CAPÍTULO II

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Lo tenía claro, iba a pedirle a su compañero de trabajo, Nick, que solicitara reunirse con Ramírez de nuevo; con finalidad de buscar una respuesta a lo ocurrido el día anterior. Bruno no entendía cual fue la causa por la que éste le mintió. Además, iba a aprovechar el viaje, y de paso, revisaría las cintas grabadas por el pederasta que se encontraban en el almacén de policía . Así podría comprobar si las tres fases de Hugo fueron grabadas o tan solo se trataba de otra mentira más.


Flavio seguía tumbado en el sofá; y su invitada, y a la vez vieja amiga, podía ver reflejados en su rostro los pensamientos que le corrían por la cabeza. Él, en lo único que podía pensar en ese momento eran las posibilidades que existían de que su hermano pequeño, después de haber estado desaparecido durante 30 años, pudiese estar vivo.

Al ver el desánimo que le recorría en el cuerpo, Samantha le propuso desconectar aunque fuese por unos minutos.

     -¿Qué te parece si vamos a la heladería de Paco?, como los viejos tiempos.

     -Me encanta esa idea. La verdad, necesito darle un pequeño descanso a mi cabeza.


Mientras los dos comían su helado favorito, el de chocolate, estuvieron recordando todos los viajes y momentos que habían pasado los cuatro juntos cuando tan solo eran unos críos. A pesar de todo el tiempo que había transcurrido, se dieron cuenta de que apenas se habían separado. La desaparición de Hugo llegó a desunir la relación entre los tres durante un corto plazo; pero esta vez, les había unido más que nunca. Ese pequeño viaje a través del tiempo les hizo revivir los sentimientos recíprocos que tenían el uno por el otro tiempo atrás. En ese instante, a ninguno de los dos le salían palabras por la boca, lo único que hacían era visualizar el rostro del otro y contemplar lo mucho que habían cambiado en 30 años; sin embargo, tras haber tenido la anterior conversación, los dos se encontraban en un mundo paralelo en el que seguían siendo adolescentes; cuando de la más mínima cosa hacían un mundo sin saber todavía lo que era tener preocupaciones o superar verdaderos obstáculos a los que se tendrían que enfrentar en algún momento de sus vidas.

No pudieron aguantar más, era imposible disimular el sentimiento de deseo que tenía uno hacia el otro. Sus rostros cada vez se aproximaban más. Hasta que finalmente sus labios se fundieron al mismo tiempo y eran incapaces de separarse. El sentido común o la cabeza no funcionaban, lo único que lo hacía era el corazón. Los latidos se escuchaban tanto que llegaban a producir cierto pudor; pero eso no les impedía seguir disfrutando del intenso momento.

Al llegar a casa de Flavio, se percataron de que la cerradura había sido forzada, y por lo tanto, había sido posible abrir la puerta sin necesidad de utilizar la llave. Entraron cuidadosamente sin hacer ruido; al girar lentamente hacia el salón Flavio visualizó a un varón cubierto completamente de negro e intentó paralizarle.

     -¡No se mueva o llamo a la policía!


El hombre ignoró sus palabras y echó a correr al instante. Samantha estaba paralizada por la situación, pero cuando el encapuchado estaba lo suficientemente lejos, su mente se reactivó y lo único que pudo ver fue que poseía una pequeña mochila negra con una cara amarilla sonriente dibujada en ella.

     -No se ha llevado ni la televisión, ni mi teléfono móvil,... - informó Flavio. - donde estaba mirando era en nuestro álbum de fotos. ¡Se ha llevado una foto en la que salíamos Hugo y yo! 

CASO NO RESUELTOWhere stories live. Discover now