son demasiado anchas como para ser de hombre. Este cadáver pertenecía a una mujer; y a la vez eso quiere decir que Hugo podría seguir vivo y que por alguna razón Ramírez nos ha querido mentir.

CASO NO RESUELTOWhere stories live. Discover now